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En el Espejo del Archivo

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Humberto de Vargas no figura en el Registro Civil. El nombre que sí aparece es Humberto Gerardo Vitureira Paz. ¿Cómo termina pasando esto? En 1977, a los 14 años, el joven Vitureira se anotó en Millonario, un concurso de canto en Canal 10. Su conductor, Mario De Carlo, consideró demasiado largo el nombre del adolescente y le recomendó cambiarlo. Su madre, Marisa Paz, terminó de darle forma a la idea, proponiéndole usar el apellido de una bisabuela, una brasileña llamada De Oliveira de Vargas. El chico ganó el concurso luego de estar un año superándose en cada categoría hasta llegar a la final. "Cuando empecé a trabajar en esto, en Radio Carve, ya no tenía sentido (usar el apellido Vitureira) porque la gente me había visto en televisión por un año con el de Vargas, y me quedó", cuenta el conductor y actor de teatro.

La televisión aparece en 1981, con la realización de comerciales, y comienza a crecer ininterrumpidamente en 1982, con la conducción de La revista estelar, programa que permanecerá casi 14 años al aire. Luego vendrá el teatro, con el estreno de Muerte de un viajante en 1983, obra por la que ganó el Florencio Revelación ese mismo año.

Hoy, es dueño de un estilo de conducción que se transformó en marca registrada en más de 25 años de carrera. Y si no lo vemos, lo reconocemos por su voz en las promociones que también realiza desde hace dos décadas para Canal 10. Sin panatalla pero con proyectos, tiene micrófono todas las tardes en Radio Carve, en la conducción de Como el primer día (lunes a viernes de 16:00 a 17:30). También ensaya una obra sobre Juana de Ibarbouru junto a Myriam Tellez y Victoria Rodríguez (sí, la misma de Esta boca es mía).

-¿En qué medio te sentís más cómodo?

-No se trata de un tema de comodidad (...) Mentiría si me decido por una. Sí creo que donde brindo todo el potencial que puedo tener, o descubro cosas mías que son menos previsibles, es en el teatro. El teatro es el que me permite una salida que los medios no me permiten porque están como más esquematizados. De repente, yo como actor podría salirme del personaje, porque no deja de ser un personaje el del conductor, pero las veces que me he salido haciendo un estilo de conducción distinto, la gente no lo aceptó.

-¿Qué tipo de programa harías, para desmarcarte de lo que venís haciendo?

-Lo que me ha faltado hacer en televisión es algún tipo de programa periodístico.

-Siempre vinculado a Canal 10.

-Sí. Hice alguna otra cosa que pasó totalmente desapercibida en Canal 4, allá en los comienzos. Inclusive, el día de la inauguración de la televisión a color, el 25 de agosto del año 1981, yo cerraba la programación de Canal 4, no la del 10. Después, paso al 10

-¿Nunca hubo ofrecimientos de otro canal?

-Sinceramente, no. Hubo reuniones informales, pero verdaderamente informales porque al final, después de tantos años nos terminamos conociendo todos. Si debiera decir con honestidad que alguna vez hubo un ofrecimiento concreto, y cuando hablo de concreto es cuando pasa de la broma del `che, ¿te vendrías con nosotros a hacer algo?`, no hubo.

-Pasaste por la televisión argentina. ¿Tenés ganas de volver?

-Me encantaría volver. En su momento la dejé porque me dio un poco de miedo. Es un medio maravilloso para trabajar, donde podés desarrollarte a pleno, donde nadie te critica por la multifunción (...), pero también es exigente y traicionero a la hora de hacer dinero. Se hace mucho dinero, muy fácilmente. Te rodea mucha gente muy rápidamente y bueno, quienes de repente somos medio débiles de espíritu, podemos caer en ciertas tentaciones. En determinado momento de mi vida yo preferí dar un paso al costado, me encantó, hice el dinero suficiente como para tener una casa, pero me consideré un poco inmaduro en ese momento o no preparado para resistirme a tanta tentación.

-¿Cuáles eran esas tentaciones?

-Un montón. Mujeres hermosas, muy huecas de cerebro pero muy hermosas, ligadas a mucho tipo de vicio. Es un medio en el que empezás a vender, son las 4 ó 5 de la mañana y vos ya no tenés físico para seguir hablando, para seguir fotografiándote, para seguir yendo a las salas vip de determinado boliche donde te vendieron, y a la persona que te llevó no le interesa que te estés cayendo a pedazos, que estés cansado o que te esté doliendo la cabeza. Entonces empiezan los ofrecimientos de aquellas pastillitas que te levantan el ánimo. Nunca tomé, nunca las acepté. (...) Y las chicas lindas te desplumaban, lo que entraba por un lado también salía por el otro, es una vida de mucho gasto porque se aparenta mucho, es necesario aparentar, tenés que tener ropa de marca, tenés que utilizar buenos relojes, hacer buenos regalos.

-¿Tomaste las decisiones correctas en el momento correcto?

-Uruguay es un país atípico en ese sentido. Da pocas posibilidades de que tomes las decisiones.

-¿Tuviste que empujar muchas puertas?

-Yo lo que fui haciendo en mi trabajo fue golpear puertas. En algunas golpeaba y ni siquiera me abrían, pero no perdía tiempo en esperar, golpeaba y seguía en la de al lado y en la otra. Yo me fui generando mis propias fuentes de trabajo. Cuando no había televisión, agarraba la guitarra y cantaba. Cuando no había dónde cantar, hacía teatro. Cuando había para hacer radio, hacía radio. Yo fui desde vestuarista de Alberto Kesman, hasta relator suplente de Carlitos Muñoz en Oriental. Hacía de operador, lo que viniera, al cuestión era trabajar. Eso me fue generando una especie de imagen de polifuncional (...) Por eso te digo, no es que tomé las decisiones correctas, tomé todas las decisiones y después la vida y el Uruguay terminó barajando y colocándome en el lugar que me colocó. Sé que estoy más identificado con la tele que con el teatro, pero eso no lo quise yo, es el medio que es así.

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-¿Tuviste un momento de auge que quizá ya pasó?

-Sí, hay cuartos de hora. De repente son momentos que uno debería aprovechar para meter todas las fichas. Eso, si soy objetivo y tengo que analizar mi carrera, hasta hoy, que tengo 47 años, pero también creo que todavía mi mejor momento no ha llegado, eso forma parte de la filosofía genéticamente optimista que yo tengo.

1977

Inicio en Radio Carve y comienzo de la carrera como cantante, a partir de Millonario, en Canal 10.

1982

Comienza La revista estelar, en Canal 10.

1988

Empieza a trabajar en Argentina, primero en Canal 2 y luego en Canal Trece. Permanecerá cinco años.

1994

Termina el ciclo de La revista estelar.

1996

Conoce a su actual esposa y nace su primera hija, Josefina.

1999

Nacimiento de su segundo hijo, Facundo.

2005

Estreno en teatro de Copenaghe. Nacimiento de su hija menor, Sofía.

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