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Un francés más uruguayo que el mate

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Antoine Griezmann, una esforzada carrera futbolística que lo llevó a la cima.

El delantero Antoine Griezmann, estrella del Atlético de Madrid, se casó hace pocos días, vive su mejor momento en el fútbol europeo y en su vida personal.

Después de casarse hace pocos días se tiñó el pelo de azul y subió la foto a Instagram. Es el primer gesto extravagante que se le conoce a este fenómeno del Atlético de Madrid que suele lucir cabellera rubia y un descontracturado aspecto juvenil. A las pocas horas de publicar esa imagen los "me gusta" ya superaban los 600 mil corazoncitos.

El francés Antoine Griezmann acaba de firmar la renovación de su contrato con los colchoneros hasta 2021. Nominado como uno de los mejores jugadores de la UEFA, posición que comparte con jugadores de la talla de Cristiano Ronaldo y Gareth Bale, el rubio delantero tiene ya una trayectoria envidiable en el exigente fútbol europeo.

El pasado 15 de junio Griezmann —apodado cariñosamente como Grizou y también como "El Principito"— se casó con Erika Choperena, una joven donostiarra de 25 años licenciada en Pedagogía, con quien tiene una hija, Mía, de poco más de un año. La boda, que se llevó a cabo con toda la pompa en el bello Palacio de la Galiana en Toledo, puso así el broche a una relación que comenzó cuando despegaba la carrera de futbolista de Griezmann en el país vasco.

Precoz.

Antoine Griezmann nació en la comuna de Macon, en el departamento de Saona y Loira en el centro de Francia. Su padre es de origen alsaciano, lo cual explica la raíz germánica de su apellido. Su madre, en cambio, es nieta materna de portugueses y su abuelo por esa vía también fue futbolista.

Desde muy temprano el pequeño Antoine empezó a descollar con el balón. Sus habilidades pronto fueron puestas a prueba en el primer club al que se enroló, el Unión du Football Mconnais, el equipo de su localidad. Pero cuando quiso probarse en otros clubes su débil constitución física le jugó en contra y ninguno quiso ficharlo. De chico Antoine era hincha del Olympique de Lyon, donde también pretendió ingresar a su academia de formación y fue rechazado. Ninguno de estos "no" desanimaron al jugador en ciernes.

Por fin, su habilidad innata no pasó inadvertida para un cazatalentos de la Real Sociedad, el equipo de San Sebastián que tenía su observador en territorio galo, Eric Olhats. Antoine tenía 13 años cuando este experimentado técnico lo vio jugando en un torneo juvenil en París. La propuesta no demoró en llegar y los padres aceptaron que su hijo fichara en un club extranjero.

Por esos años Griezmann continuó viviendo y estudiando en Francia. Sin embargo todavía su correcto desempeño en las inferiores de la Real Sociedad no dejaban adivinar al crack que irrumpiría pocos años después en el fútbol europeo.

Entre los 13 y los 18 años pasó por todas las categorías juveniles del club vasco. Progresaba en buena forma como jugador, pero de momento nada lo hacía destacar entre sus compañeros.

Al cumplir los 19 fue ascendido al equipo filial Real Sociedad B; esto ocurría durante la temporada 2009-2010. Si bien no estaba previsto que Antoine comenzara a hacer la pretemporada, la serie de lesiones que sufrieron varios de sus compañeros pronto lo colocaron entre los titulares para los primeros partidos amistosos. Y Griezmann debutó marcando goles, con lo cual atrajo de inmediato la atención de todos. De hecho, este comienzo se replicó a lo largo de la pretemporada con goleadas constantes, lo cual le significó que pasara a entrenar regularmente con el equipo titular.

Su debut fue en un partido por la Copa del Rey de 2009 con el Rayo Vallecano, ante el que cayó por 2 a 0. Su primer gol en la liga lo marcó poco después ante el Huesca y a partir de allí el joven delantero se ganó el puesto de titular.

Para el año siguiente tendría lugar su debut en Primera División como titular, siempre en la Real Sociedad. Allí tuvo una carrera ascendente durante los cuatro años que jugó con los colores del equipo vasco. Para entonces, su regularidad como goleador ya había llamado la atención de los principales equipos españoles. También allí tomaría contacto con el primer uruguayo que marcó su carrera y que, según él mismo ha sostenido, comenzó su "uruguayización": el técnico Martín Lasarte. De este modo maduró su llegada al Atlético de Madrid, que se produjo el 28 de julio de 2014.

"La jefa".

Antoine y Erika se conocieron en San Sebastián al poco tiempo de que el jugador fichara en la Real Sociedad. Un flechazo que dio origen a la relación coronada hace pocos días con la boda celebrada en Toledo.

Su vida como jugador de alta competencia le requiere dedicación total. Pero la relación con Erika supuso un pequeño oasis en medio de tantas exigencias. La pareja se consolidó con el tiempo y pareció complementarse de la mejor manera.

De hecho, Antoine llama a su flamante esposa "la jefa". "Porque es la que se encarga de todo, para que yo no me preocupe y me centre en el fútbol", explica.

La imagen que el propio Griezmann subió a Instagram el día de la boda los muestra radiantes, él con un smoking azul marino de corte moderno y moña, alzando un botellín de cerveza, y ella con el clásico vestido blanco y alzando su copa de champán.

El smoking de Griezmann fue objeto de análisis. El diario El País de Madrid consultó a uno de los mejores estilistas del medio, Jero Risco, quien radiografió la indumentaria del goleador con sus pros y sus contras. "El corte del traje es apropiado para alguien joven como el futbolista, a quien le gusta la moda. No tendría sentido que vistiera siempre de forma moderna en el día a día y fuera disfrazado de su padre el día de la boda", fue el argumento a favor de Risco. Pero el argumento en contra parece decididamente demoledor. "A juzgar por las solapas de raso del traje, por el cuello de la camisa y por la pajarita, Griezmann lleva puesto un esmoquin. Y según dicta la etiqueta el esmoquin solo debe llevarse después de la puesta de sol, y nunca en un evento de día, mucho menos siendo la persona que lo viste el novio", sentenció el estilista.

Lo cierto es que Griezmann con su juvenil impronta de peso ligero sigue siendo el goleador de los colchoneros y el mejor amigo de Diego Godín.

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En las prácticas del Atlético de Madrid hay un grupo bien compacto que se distingue del resto del plantel. Son los uruguayos, una "barra" de inseparables: Diego Godín, José María Giménez y el "profe" Ortega, preparador físico del equipo. Pero a la "barra" suele sumarse uno que ya llega con su termo y su mate como uno más: el francés Antoine Griezmann. Su amistad y admiración por los uruguayos viene de sus orígenes como jugador profesional. Cuando aún era otro más en el plantel juvenil de la Real Sociedad y el equipo atravesaba por una severa crisis llegó el entrenador uruguayo Martín Lasarte. Y pronto el DT vio en aquel jugador de mediana estatura y ligero un potencial escondido. Años más tarde el propio Lasarte lo recordaría para una nota publicada en Ovación. "Su desparpajo, su sacrificio, su necesidad constante de retos mayores a superar...", lo describe Lasarte, quien tuvo que defender su opción a capa y espada ante el club. "Me decían que estaba poco hecho", recuerda. Poco después, otro uruguayo lo apadrinó en la cancha y le enseñó algunos piques, Carlos Bueno. Y ya antes de hacer el pase millonario a filas del Atlético los uruguayos del cuadro se encargaron de contactarlo con sus compatriotas Godín y el "Cebolla". Ahora grita los goles de la Celeste con un "¡Uruguay nomá!".

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