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Suntuosa y entretenida aventura en el espacio

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Nuevo Robinson Crusoe en Marte: un hombre solo enfrentado a un entorno amenazador.

A Ridley Scott la ciencia ficción le sienta bien. Al género pertenece su mejor película y probablemente única obra maestra (Blade Runner, 1982), y también Alien, el octavo pasajero (1979), que no es una obra maestra pero sí una eficaz maquinaria de suspenso capaz de elevar un material de clase B hasta el nivel de un competente entretenimiento de clase A.

Caben más discusiones en torno a Prometeo (2012), una película visualmente atrayente, narrativamente irregular y un tanto pretenciosa que, sin embargo, daba ganas de que hubiera una continuación que resolviera algunos hilos que quedaban sueltos en ella.

Hay menos pretensiones en esta Misión rescate (¿quién le puso el título castellano?) que proviene de una novela de Andy Weir afortunadamente no leída por este cronista: ello desactiva la tentación de jugar a las odiosas comparaciones. Una película debe sostenerse por sí misma y ésta lo hace, un poco en la línea de las historias con más "ciencia" y menos "ficción" del Arthur C. Clarke anterior a El fin de la infancia o 2001 (digamos, Preludio al espacio o Las arenas de Marte). El astronauta Matt Damon es dejado por muerto tras una tormenta sobre el planeta rojo, queda solo, debe arreglárselas para sobrevivir y buscar la manera de comunicarse con la tierra para que vuelvan a buscarlo. El resultado es un relato de estructura muy clásica, que entrecruza la aventura marciana de Damon con los vaivenes del equipo en la Tierra que al principio cree que su hombre a muerto, cambia de opinión de a poco y a cierta altura decide que habría que hacer algo.

¿Objeciones? Siempre se puede hacer alguna: algún exceso de monólogos explicativos, cierta liviandad en el tono, que debió ser acaso más oscuro y angustioso al narrar la situación extrema por la que pasa su personaje y a veces prefiere el chiste.

Pecados menores, en todo caso.

Al principio hay un tono de comedia que ayuda a que el espectador la pase lo mejor posible, pero a medida que el metraje avanza Scott y su libretista Goddard saben virar gradual y firmemente hacia un mayor suspenso, con hábil manejo del montaje alterno para alimentar el interés. Y es realmente competente el nivel del elenco: Damon es uno de los pocos galanes actuales que puede ser también, cuando se lo propone, un buen actor, y los secundarios del equipo de Tierra lo acompañan debidamente, desde Jessica Chastain hasta un Jeff Daniels muy en su sitio como una de las autoridades de la NASA (también está Sean Bean, y hay alguna broma interna a costa de El señor de los anillos).

Por supuesto, hay algo que en Ridley Scott casi siempre funciona bien, incluso en sus malas películas: un refinamiento visual, un sentido del encuadre y la composición de la imagen. En Misión rescate se suman a ello un clasicismo de relato y un sentido del entretenimiento, virtudes que faltaban en recientes trabajos del director como El abogado del crimen (2013) y Éxodo, dioses y reyes (2014), con respecto a los cuales este film constituye una clara recuperación.

Misión Rescate [***]

Estados Unidos 2015. Título original: The Martian. Dirección: Ridley Scott. Guión: Drew Goddard, sobre novela de Andy Weir. Fotografía: Dariusz Wolski. Música: Harry Gregson-Williams. Producción: Twentieth Century Fox/Scott Free. Elenco: Matt Damon, Jessica Chastain, Kate Mara, Chiwetel Ejiofor, Kristen Wiig, Jeff Daniels, Sebastian Stan, Mackenzie Davis, Michael Peña, Sean Bean, Donald Glover. Duración: 142 minutos. Estreno: 8 de octubre.

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