Redacción El País
El cáncer sigue siendo una de las enfermedades que afecta a personas en todo el mundo, y su aparición puede estar relacionada con hábitos nocivos como fumar, consumir alcohol o llevar una alimentación poco saludable, entre otros factores.
A pesar de los avances significativos en la ciencia, aún existen casos en los que no se ha encontrado una cura, especialmente cuando el diagnóstico se realiza en etapas avanzadas. Por esta razón, expertos recomiendan incluir en la dieta siete alimentos que pueden ayudar a proteger el organismo de los radicales libres y otras sustancias dañinas que podrían contribuir al desarrollo de enfermedades como el cáncer.
1. Brócoli

Según National Geographic, el brócoli es una verdura con un alto valor nutricional, ya que contiene vitaminas, minerales y fibra. Entre sus beneficios destacan la lucha contra el sobrepeso, la reducción del colesterol malo, el fortalecimiento de los huesos gracias a su contenido de calcio, y el refuerzo del sistema inmunológico debido a su aporte de magnesio. Además, contiene compuestos como los glucosinolatos e isotiocianatos, que pueden ayudar a prevenir el cáncer.
2. Champiñones

Por su parte, el portal ‘Verleal’ destaca que los champiñones son ricos en minerales, fibra y vitaminas. Sus antioxidantes ayudan a combatir los radicales libres, previenen enfermedades cardiovasculares debido a su bajo contenido en grasas, favorecen la salud ósea gracias al calcio, mejoran la digestión por su aporte de fibra, y contribuyen al buen funcionamiento del sistema nervioso por su contenido de vitaminas B12, B3, B5, B7 y B9. Además, son una fuente importante de minerales como fósforo, potasio, zinc, magnesio, selenio y hierro.
3. Legumbres

En cuanto a las legumbres, la Fundación Española de la Nutrición señala que son alimentos ricos en proteínas, fibra, ácido fólico, vitaminas y minerales, con un bajo contenido en grasas. Estos nutrientes ayudan a controlar los niveles de azúcar en la sangre, son una fuente importante de proteína vegetal, previenen malformaciones congénitas, la anemia ferropénica, el deterioro cognitivo y reducen los síntomas de la menopausia. Entre las legumbres más comunes se encuentran los porotos, las lentejas y las arvejas.
4. Tomate

El tomate es otra hortaliza con múltiples beneficios para la salud. Contiene vitaminas como la B1, B12, B5 y C, así como minerales como fósforo, potasio, magnesio y calcio. Su consumo puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, obesidad, hipertensión y ciertos tipos de cáncer, como el de próstata, mama, estómago y pulmón. Además, protege la piel de los rayos UV, reduce el colesterol, previene infecciones urinarias y mantiene un sistema digestivo saludable.
5. Bayas

Las moras, frutillas y arándanos son frutas que destacan por sus propiedades antioxidantes, gracias a la presencia de compuestos como flavonoides, antocianinas y polifenoles. Estos nutrientes ayudan a proteger las células del envejecimiento y los efectos dañinos de la contaminación, mejoran la digestión, fortalecen el sistema inmunológico, combaten infecciones urinarias, protegen el cerebro y favorecen la agudeza visual.
6. Avena

Rica en vitaminas, minerales y antioxidantes, lo que la convierte en aliada para controlar el peso, reducir los niveles de colesterol malo, regular el azúcar en la sangre, prevenir el estreñimiento, disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y retrasar el envejecimiento prematuro. Su inclusión en la dieta puede aportar múltiples beneficios para la salud en general.
7. Nueces

Las nueces también ofrecen numerosos beneficios. De acuerdo con el portal ‘Quironsalud’, contienen vitaminas E, B1, B3 y B6, así como minerales como magnesio, zinc, potasio, fósforo, selenio, manganeso y cobre. Su consumo mejora la salud de la piel, el sistema nervioso y los huesos, reduce el riesgo cardiovascular, ayuda a controlar el peso y combate el estrés oxidativo. Además, son ricas en ácidos grasos poliinsaturados y omega-3, y su fibra proporciona un efecto saciante. Incorporar estos alimentos en la dieta puede ser una estrategia efectiva para fortalecer el organismo y reducir el riesgo de desarrollar enfermedades como el cáncer.