Back to Basics: por qué en 2026 la clave para tu salud será entrenar como tus ancestros

Olvidate de las rutinas complejas. La tendencia que viene rescata los movimientos naturales del cuerpo para combatir el sedentarismo.

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Foto: Pickpik.

Cada año, la industria y la movida más o menos espontánea del fitnessadopta y desarolla nuevas tendencias. Para el año que empezará en pocos días, puedo adelantar que una de las pautas que marcarán el 2026 será el Back to basics, o volver a lo básico y fundamental.

Es tanta la información disponible actualmente en cuanto a formas de ejercitarte, rutinas, qué se puede comer, qué no, que toda esa enorme cantidad de datos y consejos a veces puede provocar algo de ansiedad y confusión, en lugar de motivarte a seguir desarrollando tus destrezas y resistencia física.

En gran parte y por esa razón, en 2026, la tendencia será dejar un poco las pantallas con toda esa información y quedarse con los fundamentos básicos y probados. Uno de ellos será recrear patrones del movimiento, que es para lo que fueron creadas las estructuras de nuestro cuerpo.

¿De qué se trata esto? De entrenar los movimientos del hombre ancestral, estudiar los fundamentos de la biomecánica (mecánica corporal del movimiento) potenciando las características que surgen de ese entonces y fueron moldeando nuestro cuerpo para ser funcional. Así como la mordida y la ubicación de los dientes tienen un sentido, nuestro cuerpo también. Por esta razón, el sedentarismo y permanecer largas horas sentado, van en contra de nuestra fisionomía.

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Imagen generada por inteligencia artificial.

Más que una manera de entrenar, esto será un cambio de mentalidad. Tratar de permanecer activo y fortalecerse en base a esos patrones de movimiento.
El hombre ancestral corría para cazar, se sentaba en cuclillas, tenía fuerza de agarre, tracción, de empuje. En los albores de la humanidad, sobrevivía quien mejor se adaptaba al entorno y sus condiciones.

Hemos recorrido un largo camino como especie desde entonces pero, por ejemplo, nos enfermamos si nos quedamos muy quietos. El sedentarismo es un factor de riesgo para contraer enfermedades metabólicas y cardiovasculares, como lo han comprobado una y otra vez distintas disciplinas científicas.

Por lo tanto, realizar actividad física -como la calistenia o entrenar fuerza en el gimnasio priorizando ejercicios multiarticulares (que involucran cuerpo entero: sentadillas, estocadas, dominadas, lagartijas, etcétera) o clases como pilates, danza y animal flow- son propuestas que se alinean a este fundamento. Con esto no quiero postular que hay que cargar kilos y kilos hasta quedar doblado. Más bien, se trata de moverse mejor y más seguido.

Del entrenamiento de fuerza he escrito en todas mis notas anteriores, pero acá les quiero contar sobre los beneficios del pilates, el animal flow, la calistenia y la danza.
Pilates es ya desde hace bastante tiempo un pilar del fitness. En ese método se trabaja fuerza, flexibilidad y hay un importante énfasis en la zona media y la respiración, lo que lo convierte en un ejercicio muy abarcador. Esta disciplina tiene más de 100 años, se inició como un método de rehabilitación y acondicionamiento físico desarrollado por Joseph Pilates, inicialmente utilizado en soldados heridos y bailarines.

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Calistenia.
Imagen generada por inteligencia artificial.

Calistenia, en tanto, es una forma de entrenar en la que se construye músculo y pierde grasa usando el mismo peso corporal. La ventaja de esta manera de ejercitarse es que no se necesita equipamiento. Con el propio cuerpo y en lo posible, algún lugar con una barra para colgarse, alcanza. De forma progresiva, se gana fuerza porque uno trabaja levantando su propio peso corporal.

Animal flow, por su lado, es lo más parecido al entrenamiento ancestral. Reproduce movimientos del hombre salvaje, desplazamientos en el suelo, corrección de pisada, saltos, desplantes, lo más parecido al movimiento animal.

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Profesora de baile Dahiana Lamas.
Foto: Difusión.

Por último quiero mencionar el baile. Está comprobado que la danza tiene componentes que van mas allá de lo físico. Por ejemplo, tiene un gran impacto cognitivo porque mejora la coordinación, la conexión mente-músculo, la memoria, el estado de ánimo, y repercute de forma positiva como en tu rutina de entrenamiento y adherencia.

Mas allá de estas formas de encarar el ejercicio, es menester como parte del back to basics también intentar modificar algunos hábitos. Por ejemplo, se recomienda evitar estar sentado muchas horas en una silla. En este enfoque, se propone comenzar a sentarse en cuclillas, como hacían los pueblos originarios del continente americano. También se exhorta a ir a “buscar el alimento” (o sea, hacer las compras) a pie, y caminar largas distancias.

¿Qué te parece? ¿Estás dispuesto o dispuesta a volver hacia atrás en el tiempo para avanzar en salud?

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