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Misterio en azul y con luz intensa

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Las supernovas son explosiones que se detectan en el cielo de vez en cuando y, durante unos días destacan por su luminosidad más que la propia galaxia en la que están. Se producen cuando una estrella muy masiva ha consumido el combustible que alimenta las reacciones nucleares de su interior y, sin estas, no logra compensar el efecto de su propia gravedad, colapsa y estalla en una secuencia compleja de fenómenos. Se conocen ya varios tipos de explosiones de supernova, pero ahora unos científicos de Estados Unidos han descubierto uno completamente nuevo y con características bastante raras. Se trata de las supernovas más brillantes -diez veces más que las normales y 100.000 millones más que el Sol-, son muy calientes -entre 10.000 y 20.000 grados- y emiten en ultravioleta durante bastante tiempo.

De momento, Robert Quimby y sus colegas han descubierto cuatro supernovas de este nuevo tipo, pero en realidad son seis, porque su investigación ha permitido constatar que otras dos extrañas supernovas descubiertas hace pocos años son iguales a las cuatro nuevas. Los investigadores no tienen claro qué mecanismos rigen estas explosiones. "Ahora tenemos una nueva clase de objetos que no se pueden explicar con ninguno de los modelos que teníamos hasta ahora", señala Quimby. Estas supernovas nuevas se expanden a gran velocidad (10.000 kilómetros por segundo), carecen de hidrógeno y tardan unos 50 días en apagarse, mucho más de lo que duran la mayoría de las supernovas, señalan.

Las nuevas supernovas residen en galaxias enanas y cada una resulta ser hasta cien veces más brillante que su galaxia, iluminando su gas interestelar. Cuando se apaga la explosión, los astrónomos pueden estudiar el conjunto de estrellas al que pertenece.

Quimby y sus colegas proponen dos modelos para explicar sus raras supernovas. Puede tratarse de una estrella pulsante de una masa entre 90 y 130 veces la solar en la que los pulsos expulsan las capas de hidrógeno y, cuando la estrella está exhausta y explota, se calientan esas capas hasta alcanzan la alta temperatura y gran luminosidad observada. Otra idea es que la supernova deja como remanente un magnetar, un cuerpo denso en rápida rotación. EL PAÍS DE MADRID.

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