Priscila Noya

Priscila Noya

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Esta columna pretende ser el reflejo de un dilema que cree pertinente una persona que vive la década de sus 20.
¿Es la identidad de coalición la nueva identidad partidaria? ¿Para qué cantidad de votantes es lo mismo votar por un blanco que por un colorado? Estas preguntas vienen acrecentándose en mí desde hace un tiempo, pero más aún, posteriormente a las elecciones del 27 de octubre.