Publicidad

Sobreviviente

Compartir esta noticia
Concierto en Hamburgo, 1972. Foto Heinrich Klaffs

El líder y compositor de The Who cuenta casi todo.

EN LOS últimos tiempos se han publicado varias autobiografías de músicos de rock and roll. Se ha dicho que escribir memorias parece una buena opción de ingreso de dinero para esas personas que se acercan a los setenta años, ha disminuido su trabajo y ya no pueden llevar esa vida a ritmo de montaña rusa que cultivaron. Aunque siempre existan excepciones que pueden llamarse Mick Jagger o Paul McCartney. Algunos ejemplos, I feel good de James Brown o el más reciente El sueño de un hippie de Neil Young, dieron como resultado trabajos superficiales donde el lector presiente que apenas se muestran zonas agradables o inocuas de la vida del ídolo. En otros casos el músico resuelve ir hasta el hueso sin importar exponer sus miserias, logrando libros muy apreciables como Clapton, de Eric Clapton, o My life and adventures in Fleetwood Mac de Mick Fleetwood, este último sin traducción al español. En un tono intermedio, y divertido, es imprescindible mencionar a una de las más exitosas autobiografías del rock, repleta de anécdotas, transgresiones y acaso mentiras: la impagable Vida de Keith Richards.

Pete Townshend es el principal compositor y líder de The Who, una de las bandas más importantes de todos los tiempos que, superando períodos de separación, sigue viva con dos de sus integrantes originales. Sobrellevaron la pérdida temprana del baterista Keith Moon, fallecido en 1978, y la del bajista John Entwistle, que muriera en 2002 un día antes de comenzar una gira por Estados Unidos. Townshend es, además, un excelente guitarrista rítmico que sabe defender sus solos con una personalidad avasallante en escena. Ha lidiado con una infancia problemática, adicción al alcohol y drogas, su carácter agresivo y una acusación de pedofilia llevada adelante luego de un procedimiento policial en 2003. Ese cóctel complejo se completa con rumores acerca de su bisexualidad. Comenzó a escribir sus memorias en la década del noventa lo que dio como resultado una primera versión de más de mil páginas reducida a la mitad por su editor. Esa poda fue aceptada por el autor que tiene una larga relación con la literatura. En uno de los períodos de alejamiento con The Who, fue editor de adquisiciones de Faber & Faber, una de las más prestigiosas editoriales inglesas. Es autor de un libro de cuentos, Horses neck (Cuello de caballo, 1985), tuvo una columna en el periódico Melody Maker y realizó diversas colaboraciones y artículos para revistas así como ensayos y guiones. Todos los antecedentes hacían prever que su historia sería interesante. El resultado no defrauda.

QUIEN FUÍ.

Nació en Londres el año en que finalizó la Segunda Guerra Mundial. Sus padres se conocieron en el ejército, unidos por la guerra pero también por la música. Su papá, Cliff, tocaba el clarinete y saxofón en una orquesta conformada por integrantes de las fuerzas armadas y su mamá, falseando su edad, se enroló en la misma como vocalista. Finalizada la guerra pasarían a tocar en una banda dixieland, estilo de jazz que privilegia los instrumentos de viento y la improvisación. La música fue el medio donde Pete creció pero luego de algunos problemas conyugales, se mudó a la casa de su abuela Denny a la que llama "vieja bruja". Pese a que ella fue la que le regaló su primera guitarra, Townshend califica esos años como el período más negro de su vida. "Creo que fui abusado sexualmente entre los cinco y los seis años cuando vivía con mi abuela materna que estaba mentalmente enferma en aquella época. No puedo recordar claramente lo que pasó" ha declarado. De ese período el músico ha hecho un bloqueo y recién en la parte final de su historia reconoce que mantiene una visión del departamento de su abuela y de una puerta que se abre en la noche, pero no puede recordar más.

La música también fue el principal motor de su vida. Tuvo una banda de dixieland en el colegio junto a quien sería su amigo y bajista de The Who, John Entwistle. Gracias a un encuentro casual entre Entwistle y Roger Daltrey, se unió a la banda que lideraba Daltrey, The Deutors, dando origen a lo que más tarde se llamaría The Who. Años después de la muerte de Moon, en otro de sus períodos conflictivos, el guitarrista abandonó el grupo como haría en otras ocasiones desarrollando una carrera solista. Pero siempre hay algo que lo hace volver. Esos vaivenes están prolijamente detallados en su libro así como su recurrente voluntad de componer obras conceptuales que en algunos casos dieron resultados exitosos, como en Tommy (1969) y Quadrophenia (1973), y en otros proyectos frustrados como Lifehouse, varias de cuyas canciones fueron utilizadas en el que es, en concepto de este cronista, el mejor álbum de la banda, Who's Next (1971), disco al que Townshend, acaso por ese fracaso de su obra primaria, no presta demasiada atención. En esa época creció su relación con el maestro indio Meher Baba, cuyas enseñanzas siguió por mucho tiempo e inspiraron algunas de sus canciones.

QUIÉN SOY.

Townshend intenta ser todo lo honesto que puede. Es duro consigo mismo cuando refiere a la vida matrimonial con su primera esposa Karen Astley o cuando reconoce que no pudo evitar que su amigo Keith Moon muriera. El desenfreno del baterista iba en aumento mientras vivía en Los Ángeles. Lo convenció de que volviera a Londres y Moon pidió que le alquilara un departamento de propiedad del músico Harry Nilsson. En ese lugar había fallecido la cantante Mama Cass Elliot a consecuencia de un infarto. Meses después Moon moriría intoxicado por una sobredosis de sedantes en la misma cama donde murió Cass Elliot. La relación con su abuela Denny es contada con la opacidad en que su memoria la ha envuelto. Fue la explicación que dio para enfrentar la acusación que recibió por consumir material pornográfico con menores por Internet. Su defensa es que hacía una investigación para ayudar a los que padecían esos abusos que él sufrió cuando niño aunque reconoce que cometió un error.

Es cierto que el libro desarrolla muchas historias colaterales y no ahonda en la relación con sus dos compañeros de banda fallecidos. Quizás en el recorte de aquél monumental trabajo primario, algo de eso haya quedado en el camino. Sin embargo, por pasajes suma anécdotas con personajes secundarios que poco aportan, lo que es raro en alguien que posee el oficio de narrar. Reparos menores a un libro que se lee con interés al conocer pormenores de la vida de un músico que ha compuesto más de una centena de canciones para uno de los grupos más grandes de la historia. Esa banda donde aún convive con el cantante que mejor interpreta sus composiciones: Roger Daltrey. Hermanados y solos sobre el escenario, solían cerrar los conciertos de la gira posterior al excelente álbum Endless Wire (2006) con la canción "Tea and Theatre" (Té y Teatro), conclusión del camino de más de cinco décadas que los mantiene unidos: "Descansa sobre mi hombro, esta historia se termina, hace frío, mil canciones todavía arden, tocadas como si fueran una, estamos más viejos y tristes, somos libres, antes de que nos vayamos del escenario, dos de nosotros, ¿aceptarías tomar un té en el teatro con nosotros?"

WHO I AM. MEMORIAS, de Pete Townshend. Malpaso. 2015. Barcelona, 569 págs. Distribuye Océano.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Concierto en Hamburgo, 1972. Foto Heinrich Klaffs

MEMORIAS DE PETE TOWNSHENDLuis Fernando Iglesias

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

The Who

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad