EN ESTOS días se presenta al mercado una crema dermocosmética, elaborada por un laboratorio del Uruguay a partir del extracto hidro-alcohólico de la Marcela, realizado en varios laboratorios locales. Esto significa que el producto es 100% uruguayo. La posibilidad de reacciones tóxicas agudas fue evaluada y descartada al probar el producto en animales de experimentación.
El uso recomendado de esta crema es el de protector cutáneo general, y en particular sobre pieles sometidas a la radiación UV, que tanto castiga en el verano de estas latitudes. La propiedad de la Marcela para actuar como un fuerte antioxidante, permite aconsejar el uso del Actenz —nombre comercial— para enlentecer el proceso de envejecimiento de la piel, ya que los radicales libres afectan a las fibras elásticas de la misma.
EN VIERNES SANTO. Muy utilizada en varios países de América (Argentina, Brasil, Uruguay, Bolivia, Colombia, Venezuela), la Marcela, cuyo nombre científico (género y especie) es Achyrocline satureioides (variedad blanca) y A. flaccida (variedad amarilla), recibe varios nombres comunes y pintorescos: Perpétua do Mato, Viravira, Juan Blanco o Macela Branca, y Yerba De Chivo, entre otros. Se utiliza en forma de infusión (té) de sus partes aéreas, hojas y flores, donde se concentran especialmente sus principios activos, al igual de lo que sucede con muchas otras plantas. El análisis fitoquímico de la Marcela demuestra que es una rica fuente de compuestos químicos llamados flavonoides —derivados de los azúcares—, incluyendo a la quercetina, que posee notables propiedades antioxidantes.
Horacio Heinzen es Catedrático de Farmacognosia y Productos Naturales, de la Facultad de Química de la Universidad de la República. Junto a Leonel Ferrando realiza investigaciones sobre la Marcela y colabora con el grupo del Instituto de Investigaciones Biológicas "Clemente Estable" (IIBCE) que depende orgánicamente del Ministerio de Educación y Cultura. El profesor Heinzen aclara que "el contenido de quercetina tiene una variación estacional —no es el mismo en distintas épocas del año—, y cambia durante el desarrollo de la planta; entonces es perfectamente razonable pensar que en una época determinada del año, su efecto farmacológico sea máximo. Es razonable también pensar que en épocas de pre-floración y floración determinado tipo de metabolitos predomina sobre otros, en este caso los flavonoides".
TE PARA TODO. Entre las múltiples propiedades curativas que se le atribuyen a la Marcela están las de actuar como analgésico, anti-inflamatorio, antiséptico en general, y en particular antiviral, insecticida y antihelmíntico. También actúa como antiespasmódico (calma los cólicos), sedante, digestivo y emenagogo (provoca el flujo menstrual), hipoglicémico (reduce la concentración de glucosa en sangre), sudorífico, estimulante del sistema inmune y antitumoral.
El interés clínico en la Marcela ha ido en aumento y sus aplicaciones en medicina natural han sido validadas por la ciencia desde mediados de los años 80. Debido a que la planta de Marcela presenta propiedades inmunoestimulantes y anti-VIH combinadas, se debería estudiar más a fondo la posibilidad de su uso como terapia contra el SIDA. Por ahora, un simple té de Marcela sigue siendo un remedio natural altamente eficaz para muchos tipos de trastornos gastrointestinales, especialmente cuando existe inflamación y espasmos. Muchos médicos naturales en América del Sur todavía utilizan la Marcela para ayudar a regular el período menstrual, tal como se ha utilizado por muchos años con muy buenos resultados.
Nuestro país tiene todavía una enorme diversidad biológica, lo que constituye uno de sus mayores tesoros. La Marcela misma presenta una gran variedad en nuestro país, dependiendo de la zona en la que se "muestree". La Marcela de los arenales de Rocha es la más potente en propiedades curativas, ya que es la que posee mayor concentración de componentes activos. Además, la Marcela amarilla es más potente que la blanca, y presenta algo así como una receta mágica: los flavonoides antioxidantes y protectores celulares más potentes mezclados en la proporción justa y biodisponibles.
El proceso que comienza con la investigación básica y culmina en un medicamento es largo y costoso. Una etapa fundamental es la de proteger intelectualmente la idea novedosa, patentándola. Esto fue lo que hicieron los investigadores nacionales que trabajan con la Marcela —Dajas del IIBCE, Heinzen de la Facultad de Química— quienes junto al laboratorio farmacéutico nacional y otros socios europeos, presentaron la solicitud de patente sobre los productos activos de esta planta.
Esta es la tercera patente originada en el Instituto de Investigaciones Biológicas "Clemente Estable". La primera data de mucho tiempo atrás: fue tramitada por el propio Clemente Estable, y refería a ciertas moléculas con función hipertensora, encontradas en unos arácnidos llamados opiliones. La segunda, más reciente, fue obtenida también por el Dr. Dajas, quien en colaboración con investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (Argentina), la Facultad de Química de la Universidad de Chile y de la Universidad de Glasgow en Escocia, descubrió las propiedades ansiolíticas de moléculas activas (otras flavonas) encontradas en la manzanilla, tilo y mburucuyá.
REVOLUCION AMARILLA. En un largo camino experimental, se hicieron en primer lugar pruebas en tubos de ensayo. Así se pudo verificar que la Marcela era antioxidante y que había algunos compuestos en ella que lo eran en grado sumo. La quercetina de la Marcela disminuye en un 56% el área de infarto cerebral en la rata. La Marcela no impide el daño cerebral pero limita de manera muy importante la lesión, a través de un mecanismo aún no explicado, pero que parece ser independiente de la actividad antioxidante de la quercetina.
Los ensayos clínicos en humanos están comenzando y se espera tener una preparación neuroprotectora eficaz en poco más de un año. El camino hasta la aplicación clínica del extracto de Marcela es largo y complicado. Ofrecer un té para este tipo de problemas no es suficiente.
Estos estudios, entre los primeros a nivel mundial en estudiar el rol neuroprotector de la Marcela, son llevados adelante por un equipo pluri-institucional. Además de los ya mencionados grupos del IIBCE y el de Farmacognosia de la Facultad de Química —que actualmente prepara los extractos en el Polo de Desarrollo Biotecnológico de Pando—, también colaboran la Facultad de Ciencias —representada por la Dra. Cristina Arruti, de la Sección Biología Celular—, investigadores del Hospital de Clínicas, que ensayaron la toxicidad bioquímica, e incluso la Estación Experimental "Las Brujas" —del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias, INIA—, que provee las plantas desecadas.
El INIA "domesticó" la Marcela, de tal manera que los investigadores trabajaran con un tipo bien caracterizado de la Marcela —hay que tener en cuenta que no existe una Marcela sino muchas—. El rendimiento de los cultivos de Marcela es bajo. Se obtienen menos de 1000 Kg. por hectárea, de los cuales sólo el 10% es utilizable. Para que el Uruguay pudiera producir Marcela en forma comercial debería producirse una verdadera "revolución amarilla". Ante esta perspectiva, todos los científicos consultados coincidieron en verlo como impracticable, y advirtieron acerca de la amenaza a la biodiversidad que esto podría acarrear.
OTROS YUYOS. El grupo de Heinzen realizó las pruebas químicas de caracterización de las moléculas presentes en la Marcela. Es un equipo veterano en el estudio de los productos naturales, muchos de los cuales se utilizan desde los albores de la historia. Hay una correlación positiva entre lo que podemos llamar "sabiduría popular" y la "medicina tradicional". Existen otras plantas en el Uruguay con propiedades terapéuticas comprobadas. Según Heinzen "existen por lo menos dos presentaciones de la pasiflora (mburucuyá) en farmacias, existen gotas digestivas a partir de la carqueja, de la alcachofa, del cardo y sus combinaciones. Todas estas poseen actividad comprobada y el MSP aprueba su uso y la venta de medicamentos de estos "yuyos", aunque la legislación que regula la venta de plantas medicinales en Uruguay es casi inexistente".