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Mujeres casi adultas

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SI SER FAMOSO despierta muchas envidias, ser famoso y además joven añade a la envidia la desconfianza. A esos pequeños genios se les empieza a buscar detrás padres, padrinos o marcas "patrocinadoras". Que los haya o no, no debería resultar relevante. A Lena Dunham, creadora de la serie de televisión Girls, rápidamente se los identificaron, así como a las otras actrices principales de la serie. Y en esto ya se encontró motivo de crítica, porque todas "eran hijas de"; menospreciando así la excelencia narrativa de Dunham y la profundidad y actualidad de sus personajes.

Lena Dunham es la hija del pintor Carroll Dunham y de la fotógrafa Laurie Simmons, pero en el mundo global sería más acertado relacionar a sus padres con ella, ya que Dunham es ya un referente en la pequeña pantalla así como lo es el canadiense Xavier Dolan en la grande. Dunham tiene 26 años, estudió escritura creativa en Oberlin College (Ohio) y es directora, guionista y actriz de sus filmaciones. Tiny Furniture (2010) -donde actuaban su madre y su hermana- fue su primer largometraje independiente en el que ya empezó a tomar cierta trascendencia, pero ha sido sin duda la serie de HBO Girls la que con sólo una temporada hasta ahora la ha lanzado a la fama internacional.

CUERPO PÚBLICO.

Girls son un grupo de cuatro amigas de clase media alta que sobreviven en Nueva York. Tienen alrededor de 25 años, son graduadas y hacen su primera experiencia laboral. Sus mal pagados trabajos o pasantías son complementados económica e incansablemente por sus respectivos padres. Hannah (Lena Dunham) quiere ser escritora y es pasante en una editorial, aunque sigue atrasando el momento en el que empiece seriamente a escribir. Marnie (Allison Williams, hija del presentador de la NBC Brian Williams), insatisfecha con su meloso novio Charlie, es la prolija y clásicamente linda compañera de apartamento de Hannah. Shoshana (Zosia Mamet, hija del dramaturgo David Mamet) está obsesionada con perder su virginidad y, mientras, vive en una infancia de almohadones rosados y revistas para chicas. Y Jessa (Jemima Kirke, hija del batero Simon Kirke) es la aventurera e inestable prima británica de Shoshana.

No son adultas pero tampoco son adolescentes, son jóvenes convirtiéndose en adultas o aprendiendo a serlo, con sus equivocaciones, sus miedos de dejar atrás el País de Nunca Jamás y sus frustraciones de que su día a día no se parece para nada a lo que la ficción les había prometido.

Dunham no entra en los cánones de belleza actuales, ni tampoco lucha por hacerlo; más bien todo lo contrario, es su cuerpo, el tipo de cuerpo que el público no está acostumbrados a ver en la televisión, el que ella desnuda una y otra vez sin pudor de parecer ridícula, porque sabe que en esa ridiculez es donde calladamente se identifican sus seguidores jóvenes. Un elemento más que distancia a Girls de la otra "serie de mujeres" con la que la quisieron identificar, Sex & the City.

Ya desde sus primeros videos Dunham exhibe su cuerpo. En La fuente, por ejemplo, Dunham se mete en bikini en una fuente de la universidad para lavarse el pelo y los dientes. Aunque no se puede encontrar este video en la web, durante la película Tiny Furniture algunos de los personajes lo ven y leen los comentarios en YouTube acerca del sobrepeso o los pequeños pechos de la protagonista.

Mientras en Sex & the City el sexo es glamoroso, como la ropa o la vida que llevan las protagonistas, en Girls el sexo es incómodo, molesto, natural y obsesivo. Son cuerpos que no encajan a la primera, parejas no satisfechas o vírgenes con una obsesión que se balancea entre la excitación y el pánico, enfermedades de transmisión sexual, visitas al ginecólogo, compañeros sexuales esporádicos, libros de cómo debe ser el hombre ideal y mucha frustración.

Es la vida real con la que muchos se han identificado, y que está en sintonía con lo que ocurre hoy con las redes sociales, donde lo íntimo es llevado a la escala de lo público. Y eso que antes era considerado privado pasa a ser, junto con el creador, parte de la obra. La mención de Xavier Dolan en este texto no es gratuito, ya que él también cuestiona los límites entre lo público y lo privado. Dolan es también protagonista de sus filmaciones y sus dos películas, J`ai tué ma mère y Les Amours imaginaires, versan sobre su vida.

EL DISCURSO.

Pero no solo es sexo y cuerpo, es también verbo. Es palabra y más que palabra, verborrea. Los personajes de Dunham, especialmente aquellos que ella interpreta -Hannah en Girls y Aura en Tiny Furniture- son excesivamente habladores. Verbalizan sus pensamientos y sus inseguridades, como si haciéndolo pudieran formular hechizos que los protejan. En el episodio "All Adventurous Women Do" Hannah no para de hablar sobre la posibilidad de tener SIDA mientras le practican un examen ginecológico. El espectador se siente incómodo, siente vergüenza ajena, así como la ginecóloga termina por estar incómoda también. Y no es la situación lo que los provoca, sino el monólogo compulsivo de la protagonista.

Uno de los momentos más importantes de Tiny Furniture, tanto a nivel de guión como visual, es justamente otra conversación, esta vez entre Aura y su madre. La protagonista acaba de tener un encuentro sexual y se mete en la cama de su madre a revelarle que leyó sus diarios. También en Delusional Downtown Divas, una webserie anterior de Dunham, irónica y crítica con el star-system del arte, los personajes vomitan -más que elaboran- discursos.

Uno de los monólogos de Girls que ha recibido tanto férreas críticas como fuertes elogios es aquel en el que la protagonista, drogada, irrumpe a mitad de la noche en el hotel donde están alojados sus padres para plantearles lo importante que es que sigan manteniéndola económicamente, porque ella "puede ser la voz, o una de las voces de su generación". Aunque Dunham diga que esto lo escribió de manera irónica parece más una declaración de intenciones a la que su legión de fans se acoge férreamente. Tampoco le falta el narcisismo en Tiny Furniture cuando pone en boca de Charlotte lo genial de Aura, la protagonista, es decir, Dunham misma.

Como Hannah no es la única que necesita ser mantenida en países como EE.UU. -por los largos periodos de estudios y pasantías que felizmente aprovechan las empresas para pagar poco a sus noveles trabajadores- tampoco es la única en pedirle un aumento de sueldo a su jefe, así que el espectador se siente identificado con el momento en el que Hannah ensaya ese discurso, que en boca de otro suena tan abocado al fracaso.

Girls inserta el humor magistralmente incluso en situaciones dramáticas, generando ternura. Hannah puede reprocharle a su "amigovio" la falta de compromiso con la barbilla temblando a punto de echarse a llorar, pero en la parte de arriba de la cara la protagonista luce unas teatrales y absurdas cejas pintadas con delineador.

Se dice que Girls es un reflejo de la situación socioeconómica, o quizás, como dicen los críticos y siguiendo el modelo de Dunham, de un determinado entorno sociocultural. Pero ese entorno ya trasciende fronteras hacia la aldea global, con una Nueva York que no se acaba en las calles glamorosas, unas relaciones sociales que tienen también su espacio real en Twitter o unos espectadores que no esperan a que las series lleguen a sus televisiones nacionales. La segunda temporada se estrena en enero de 2013, aunque ya se puede ver el primer teaser en el canal de YouTube de la cadena HBO.

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