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Repensar la identidad uruguaya

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Ana Ribeiro
LEO CARRENO LEONA1803@GMAIL

El Reglamento Provisorio de la Provincia Oriental (1815) merecía un análisis amplio, por lo complejo, y por la larga lista de cuestiones conexas que conlleva.

EL 26 DE mayo de 2016 se cumplieron dos siglos de la fundación, por orden de Artigas y dirigida por el P. Dámaso Antonio Larrañaga, de la primera biblioteca pública en Montevideo, día en que el Protector decretó por santo y seña del ejército "sean los orientales tan ilustrados como valientes". Ahí concluirá la conmemoración del bicentenario del "ciclo artiguista": luego queda recordar derrotas. El último gran hito anterior a éste, conmemorativo de la "Patria Vieja", se festejó el 10 de setiembre de 2015: fue el bicentenario del Reglamento Provisorio de la Provincia Oriental para el fomento de su campaña y seguridad de sus Hacendados (1815).

Este penúltimo bicentenario apunta al Artigas conductor político práctico, la ejecución de lo preconizado en las Instrucciones del Año XIII. Por eso el libro Tierras, Reglamento y Revolución es un gran aporte para repensar el pasado nacional y, de algún modo, la identidad uruguaya.

LOS ÁRBOLES Y EL BOSQUE.

El libro trata un asunto amplio y complejo. No es fácil ni lineal, y le costará incluso a muchos lectores aficionados a los temas históricos. Se aborda el "arreglo de los campos" desde la instalación hispánica en el Río de la Plata, el impacto de esta presencia —y con ella la del ganado vacuno y equino— en los aborígenes, la interacción entre españoles, portugueses, criollos, indios y negros a lo largo de más de tres siglos, los cambios de política agraria introducidos por los borbones en la España del siglo XVIII, el alambramiento de los campos en el Uruguay del 1870 y 80, y una larga lista de cuestiones conexas.

Por eso es de rigor leer la extensa y prolija introducción a cargo de los coordinadores del volumen, Ana Ribeiro y Gerardo Caetano, antes de entrar en tal o cuál artículo. Es atinado el señalamiento de grupos de artículos en los que las visiones de los autores se oponen o se complementan: siguiendo esos posibles mapas de lectura la tarea será más provechosa. Por ejemplo se recomienda al lector, a la hora de evaluar cuánto hay en el Reglamento... de continuidad en los intentos de mejora de la situación agraria a fines de la colonia, y cuánto de radicalismo y novedad revolucionarias, cotejar los artículos de Raúl Fradkin y Ana Frega.

En lo territorial, este libro estudia las distintas comarcas de la Cuenca del Plata/Paraná/Uruguay. De la lectura de los artículos de Thomas Whigham, Ignacio Telesca y Milda Rivarola sobre el Paraguay, por ejemplo, y de modo muy especial el de Gabriel Aladrén sobre Río Grande, en el que se estudia con rigor y sutileza el impacto de la mano de obra esclava en el despegue de los saladeros a principios del siglo XIX, surge un entramado de semejanzas y diferencias que permite comprender mejor el "caso oriental".

También es enriquecedor el estudio de las poblaciones y su interacción. El lector no especializado verá cuestionadas ciertas ideas muy comunes sobre nuestro proceso histórico e identidad. El artículo de Diego Bracco sobre las relaciones entre charrúas, guaraníes y guenoas —tema en el que el autor trabaja hace años— cuestiona el eslogan de "Uruguay, tierra charrúa" al mostrar un predominio guenoa. En varios artículos se cuestiona la idea de que nuestro territorio habría sido colonizado de sur a norte, al estudiar la actividad de las estancias del norte a cargo de indios guaraníes catequizados por los jesuitas (las misiones). Esta diferencia de sistemas de propiedad y explotación de la tierra —comunitario al norte, propietarista al sur— explicarían buena parte de las resistencias que enfrentó la aplicación del Reglamento..., encarnadas en la reticencia con la que el "Cabildo gobernador" de Montevideo llevó adelante la política agraria de Artigas.

Varios de los artículos apuntan a la importancia que cobró la exportación de cueros a partir de 1780. El aumento de la demanda, y en consecuencia de sus precios, generó el interés de muchos "hacendados" en reclamar tierras de la corona para hacer en ellas "vaquerías", esto es, verdaderas cacerías de vacas —sin que importara si eran propiedad del estanciero o ganado de sus vecinos— con el único fin de cuerearlas. Esta práctica, junto con la guerra, habían disminuido de modo drástico el stock bovino, lo que explica que el Reglamento... prohibiese a los propietarios de estancias hacer "vaquerías". Sin negar el interés de Artigas en la justicia social —"que los más infelices sean los más privilegiados"— ni su política revolucionaria —las tierras a confiscar eran de los "malos europeos y peores americanos", es decir, de los enemigos— había interés en frenar el deterioro de la riqueza ganadera, unido a la determinación de ordenar la campaña. Por eso los vagabundos serían remitidos a Purificación y enrolados en el ejército. Pero los buenos precios ganaron la partida. Artigas no pudo detener el contrabando de cueros hacia Brasil y Buenos Aires.

AMPLITUD DE ENFOQUE.

Entre los principales méritos de este libro está el de ayudar a entender la historia de esta región, en especial en el tema agrario, pero también en su conjunto, como un proceso. Por eso tienen pleno sentido artículos como el de Javier Uriarte acerca de la mirada de los colonizadores sobre la tierra a la que llegaban y los habitantes que hallaban en ella, o el de Raúl Jacob sobre el alambramiento de los campos y la introducción de ganados de raza fina bajo los gobiernos de Latorre y Santos, apoyados por la Asociación Rural, que era un actor de insoslayable peso económico, social y político. Como ya lo había sido el "Gremio de hacendados" montevideano a fines del virreinato y en el período artiguista.

Debe prestarse especial atención al último artículo en el que Raúl Jacob repasa de modo exhaustivo las distintas piezas académicas aparecidas en la prensa uruguaya y otras actividades relativas al sesquicentenario del Reglamento..., en 1965, año de fuertes reveses económico- financieros para el país. Un Uruguay en el que ya se gestaba la guerrilla de izquierdas y se oían voces de aliento al autoritarismo de derechas. Año en el que también se discutía la necesidad y viabilidad de una reforma agraria.

Esta toma de distancia ayuda a valorar la amplitud del enfoque del presente volumen, y la honestidad intelectual con que se asumen las diferencias de enfoque, tanto ideológicas como metodológicas, entre los diferentes articulistas. Muchos de los artículos que menciona Jacob apenas disimulan su rol al servicio de intereses partidarios y/o económicos.

Tierras, Reglamento y Revolución es un volumen casi perfecto: sólo se encontró una errata ortográfica. En cuanto a lo puramente historiográfico se puede señalar, en la introducción, un párrafo de redacción algo confusa que, leído con prisa, puede dar a entender que tras las Invasiones Inglesas el Virrey del Río de la Plata era Francisco Xavier De Elío, cuando el cargo era ocupado por Santiago de Liniers. Y en el excelente artículo de Nayibe Gutiérrez Montoya y Juan Marchena Fernández sobre el desarrollo de Buenos Aires, Colonia y Montevideo la mención de Isidoro De María escribiendo en 1780, cuando el gran memorialista montevideano nacería recién en 1815.

TIERRAS, REGLAMENTO Y REVOLUCIÓN. Reflexiones a doscientos años del reglamento artiguista de 2015, de Gerardo Caetano y Ana Ribeiro (coordinadores). Planeta, 2015. Montevideo, 626 págs. Distribuye Planeta.

Ana Ribeiro
Ana Ribeiro
Gerardo Caetano
Gerardo Caetano

RIBEIRO Y CAETANO sobre otro hito artiguistaJuan de Marsilio

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