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Las semillas de chía previenen un importante grupo de trastornos, según reveló un estudio chileno; vea cuál

La inclusión de esta semilla tiene diversas propiedades para el bienestar del organismo, pero una investigación realizada por la Universidad de Chile sumó otras a la lista.

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Semillas de chía.
Semillas de chía.
Foto: Pixabay

La Nación/GDA
Las inclusión de semillas en la dieta puede ayudar con diversas afecciones a la salud por las propiedades que tienen. Una semilla beneficiosa es la chía, de la que ahora se descubrió un nuevo beneficio.

Se dio a conocer la propiedad en la tesis titulada “Efecto de la ingesta de harina de semilla de chía rica en fibra en la reversión de la esteatosis hepática y otras alteraciones metabólicas inducidas por una dieta alta en grasa”. El estudio fue liderado por la Dra. Loreto Muñoz de la Universidad de Chile y financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico chileno.

La investigación asegura que la fibra de la chía tendría grandes aportes para la prevención de enfermedades cardiovasculares, esto debido a que evita que se produzcan algunos de los principales marcadores del Síndrome Metabólico, un grupo de trastornos que incluye el aumento de la presión arterial, niveles altos de azúcar en la sangre, exceso de grasa corporal, entre otros.

“Una dieta rica en grasas, como es de esperar, induce muchos problemas de salud, entre ellos el síndrome metabólico, que representa un alto riesgo cardiovascular. Aunque este riesgo está relacionado con múltiples factores, quisimos investigar el efecto de la fibra, especialmente la fibra de chía, en estos factores de riesgo. Para este propósito, tuvimos tres grupos de ratones: el primero, de control, con una dieta normal, y otros dos grupos con una alimentación alta en grasas. Al tercer grupo, además se les dio como suplemento harina de chía, una harina rica en fibra”, explicó la doctora.

El aporte de la chía en la salud cardiovascular se explica principalmente por su alto porcentaje de fibra soluble e insoluble, que supera el 50% de su composición. La fibra insoluble ayuda a la digestión, pero la fibra soluble tiene una particularidad mucho más interesante: “Gracias a su capacidad de absorber agua, alrededor de 30 veces su peso en este líquido, la chía es capaz de formar una estructura que atrapa nutrientes dañinos como el colesterol, grasa y la glucosa (azúcar), y luego mantenerlos “encapsulados” o atrapados hasta el final del proceso digestivo, eliminándolos del organismo a través de las heces, contribuyendo a prevenir enfermedades ligadas al hígado y corazón”, agregó Loreto Muñoz.

Para tener los efectos deseados, asegura que hay que hidratar la semilla por al menos media hora antes de su consumo. Lo importante es siempre consumir chía con mucho líquido, porque el mucílago —estructura gelatinosa encargada de retener estos elementos nocivos como el colesterol o la glucosa— se activa en contacto con el agua. “La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un consumo de entre 25 a 30 gramos de fibra dietética al día, por lo que consumir 50 g de semillas de chía o 30 g de harina de chía al día, cubre el requerimiento nutricional diario”, concluyó Loreto Muñoz.

Muchos recomiendan ingerir agua de chía con limón, pero ¿por qué? Por un lado, la fibra de las semillas aporta una mayor saciedad y evita el hambre entre comidas. Por el otro, la preparación tiene vitaminas y propiedades antioxidantes que ayudan a purificar el cuerpo, lo que a la vez permite tener una mejor digestión y, como consecuencia, un organismo más sano. Paralelamente, también hidrata y ayuda a prevenir arrugas en la piel. Es sin dudas una preparación sencilla que cada vez más personas suman a su día a día.

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