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El de la madurez temprana

Arthur Rimbaud, poeta francés 'entre nous' con dos nuevas traducciones, una uruguaya y otra española

El que exploró los límites de lo decible

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Arthur Rimbaud, caricatura de Manuel Luque, detalle
(en <i>Le Hommes d'aujurd'hui</i>, 1888)

por Carina Blixen
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Rimbaud articula las emociones más profundas y terribles gracias al lenguaje de la poesía, explicó Patti Smith en una entrevista en la que le preguntaban por su manifiesto interés en el poeta francés (en Youtube). De una precocidad apabullante, entre los 15 y los 20 años Rimbaud (1854-1891) escribió una obra que cambió el rumbo de la poesía futura. Junto a sus escritos creció un mito poderoso: el rebelde absoluto, capaz de hacer de la poesía acción, el joven de lucidez extrema que exploró los límites de lo decible y eligió después, de manera irreversible, el silencio.

En 2023 hubo dos importantes traducciones de Rimbaud al castellano: Juan Carlos Mondragón es el responsable de una “versión castellana (Uruguay)” que reúne “Las cartas del vidente”, “Le bateau ivre” y “Une saison en Enfer” junto a un estudio final inspirado y preciso. Mondragón parte del conocimiento íntimo de la poesía de Rimbaud, de la lengua francesa y del castellano, y recrea con libertad e imaginación su poesía difícil y envolvente. La incitación es a jugar entre las lenguas. Así, el “moi” francés intraducible al español, persiste en su versión acogedora, que no oculta las parcialidades y arbitrariedades del tránsito exigido por la traducción. La otra es una edición bilingüe de Iluminaciones: la traducción es del poeta español Miguel Casado con hermosas pinturas del artista Frederic Amat que convierten al libro en un objeto estético único en su diálogo entre imagen y texto.

Madurez temprana. Rimbaud nació en Charleville, en la provincia francesa: fue uno de los cuatro hijos de un padre ausente y una madre severa. Su escolaridad fue brillante y muy pronto, a los 16 años inició el camino de la fuga. El objetivo primero fue París, donde quería publicar y ocupar un lugar en los cenáculos literarios. Se sabe que siguió con pasión los episodios de la Comuna (marzo a mayo 1871) y se sigue discutiendo la posibilidad de su participación efectiva en ellos. Entre otros testimonios, se puede encontrar uno en la primera de las “cartas del vidente”. Las cartas son documentos inestimables del alcance de su proyecto literario y de la madurez tempranísima de su poética revolucionaria. La primera carta es del 13 de mayo de 1871. Está dirigida a su joven profesor de retórica Georges Izambard. Escribe: “Ahora me encanallo lo más posible. ¿Por qué? Yo quiero ser poeta, y trabajo para hacerme vidente (…). Se trata de llegar a lo desconocido mediante el desarreglo de todos los sentidos”. Y la reflexión que lleva a la frase que más se ha repetido de Rimbaud: “Es falso decir yo pienso: deberíamos decir: Se me piensa, —perdón por el juego de palabras. Yo es otro”. Dos días después, sigue desplegando su idea del creador visionario en carta al joven poeta Paul Demeny. Le comunica su convicción de que el poeta en principio debe conocerse a sí mismo. Tarea difícil, pues “se trata de hacer el alma monstruosa”. El poeta, explorador de lo innombrable, es un “horrible trabajador”, “un ladrón de fuego” que debe “encontrar una lengua”. Hace una apuesta, totalmente fuera del rango de expectativas de su tiempo, por la mujer, que será poeta, dice, cuando sea quebrada “su infinita servidumbre”. “Ella encontrará cosas extrañas, insondables, repulsivas, deliciosas; nosotros las tomaremos, nosotros las comprenderemos”.

Huyó hacia París en tren (sin dinero) y a pie, pero no llegó. Lo logró después de escribir a Paul Verlaine (1844-1896) pidiéndole ayuda para insertarse entre los cenáculos parisinos. Rimbaud lo había leído como a otros poetas franceses de su tiempo y anteriores. En setiembre de 1871, Verlaine, recién casado, en espera de su primer hijo, le brindó alojamiento y la entrada en los círculos parnasianos y simbolistas. La historia entre ambos, intensa, terrible y de enormes consecuencias, personales y literarias, ha sido de las más estudiadas de la historia de la literatura. La situación fue explosiva del principio al fin de su relación. En julio de 1872 partieron para Bélgica y Londres. Terminaron un año después, cuando Verlaine se escapó de Londres hacia Bruselas, Rimbaud lo siguió y, en una escena tumultuosa, recibió una bala en un brazo. Como consecuencia, Verlaine quedó preso en Bélgica dos años. Rimbaud volvió a Charleville y terminó de escribir “Une saison en Enfer”. Para publicarlos pagó un adelanto a un editor en Bruselas. Una vez impresa la plaquette, Rimbaud no consiguió el dinero para hacer el pago total. Le entregaron 10 ejemplares y el resto de los 500 quedó en depósito. Fueron descubiertos años después. Son poemas en prosa. En uno de ellos, titulado “Delirios II. Alquimia del verbo”, Rimbaud, en tiempo pasado, declara: “yo me enorgullecí de inventar un verbo poético accesible, un día u otro, en todos los sentidos. (…) Eso fue al comienzo un estudio. Yo escribía silencios, noches, yo anotaba lo inexpresable. Yo fijaba los vértigos”.

Un fajo de papeles. Verlaine y Rimbaud se encontraron una última vez, en 1875, en Stuttgart. Rimbaud se había ido de Francia y buscaba trabajo en Alemania; Verlaine había salido recién de la cárcel. El poeta decidido ya a no volver a Francia y a dejar la poesía, le entregó a su amigo un fajo de papeles con el manuscrito de las Iluminaciones para que se encargara de publicarlas. Habían sido escritas antes y después de “Une saison en Enfer”. Las Iluminaciones son también poemas en prosa, menos dos, titulados “Marina” y “Movimiento”, que son, según Agnès Spiquel, los primeros poemas en verso libre de la poesía francesa. Los especialistas siguen discutiendo el orden y el número de textos que integran el conjunto. Se ha sugerido que el título “Iluminaciones” puede provenir del esoterismo del siglo XIX y/o de luminure (las pinturas con que se adornaban las primeras letras de manuscritos y libros impresos). Son creación y destrucción, éxtasis. El texto titulado “Genio”, posiblemente inspirado en Verlaine, termina: “Él nos conoció a todos y a todos nos amó (…) sepamos llamarlo y verlo, y despedirlo, y bajo las mareas y en lo alto de los desiertos de nieve, seguir su presencia, —su respiración, —su cuerpo, —su luz”. Primero en una revista, después en forma de plaquette, Iluminaciones fue publicada por primera vez en 1886. Rimbaud no se enteró. Se encontraba en Harar (África) negociando armas, entre otros objetos. Desde que se fue de Francia siguió escribiendo cartas a su familia. En 1891 tuvo que volver a su país, enfermo, para internarse en un hospital en Marsella. La soledad lo acompañó en esa errancia continua que fue su vida.
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LAS CARTAS DEL VIDENTE, LE BATEAU IVRE, UNE SAISON EN ENFER, de Arthur Rimbaud. Versión castellana (Uruguay) de Juan Carlos Mondragón. Yaugurú, 2023. Montevideo, 77 págs.
ILUMINACIONES, de Arthur Rimbaud. Edición bilingüe. Ilustrado por Frederic Amat. Traducción de Miguel Casado, Galaxia Gutenberg, 2023. Barcelona, 165 págs.

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