Cuerpos perfectos: ¿Cuáles son los riesgos de la vigorexia?

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SALUD

Entrenamientos y dietas abundan en redes sociales e incitan a algunos adolescentes a desarrollar dismorfia muscular.

Al igual que muchos atletas de secundaria, Bobby, de 16 años y estudiante de tercer año en Long Island, ha pasado años poniendo su cuerpo en forma con dietas de proteínas y entrenamientos. Entre las partidas de Fortnite y las tareas escolares, Bobby navega en internet para estudiar a fisicoculturistas y va al gimnasio hasta seis días a la semana. Consume tantas proteínas que sus compañeros de clase a veces lo miran con asombro por comer más de ocho comidas de pollo y arroz en la escuela. Sin embargo, Bobby no está aumentando su musculatura para destacar en las pruebas del equipo universitario. Su objetivo es competir en un ámbito diferente: TikTok.

Bobby publica sus propios tiktoks de entrenamiento. Grabados con su iPhone, normalmente en el gimnasio o en la sala de su casa, los videos están dedicados a temas como el método perfecto para tener un “pecho de gorila” o los “antebrazos de Popeye”. El padre de Bobby puede sentirse identificado en cierto modo. “Cuando era más joven, recuerdo que veía las revistas de moda masculina y veía a los tipos fornidos y musculosos que aparecían allí y quería parecerme a ellos”, relató. “Tardé tiempo en darme cuenta de que, muy probablemente, los cuerpos de esos hombres eran inalcanzables”. Sin embargo, a diferencia de la experiencia de su padre, a medida que la masa corporal de Bobby crece, también lo hace su público en internet. “Los jóvenes me ven como su ídolo”, afirmó Bobby, quien tiene más de 400.000 seguidores en TikTok. “Quieren ser como yo”.

Para muchos chicos y jóvenes, la adoración de los músculos se ha convertido prácticamente en un rito digital de madurez en la cultura actual saturada de cuerpos musculosos. Los ejemplos están por todas partes: los videojuegos hipermasculinos a los que juegan, los superhéroes mesomórficos de las películas que ven.

Muchos médicos e investigadores afirman que la adulación en línea de los cuerpos masculinos musculosos puede tener un efecto tóxico en la autoestima de los jóvenes, pues hay un sinfín de contenido con abdómenes perfectos y rostros envidiables que los hacen sentir inadecuados y ansiosos. Y aunque ha aumentado la concienciación pública sobre los efectos nocivos de las redes sociales en los adolescentes, en parte gracias a la filtración de una investigación interna de Facebook que demuestra que la empresa ocultó los efectos negativos de Instagram, gran parte de la atención se ha enfocado en las chicas.

No obstante, informes recientes han revelado que esas mismas presiones en línea también pueden hacer que los chicos adolescentes se sientan mal con sus cuerpos. “Las chicas hablan más de esas presiones, pero es lo mismo para los varones”, dijo Elliot, de 17 años, que comenzó a publicar videos de entrenamiento en TikTok hace dos años, con la etiqueta #TeenBodyBuilding (fisiculturismo adolescente). “Siento que estoy tratando de ser algún personaje solo para obtener más vistas, en vez de convertirme en la persona que quiero ser”.

En 2019, una encuesta publicada en la revista Californian Journal of Health Promotion analizó la imagen corporal en los chicos. Casi un tercio de 149 encuestados, de entre 11 y 18 años, estaban insatisfechos con la forma de su cuerpo. La mayoría quería “aumentar la musculatura”, sobre todo en el pecho, los brazos y los abdominales. La búsqueda de pectorales perfectos es tan intensa que los psiquiatras a veces la denominan “vigorexia”, una forma de dismorfia muscular que padecen sobre todo los hombres y que se caracteriza por el levantamiento excesivo de pesas, la preocupación por no sentirse lo suficientemente musculoso y una estricta observancia de los alimentos que reducen el peso y aumentan la musculatura. Esta enfermedad también puede llevar a los jóvenes a obsesionarse con su apariencia, haciendo que se vean en el espejo todo el tiempo o que nunca lo hagan.

“La mayoría de los estudios sobre el tema de la satisfacción corporal y las redes sociales se realizan pensando en la población femenina”, dijo Thomas Gültzow, investigador de salud pública de la Universidad de Maastricht en los Países Bajos. “Casi nada de lo que hay se enfoca en los hombres”. En 2020, Gültzow publicó un estudio en el que analizaron mil publicaciones de Instagram que mostraban cuerpos masculinos. Las imágenes idealizadas de “hombres muy musculosos y delgados”, según el informe, recibieron más me gusta y fueron más compartidas que los contenidos que mostraban a hombres menos musculosos o con más grasa corporal.

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