Literatura argentina

Cuentos de mujeres enfrentadas a la malicia, los celos, o la incomprensión de otras mujeres

María del Carril y sus textos de una crueldad displicente

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María del Carril

por Laura Chalar
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Hacer frente al qué dirán, no perder terreno ante amigos y conocidos, mantener las apariencias y, por si esto fuera poco, pelearle a la vida algo de felicidad, un poco de esperanza. En los barrios “paquetes” de la ciudad de Buenos Aires y sus suburbios, en joyerías, aeropuertos, cumpleaños o sus propios dormitorios, las mujeres de estos cuentos se animan, a veces, a plantar cara al vacío. Las más jóvenes reproducen —con otros nombres y formatos— las vidas activas pero banales de sus madres: “Iban a estar todas: Juli, Agus, Angie, Martu, Isa, Belu, Loli, Mechi. La mayoría con tres hijos, una con dos, dos con cuatro, una embarazada. Los chicos jugarían en el jardín a pesar del frío. Ya imaginaba los pelotazos, la euforia en el saltarín, los gritos, los buzos Gap y Old Navy. Habría mucho ruido”. Quien no ha logrado cumplir con ciertos hitos está condenada por sus diferencias: “¿Cuándo conocería entonces la felicidad de ser linda, de tener admiradores, de entrar en (el sanatorio de) La Trinidad con una panza de nueve meses y un marido al lado? Le había tocado, al nacer, un cuatro de copas, un cuatro de basto y un cuatro de oro; no podía ser ésa la única mano”.

En “Leia”, el cuento más descarnado del libro —con el que se identificarán unas cuantas madres de niñas preadolescentes—, Martina intenta forzar una amistad entre su hija Emma y Leia, la “popular” del grupo, con efectos desastrosos. “A Martina el término le parecía ridículo y lo usaba con sarcasmo, a diferencia de su hija que lo empleaba con total seriedad”. Leia es “la reina de TikTok y la impulsora de todas las modas. Varios chicos gustaban de ella y algunos le llevaban ofrendas, como chocolates o cartas. (…) Leia tenía hermanos mellizos, Atlas y Lennon, que iban a primer grado. A Martina le irritaba un poco la moda de los nombres exóticos”. Desoyendo todas las señales —y la propia resistencia de Emma—, se obstinará en organizarle una salida con esa niña mala, hija, además, de “una descerebrada y una mala persona”. El deseo de que Emma se vincule con las “top” de la clase prima sobre la intuición y el criterio.

Hielo seco trata de mujeres enfrentadas a la malicia, los celos o la incomprensión de otras mujeres, a la indiferencia de los maridos, al desapego de los hijos, en mundos asfixiantes, de privilegio carcomido: tal el universo de estos cuentos astutos, de una crueldad displicente.

HIELO SECO, de María del Carril. Mansalva, 2023. Buenos Aires, 91 págs.

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