Los vegetales, verduras y frutas son imprescindibles por su alto contenido de agua, fibra, vitaminas y minerales. Comerlos crudos brindan saciedad, muy importante para calmar nuestras ansias. Una fruta (ej. manzana, naranja, pera, ciruela, durazno, melón, palitos de zanahoria, tronquitos de apio, tomatitos cherry o tomate en rodajas, podemos tenerlos ya prontos en recipientes herméticos en la heladera para utilizarlos enseguida. Otra forma de comer los vegetales puede ser en licuados o procesados para obtener su jugo. El volumen brinda plenitud y estamos utilizando un valor calórico reducido.
Los líquidos son una buena opción para engañar el estómago, agua, infusiones, caldos o sopas de verduras.
Los té de hierbas, tilo o melisa tienen efecto positivo en este punto de la ansiedad, así como el mate, que no sólo quita el hambre sino que el ritual que gira en torno a él también distrae.
Es importante recordar que el té y el café, así como las bebidas cola pueden incidir en el aumento de la ansiedad, pues la ingesta excesiva de cafeína no es recomendable. Recordemos además que los líquidos ayudan a eliminar toxinas, del cuerpo y es importante que la función diurética se vea incrementada naturalmente ya que incide en la baja de peso.
Un helado de agua en palito es refrescante, podemos tenerlos en una heladera en la playa, es un buen recurso y colabora dándole tranquilidad a esa sensación de inquietud que queremos reprimir.
Una de las principales causas que nos llevan a aumentar de peso es la ansiedad.
Está próximo el verano y con él nuestro deseo de estar en forma. Es importante cuando tenemos algunos kilos de más, empezar con tiempo, no son buenas las dietas que nos hacen perder más de 3 kilos por mes. De modo que empecemos con tiempo, cuidar nuestro cuerpo es lo principal.
Cuando comienzan el día deben saber cómo repartir los alimentos permitidos en cuatro comidas. Es importante no saltear ninguna ingesta, inclusive algunos alimentos que podemos manejar entre horas para llegar a la siguiente comida sin que el nerviosismo nos perturbe de manera tal que eche por tierra todo nuestro esfuerzo.
Las cuatro comidas, desayuno, almuerzo, merienda y cena es la forma correcta de equiparar los alimentos, pues los vacíos nos llevan a perder el hábito.
El cuerpo no desarrolla una necesidad fisiológica de comer entre horas, cuando la necesidad es imperiosa debemos evitar comer lo que encontramos a la mano.
Hay momentos en que la comida se vuelve una obsesión, la hora crítica suele ser la tardecita. Evitemos caer en la tentación, y probemos los consejos que les brindamos hoy en la nota.
cóctel frutado. Lavar, quitar cabitos y licuar 1/2 kilo de frutillas con 1 manzana, 2 kiwis, 2 tazas de jugo de naranja y 1 taza de agua. Refrescar con hielo, endulzar con azúcar o edulcorante a gusto y servir. Resulta un cóctel ideal para presentar en jarra y que cada invitado se sirva, de lo contrario servirlo en copas decorado con frutas frescas.