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Huelga de guardias obliga a policía a dejar las calles y cuidar estadios

Sudáfrica. Agentes de seguridad privados dejan sus puestos en los partidos

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DURBAN | AFP Y AP

Los agentes de seguridad de cuatro estadios de Sudáfrica se declararon repentinamente en huelga, en reclamo de mejores sueldos. Efectivos de la policía fueron destinados a estas tareas, mientras la FIFA intenta controlar la peligrosa situación.

"Queríamos que la fiesta siguiera siendo una fiesta. Pero nos tratan realmente demasiado mal", contó un empleado de la empresa de seguridad Stallion, contratada por FIFA para custodiar el ingreso al estadio Moses Mabhida de Durban. En un país donde hay 50 homicidios por día, las huelgas repentinas de los guardias privados de seguridad atemorizan a varios.

El motivo de las medidas de los trabajadores es el pago: les habían prometido un ingreso diario de US$ 24 y una prima especial, pero dicen que sólo cobraron US$ 16,5. Si el agente vive a 20 kilómetros del estadio, por ejemplo, debe pagar 4 dólares por el transporte, además de su comida.

"Estamos haciendo esta huelga para que nos ajusten nuestros ingresos, a todos nos pagan diferente. Si trabajas en Soccer City (el principal estadio de este Mundial en Johannesburgo) recibes casi el triple que en Ellis Park", señaló uno de los huelguistas.

El enojo, que fue creciendo en la última semana, estalló el domingo de noche en el partido entre Alemania y Australia en Durban. Allí una manifestación espontánea de 400 hombres que reivindicaban mejores salarios terminó con la intervención de los agentes antidisturbios, que usaron gases lacrimógenos.

Anteayer los reclamos fueron en Ciudad del Cabo, donde los trabajadores hicieron huelga tres horas antes del inicio del partido Italia-Paraguay. Hubo horas de retraso en el ingreso de los hinchas a la cancha y la FIFA se vio obligada a recurrir a 1.000 agentes de la policía para que resguardaran el lugar.

Los últimos en unirse a las protestas fueron los guardias de Port Elizabeth, donde jugaron Costa de Marfil y Portugal, y del Ellis Park de Johannesburgo, donde Brasil le ganó ayer a Corea del Norte. Cientos de agentes se concentraron allí antes del partido cantando, bailando y exigiendo mejores sueldos. En todos los casos la policía asumió la seguridad: 2.000 agentes fueron de urgencia al Ellis Park.

A estas protestas hay que sumar la de los conductores de ómnibus de Johannesburgo, que anteayer dejaron a pie a 1.000 personas que habían ido al partido entre Holanda y Dinamarca. En una ciudad donde es casi imperativo trasladarse en auto u ómnibus, los fanáticos debieron caminar porque los conductores reclamaron más dinero por las horas extras y se quejaron por los cambios en sus programas de trabajo a causa de la Copa del Mundo.

Los incidentes tienen como telón de fondo las críticas por la aparente laxitud en el ingreso a los estadios y molestan profundamente al Comité de Organización Local, cuyo jefe Danny Jordaan, los calificó de "inaceptables" y prometió "tomar medidas" contra sus protagonistas.

"Si bien respetamos los derechos de los asalariados, estimamos inaceptable que generen complicaciones a la organización los días de partidos", justificó en un comunicado.

Por lo pronto, algunos trabajadores de Stallion devolvieron sus uniformes y fueron despedidos con US$ 26,50. "La empresa recibe mucho dinero de FIFA y nosotros sólo maníes", se quejó uno de ellos.

Mientras evalúa contratar a otras empresas, la FIFA echó mano de algunos de los 44.000 agentes que la policía de Sudáfrica había querido desplegar de manera adicional en todo el país para garantizar la seguridad afuera de las canchas.

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