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Propiedad Privada

Estados y empresas buscan controlar la red. Se oponen una circunstancial alianza entre millones de usuarios y grandes corporaciones.

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Fabián Muro

Una "muralla de fuego" en China. Una orden judicial en Argentina. Un proyecto de ley en Estados Unidos. Donde antes había libertad, hoy asoma el afán de control. Los dueños de Internet empiezan a hacer uso de sus derechos de propiedad.

Pero la resistencia crece. Al ya notorio grupo de "hacktivistas" (fusión de los términos hacker y activista) Anonymous, conocido por la máscara de Guy Fawkes de la película V de Vendetta, se le sumarán varias de las empresas más importantes de Internet. Y algunas de ellas pueden considerarse propietarias de partes muy importantes de la red, como Facebook, Google y Twitter. Éstas y otras amenazan con un "apagón" digital el 23 de enero en protesta contra el proyecto de ley SOPA ("Detener La Piratería Online", por su sigla en inglés) que está en discusión en el Congreso estadounidense. Es decir, planifican bajar la llave durante un día.

No hace demasiado que el mero término propiedad parecía incompatible con el cliché que iguala la red a un oasis de libertad y horizontalidad. Sin embargo, la evolución tecnológica y las luchas políticas hacen que el sueño (o la pesadilla) de controlar Internet parezca más realizable.

Mientras todas las implicancias del concepto de propiedad de la red empiezan a asimilarse, también comienza a cuestionarse un concepto que contribuyó a la importancia de la red de redes: la neutralidad.

Cuando un usuario comparte algún archivo a través de la red, la información que envía o recibe usa en igualdad de condiciones la banda ancha común. Internet no discrimina entre lo que una empresa, una ONG, el gobierno o un ciudadano envía o recibe a través de los cables.

Como dice Sebastián Bellagamba, director regional de la Internet Society (ISOC, por su sigla en inglés, ver recuadro): "A Internet le da lo mismo qué tipo de información va de una terminal a otra. Y de la misma manera, le da lo mismo quién sea el que transmite y quién recibe esa información".

Esa característica puede diluirse entre las acciones de, básicamente, dos actores que se adueñan de forma paulatina de cada vez mayores espacios dentro de la red: empresas y gobiernos, estos últimos apoyados a veces por los poderes legislativos o judiciales en sus respectivos países.

PRIVADOS. La ofensiva empresarial sobre la neutralidad de la red tiene dos vertientes: conexiones y contenidos. Un ejemplo entre muchos puede ilustrar la tendencia hacia la apropiación de un espacio que hasta hoy es comunitario y público. Un punto neurálgico para todas las conexiones de Internet de América Latina está en Miami: el NAP ("Punto de Encuentro de Redes", por su sigla en inglés) De Las Américas. Este edificio fue comprado el año pasado por la empresa de telecomunicaciones Verizon, una de las más grandes del mundo.

El escritor y periodista de la revista especializada Wired, Andrew Blum, explicó en un artículo que subió a Internet por qué esta compra afecta la neutralidad de la red. "NAP es uno de los edificios más importantes de la red global, una fortaleza gigantesca en el centro de Miami. Es cierto que Internet es una red de redes pero lo que a menudo se olvida es que esas redes tienen que conectarse físicamente, un router a otro y así sucesivamente".

En ese acto de vincular físicamente muchos cables es que la importancia estratégica del edificio cobra relevancia: "El NAP es el punto de encuentro físico para más de 160 redes de todo el mundo. Los cables se encuentran ahí porque el edificio ofrece varias ventajas: excelente seguridad, sistemas de energía de respaldo y paredes construidas para resistir a un huracán grado 5. Pero sobre todo, porque las conexiones se hacen en un territorio `neutral`. El NAP es como una `Suiza de Internet`, un lugar en el cual no hay alianzas y donde redes competidoras pueden conectarse unas a otras".

Por su parte, Google había adquirido en diciembre de 2010 otro edificio de vital importancia para la red, el que está ubicado en la Octava Avenida, número 111, de Nueva York. Google ya ocupaba parte de esa construcción con sus oficinas, y pagó casi 2.000 millones de dólares por las instalaciones. No se trata precisamente de un negocio inmobiliario sino uno tecnológico. Tal como en el NAP, ahí hay cientos de redes interconectadas, provenientes de muchas partes del mundo.

Uruguay también forma parte de ese entramado global. El director de la Agencia para el Desarrollo del Gobierno Electrónico (Agesic), José Clastornik, dijo a Qué Pasa que Uruguay se conecta a las "infraestructuras internacionales de Internet mediante varios enlaces y proveedores, los que se han incrementado y diversificado en el tiempo". De acuerdo a Clastornik, eso forma parte de una "política de eficiencia y disponibilidad".

Otras corporaciones que pueden incidir en la neutralidad son las proveedoras de banda ancha. En ese campo, nadie le gana a las operadoras chinas. Las dos principales empresas son responsables de darle conexión a Internet al 20% de los todos los internautas en el mundo.

En un mercado que crece cada vez más, la neutralidad permite la competencia comercial en pie de igualdad y mantiene la puerta abierta a la innovación, dicen los defensores. Muchos se preguntan qué pasaría si una compañía invierte en en la construcción de una red para vender un servicio y surge otra empresa que compite a menor costo y vende mejores servicios. ¿Podrá, como hasta ahora, usar el ancho de banda de una red en las mismas condiciones que todos?

El escritor Lawrence Lessig -quien publicó hace diez años un libro de referencia, El futuro de las ideas- pensó en esa pregunta y fue hasta el Medioevo para encontrar respuestas. "Esta es la lección que nos enseñó Maquiavelo: `La innovación crea enemigos entre todos aquellos que prosperaron durante el viejo régimen, y solo un tibio apoyo de quienes van a prosperar con el nuevo`. Y sigue siendo así (...) Las contrarevoluciones son casi tan antiguas como las revoluciones".

Clastornik acota que parte de la amenaza a la neutralidad proviene de la segmentación del tráfico: "Que la información le llegue a unos y a otros no; que haya contenidos con privilegios en su acceso, y otras situaciones que hoy no nos imaginamos. La casuística se incrementa con el desarrollo de Internet", escribe el jerarca por correo electrónico.

La competencia por el control de la red incide sobre las costumbres de millones que acuden a ella para informarse o entretenerse. En Uruguay existen dos casos cercanos, dado que son argentinos: Cuevana y Taringa!

Se sabe que yendo a esos sitios se pueden descargar o ver en vivo contenidos protegidos por leyes de derechos de autor. Luego de años de pataleos por parte de los titulares de esos derechos los dueños de Taringa! fueron procesados, y Cuevana fue intimado judicialmente a dejar de funcionar en su país.

CONTENIDOS. La ofensiva de los titulares de derechos de autor y propiedad intelectual empezó casi inmediatamente después del éxito de Napster, el sitio que permitía el P2P, o sea el intercambio de archivos entre dos terminales y que empezó a funcionar en 1999. Casi 15 años después, el congreso de Estados Unidos parecería dispuesto a aprobar la ley SOPA.

La ley va un poco más allá que otras legislaciones: apunta al individuo, a empresas de alojamiento de archivos y también hacia las proveedoras de banda ancha. La ley estipula, entre otras cosas, que es suficiente que el dueño de una obra resguardada por leyes de propiedad intelectual sospeche -no que tenga pruebas- de piratería para empezar a tomar medidas.

También se preveen acciones como impedir que una empresa consiga inversores u otras fuentes de financiación si se determina que en el sitio web hay contenidos que violen derechos de autor o patentes.

En Uruguay, dice Clastornik, hay que tener en cuenta la clase de contenidos que se suban o bajen. "Si esos contenidos son o no nocivos, si son lícitos o ilícitos, si están o no regulados por las leyes de propiedad intelectual". En otras palabras, la actitud oficial uruguaya podría sintetizarse en "se verá caso a caso".

Lessig expresa otra visión sobre este tema, una que toma en cuenta la historia del copyright y que, a fuerza de numerosos ejemplos, se pregunta si las restricciones al uso de la propiedad intelectual no produce más perjuicios que beneficios.

Para el experto, la restricción más dramática a la innovación viene de la mano de quienes son los titulares del copyright: "Las leyes de propiedad intelectual fueron hechas mucho tiempo antes de que Internet existiera. Y el efecto que estas leyes han tenido sobre la red ha sido la transferencia de control sobre los métodos innovadores de distribución de muchos a pocos".

El ejemplo más claro, según Lessig, es el caso de la industria de la música: en el año 2000, casi el 90% de la distribución musical estaba bajo el control de cinco empresas. Y aunque Internet presentó un modelo que podría diseminar el control de pocos a la manos de muchos, la tendencia parece encaminarse, una vez más, hacia la concentración, más allá de fenómenos como el Partido Pirata sueco o las acciones de los activistas digitales Anonymous, cuyas acciones en la red -ataques contra sitios de grandes empresas y organismos gubernamentales- volvieron a poner en el centro de la atención las connotaciones políticas de la red.

En Moldavia, se ha dicho, ocurrió la primera Revolución Twitter. Y forma parte de la narrativa promulgada por políticos, partidos y empresas que las redes sociales fueron decisivas en las transformaciones en el mundo árabe, tal vez el hecho político más importante del año pasado.

En 2009, en las polémicas elecciones presidenciales iraníes, también se afirmó que las redes sociales, en particular Twitter, fueron responsables de, casi, torcer el resultado para la llegada de la democracia. El libro ¡Muerte al dictador! Un testigo de las elecciones iraníes, de Afsaneh Moqadam, relativiza el barullo en torno al rol de las redes sociales: "En 2009 había 19.235 cuentas de Twitter en Irán, lo que equivale a 0,003 % de la población".

Más allá de los datos duros y sus virtudes, las redes son un arma ambigua. Moqadam cuenta de activistas iraníes que recomendaban no usar Twitter o celular: los servicios de inteligencia iraníes usaban esas redes para identificar disidentes, tal como habían hecho en Moldavia.

Sebastián Bellagamba (ver recuadro) dice que el poder político es uno de los más influyentes actores en el mundo virtual. "Los gobiernos en general tienen varias herramientas a su alcance. Junto a la comunidad técnica, el Foro de Gobernanza de Internet y la organización que asigna las direcciones de IP -que identifican a las máquinas conectadas a la Red- es uno de los agentes más influyentes en Internet".

El ejemplo paradigmático de poder político sobre internet es China y su "muralla de fuego", que filtra hacia los ciudadanos aquellos contenidos considerados apropiados por el régimen chino. ¿Sería posible hacer lo mismo en Uruguay? "Vivimos en un Estado de Derecho. Eso nos da garantías. Los operadores de telecomunicaciones solo dan información sobre sus usuarios a través de órdenes judiciales, lo cual es una garantía de que no se vulneren los derechos", dice Raúl Etcheverría, directivo del Registro de Direcciones de Internet Para América Latina y Caribe (Lacnic).

Para él, nadie y todos gobiernan la red, y no hay un único actor que tenga tanta incidencia como para torcer los destinos de la red.

Aún así, hay poderosos intereses empeñados en regular cada vez más los usos y costumbres de un dominio hasta ahora virtual y neutral.

Organismos reguladores de internet

v IGF

Foro de Gobernanza de Internet. Espacio abierto con representantes de la sociedad civil y los gobiernos establecido 2006 luego de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información realizada en Túnez. Referente en temas de política pública. Las partes actúan en pie de igualdad, de acuerdo a lo que explicó José Clastornik, director de Agesic.

v icaan

Encargada de asegurar que los usuarios de Internet puedan encontrar todas las direcciones válidas. Supervisa la distribución de identificadores únicos y delega los nombres de dominios de primer nivel (como ".com" o ".org").

Gobiernos

Principalmente Estados Unidos y China. El primero porque ahí nació Internet y porque es bajo la jurisdicción de esa nación que se regulan aspectos fundamentales. El segundo por ser el mercado de mayor crecimiento en el mundo. Ambos tienen herramientas para vigilar e intervenir la red.

RIAA-MPAA

Dos cámaras (música y cine) que han invertido millones para frenar el intercambio de archivos protegidos por el "copyright". El proyecto de ley SOPA, de ser aprobado, sería un éxito político de muchas empresas agremiadas en esas cámaras y generadoras de contenidos.

JEFF BEZOS

Amazon, la firma fundada por Bezos, controla el 60% de la venta de libros, 22% de películas y 19% de música y electrodomésticos en su país. De los servidores de Amazon dependen empresas como Newsweek, Netflix y organismos como Nasa y el Ministerio de Agricultura.

MARK ZUCKERBERG

El fundador de Facebook es uno de los 20 invitados a cenar con Barack Obama en febrero de 2011, donde el presidente le pidió a los invitados -también estaban Steve Jobs y uno de los fundadores de Google- ideas que contribuyeran a "duplicar las exportaciones en cinco años".

Proveedoras banda ancha

De las diez compañías más importantes del mundo, las dos primeras son chinas, pero Estados Unidos tiene cuatro empresas en ese top ten. Dichas empresas controlan casi la mitad (40%) del mercado de acceso a la red a nivel mundial.

1,6

millones de usuarios de Internet hay en Uruguay, según el estudio "Perfil del internauta uruguayo"

21%

de los usuarios señalan que entrar a una red social es su actividad principal en Internet.

3%

de los usuarios uruguayos no saben qué es el motor de búsqueda Google, el principal del mundo.

3 preguntas

SEBASTIÁN BELLAGAMBA, director regional de la Internet Society.

Internet tal y como la conocemos, ¿está amenazada hoy?

Siempre está amenazada. Pero no hay ni buenos ni malos en esto sino que son intereses encontrados. ¿Qué pasaría si mañana ponés www.elpais.com.uy y no accedés? ¿O si ingresás más rápido a un diario que a otro? Dejaría de ser una experiencia abierta y neutral. Hoy es lo mismo que vos consultes el blog de un amigo que la página de Antel para informarte sobre una oferta de servicios. La información es tratada igual, independientemente de dónde viene (origen), a dónde va (destino) y qué transmite (contenido).

¿Cuáles son esos intereses encontrados, los que amenazan la neutralidad y la apertura de la red?

Repito: no hay malos y buenos en esto. Muchas de las empresas más grandes de internet son parte de la Internet Society. Lo que digo no debe tomarse taxativamente. Por ejemplo, Apple. Hoy no podés bajarte cualquier aplicación, sino solo la que esa empresa permite. Es una experiencia cerrada (al mismo tiempo, se te ofrece la garantía que no bajás un virus). El límite entre lo que es bueno y malo es muy fino.

¿En último instancia, no es Antel la que gobierna Internet en Uruguay, dado que tiene el monopolio de acceso a la red?

Sí, pero, por ejemplo, no hay una firewall que filtra los contenidos, como en China. Se podría hacer, lo que no quiere decir que se vaya a hacer. El proyecto de ley SOPA podría proporcionar herramientas contra la apertura y la neutralidad de internet, como el filtrado a nivel del DNS (Domain Name System), que es la base de datos que traduce los nombres de dominios, hacerlos inteligibles, con lo que se podría localizar al usuario. Eso está ocurriendo en Argentina con Cuevana: se entra al DNS y se filtra el acceso a ese sitio. Eso ocurrió porque hubo una orden judicial.

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