Cura gira la medicina

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GABRIELA VAZ

Alguna vez escuchó hablar de "centrifugación humana"? Si imagina a una persona agitándose dentro de una centrifugadora, no está muy lejos de la realidad. La sola idea parece chiste, pero lo cierto es que se trata de un ingenioso tratamiento médico, cien por ciento uruguayo y ampliamente reconocido a nivel internacional.

Sus gestoras, las hermanas Élida y Eloísa Isasi, ambas médicas cardiólogas, fueron reconocidas días atrás por el Ministerio de Salud Pública al ser parte de un grupo de profesionales uruguayos recientemente premiados en el exterior. Es que fueron galardonadas con el Prize to the medical by achievement for a better life (premio por mejorar la calidad de vida), en el II Congreso Internacional Iocim 2008 que se realizó en Perú.

Pero ese es tan sólo uno de los múltiples reconocimientos que vienen cosechando las hermanas Isasi desde 1976, cuando comenzaron a descubrir que la aplicación de fuerza centrífuga sobre el organismo (o "terapia gravitacional", como ellas lo han rebautizado) es un procedimiento alternativo y eficaz para tratar diferentes afecciones.

ORÍGENES. En los años 40, cuando no existía ninguna droga para el tratamiento de la hipertensión arterial, dos médicos uruguayos investigaron la centrifugación humana como método para tratar esa enfermedad. Se llamaban Roberto Velazco y Eugenio Isasi. Sin embargo, a partir de los 50, cuando se generalizó el uso de la reserpina (fármaco que combate el mal), nadie más se interesó en aquel estudio. Hasta que en 1975, las hijas de Isasi, ya recibidas de médicas cardiólogas, presentaron un trabajo sobre tromboembolismo pulmonar en un concurso con motivo de los 100 años de la Facultad de Medicina. "Trabajamos en conjunto con el Servicio de Medicina Nuclear y sacamos el segundo premio. Fue por eso que la persona que trabajaba con mi padre nos llamó y preguntó si no nos gustaría retomar su investigación", cuenta Eloísa.

El otro antecedente del que tienen noticia es de un médico estadounidense llamado Ralph Pelligra, quien fue director de los Servicios Médicos de la NASA en Moffet Field, California. "Él había intentado realizar aplicaciones terapéuticas con la centrifugación humana. Nosotras lo visitamos y conocimos en 1982", recuerda Élida.

CENTRIFUGADOS. Ahora bien, ¿para qué sirve exactamente la centrifugación humana o terapia gravitacional? "Cuando uno coloca a una persona en una centrífuga humana, acostado a semisentado, todo su organismo se expone a diferentes perfiles de aceleración y desaceleración que generan gradientes de presión de cabeza a pies y de pies a cabeza. Esa fuerza constituye un estímulo sobre la pared de los vasos que induce la síntesis y liberación de sustancias biológicamente activas", explican las cardiólogas. "Se imprime velocidad a todo el cuerpo y también al aparato circulatorio y tal fuerza hace que la sangre empuje y estimule mecánicamente a los endotelios vasculares".

Con estudios de sangre de sus pacientes, y el apoyo de la doctora Alicia Terragno de Argentina, se determinó biológicamente el valor terapéutico del procedimiento al detectar que había una liberación endógena de una hormona llamada prostaciclina. "Ese fue el boom", dice Élida. Demostrar eso fue lo que les valió el reconocimiento entre colegas del exterior (como la visita del famoso cirujano hondureño Salvador Moncada a la clínica de las uruguayas) y diversos galardones.

Para que un paciente ingrese en la centrífuga -un aparato diseñado y patentado por las doctoras Isasi- primero se somete a un entrenamiento necesario para adaptarse al movimiento que realizará, pues gira toda la persona, y generar tolerancia a los perfiles de aceleración y desaceleración.

Yendo a lo práctico, el procedimiento sirve para tratar enfermedades con base vascular, tales como vasculopatías (diabéticas, periféricas), esclerodermia sistémica y todo tipo de arteriopatías.

Su aplicación en linfedemas fue el puntapié para el galardón recibido en Perú, que además de reconocer la trayectoria de las doctoras Isasi por demostrar que mejoran la calidad de vida de sus pacientes, también premió la investigación sobre este mal. El linfedema es el aumento del volumen de un miembro (hinchazón) por un edema rico en proteínas. Entre otros, muchas veces aparece en mujeres tratadas por cáncer de mama. Existen varios tratamientos para eso. ¿Cuál es el diferencial que aporta la terapia gravitacional? El mismo que para muchas de las afecciones en las que puede aplicarse: "Que no estás dando un medicamento. Estás provocando una rehabilitación vascular con las propias sustancias del cuerpo", explica Elida.

Las cardiólogas brindan otro ejemplo para visualizar mejor este tratamiento. En un paciente con la `enfermedad de los dedos blancos` o Fenómeno de Raynaud, esto es, áreas de necrosis en los pulpejos por el frío, si la lesión es muy severa es posible necesitar una amputación. Si se aplica la terapia gravitacional, esto puede evitarse.

En varias afecciones existen tratamientos con fármacos o procedimientos quirúrgicos que la centrifugación puede eludir o complementar. "Nosotras no estamos en contra de los medicamentos. Tenemos formación en Medicina y utilizamos la medicación oral, pero en muchos casos no alcanza y la terapia gravitacional puede ser un arma muy poderosa que puede ayudar a los fármacos y la cirugía".

Las doctoras Isasi insisten en aclarar que este no ha sido trabajo de un sólo día ("llevamos más de 30 años en esto") y que han contado con el apoyo de muchísimos colegas. De hecho, en el Hospital Maciel, donde se formó un grupo multidisciplinario de estudio de la esclerodermia, Élida y Eloísa crearon en 1994 una policlínica que aplica centrifugación humana. A nivel privado, en tanto, trabajan en el Centro de Terapia Gravitacional, donde reciben a pacientes de todas partes del país. "La gente consulta y vemos si el tratamiento es aplicable".

i Centro de Terapia Gravitacional:

400 7120 o isasictg@adinet.com.uy