Hospital de niños en situación de crisis; ultimátum de los médicos

Pereira Rossell. Las guardias de los intensivistas solo se cubrirán hasta el 27 de agosto; después dependerá de nuevos contratos Denuncian presiones de ASSE para aceptar más pacientes

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PAULA BARQUET

Al límite de lo ético, cansados de esperar respuestas y en pleno pico de infecciones respiratorias, los pediatras intensivistas del Pereira Rossell denunciaron su realidad laboral. Hasta el 27 de agosto cubrirán las guardias; después, no se sabe.

Cada invierno se repite la misma situación: aumenta la demanda por infecciones respiratorias y las carencias de Salud Pública quedan al desnudo. A veces es falta de camas de CTI, otras es falta de recursos humanos. En el caso de la pediatría intensiva las camas son casi suficientes pero el personal para atender a los potenciales usuarios de esas camas no alcanza.

La falta de previsión de ASSE ante esto es vieja historia para los especialistas, que deben redoblar sus esfuerzos para no dejar niños sin atención. De acuerdo a un decreto de 1997, cada médico en cuidados intensivos puede atender hasta cuatro camas, pero con los recursos humanos disponibles se termina abarcando más de lo previsto en la normativa.

"No respetamos esa relación y terminamos brindando una mala asistencia", dijo a El País el presidente de la Sociedad Uruguaya de Neonatología y Pediatría Intensiva (Sunpi), Wilson Guillén. En los últimos fines de semana hubo solo un médico de guardia, por lo que hasta la jefa de servicio debió asistir. Además, Guillén denunció que los médicos reciben "presiones constantes" de la Coordinadora de CTI de ASSE para que acepten más pacientes.

Desde octubre la Unidad de Cuidados Intensivos de Niños (UCIN) del Pereira Rossell tiene bloqueadas cinco camas de 20 por falta de recursos humanos. Por el mismo motivo permanecen inhabilitadas otras seis camas con última tecnología, disponibles desde principio de año. Cuando en la UCIN no dan abasto, derivan pacientes al sector mutual. Guillén reveló que en 2010 el prestador estatal gastó unos US$ 800.000 en trasladar pacientes pediátricos a CTI privados, donde desde junio hay entre seis y 14 niños de ASSE internados por día.

Aunque la situación se repite año a año, esta vez los especialistas aseguran que llegaron "al límite de lo ético y moral que todo profesional debe aceptar según el juramento hipocrático". Así lo expresan la Sunpi y el Sindicato Médico en un comunicado difundido ayer.

"Las carencias por falta de recursos humanos (médicos y de enfermería) son de conocimiento de las autoridades de ASSE, directores de centros hospitalarios y Ministerio de Salud Pública (MSP). Pero a pesar de ello, es poco lo hecho por solucionarlas", afirman.

Además de la sobrexigencia y el estrés al que se ven sometidos, los médicos son víctimas de agresiones de los familiares. Guillén informó que en lo que va del año hubo dos casos de médicas golpeadas ante la incomprensión de los usuarios. Por ahora no se han registrado casos de mala praxis.

La dificultad de las últimas semanas en cubrir las guardias motivó una reunión de los médicos del hospital el 28 de julio. Allí se evaluó la posibilidad de declararse en conflicto, lo que finalmente se descartó en vistas de la época del año y del caos asistencial que significaría.

En cambio, los profesionales se organizaron para cubrir las guardias de aquí al 27 de agosto, poniendo a disposición sus horas libres (aquellos que las tenían). A su vez, se decidió denunciar las condiciones laborales ante la opinión pública y "exigir a las autoridades del Pereira Rossell, ASSE y MSP la urgente solución a esta situación, sabiendo que tienen todos los recursos para realizarlo".

"Es claro que de seguir así, en poco tiempo más vamos al colapso de la pediatría intensiva y neonatal en nuestro país", concluyen.

El País intentó comunicarse con las autoridades del Pereira Rossell, pero desde ASSE no se autorizó la consulta ni se designó otro vocero.

CONTRATOS. En la pediatría intensiva y la neonatología -subespecialidades para las que se requiere el posgrado de pediatría- el déficit de médicos es a corto plazo. Según datos de la Sunpi, hay 150 neonatólogos y 50 intensivistas pediátricos. El 80% tiene 50 años, y se reciben por año nueve neonatólogos y seis intensivistas pediátricos. Por el tiempo que lleva su formación, estos especialistas ingresan al mercado con 30 años o más. De modo que, si todo sigue igual, en pocos años ya no habrá médicos suficientes para cubrir las guardias.

En el plazo más inmediato hay algunas soluciones posibles. Desde enero los intensivistas pediátricos y de adultos vienen trabajando para generar cargos de alta dedicación, de 40 o 48 horas semanales. Con esto se pretende cubrir el déficit pero también cambiar el modelo asistencial, pasando de la tradicional guardia de 24 horas a un régimen más horizontal.

Se prevé el ingreso de 15 intensivistas al Pereira Rossell: la mitad para el CTI de recién nacidos y la otra mitad para el de niños. Con los nuevos cargos y la regularización de los contratos laborales que ASSE planea emprender este año, se "paliará parte de la situación", consideró Guillén. "Pero son medidas que llegan tarde", agregó.

El llamado se concretó recién la semana pasada, cuando se desató la crisis en la UCIN. Ahora hay tiempo hasta el viernes 12 para inscribirse.

CONGRESO. Los médicos de la Sunpi reflexionaron sobre el tema el miércoles, en el Congreso de Pediatría. Allí presentaron los resultados preliminares del Primer Censo Nacional de Pediatría Intensiva y Neonatal. Hasta ayer habían respondido 26 de las 29 unidades.

Los especialistas explicaron que la escasez de recursos humanos de este sector ya era conocida, pero que faltaban datos certeros con los que poder "hacer un planteo".

"Es imperioso resolver" la carencia. "Si no, la pediatría intensiva va al colapso en no muchos años", advirtieron.

En Montevideo los especialistas trabajan en tres lugares a la vez; en el interior, en dos. "Estamos todos viejos y todos cansados. Es poca la gente que se anota (para cursar esas especialidades) y poca la gente que egresa", graficaron.

Por otra parte, uno de los pediatras se refirió a las dificultades del Sistema Nacional Integrado de Salud: "El conflicto de interés público-privado es real. No sabemos cómo lo vamos a subsanar", confesó, al tiempo que expresó que "no va a haber más remedio" que implementar el "modelo de cogestión público-privado". Y agregó: "Tenemos que plantear seriamente una reorganización de los servicios de salud".

No faltan camas de cti

Hay 29 unidades intensivas pediátricas, que reúnen un total de 291 camas. Eso implica 0,87 camas cada 10.000 habitantes, lo cual es menos de lo recomendado a nivel internacional, pero es casi aceptable.

Sin embargo, algunos especialistas suelen advertir que el criterio internacional (una cama cada 10.000 personas) es engañoso porque la demanda no es constante durante el año.

Aunque hay siete CTI públicos y 22 privados, en el total de camas la distribución no es tan desigual: 39% son públicas y 61% privadas.

ASSE sin controles

"Con el Sistema Nacional Integrado de Salud han derivado muchos niños al mutualismo y el MSP ha establecido controles en el cumplimiento de metas. Sin embargo, en la Salud Pública hay ausencia de planes, de controles y de auditorías. Llaman la atención estas carencias cuando se maneja un presupuesto que es de los mayores que se ha tenido hasta ahora", dice el comunicado.

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