Film uruguayo de terror entra en el festival de Cannes

| "La casa muda" fue filmada con una cámara de fotos y costó 6000 dólares

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Matías Castro

El hecho de que una película uruguaya figure en Cannes no es frecuente, y si se tiene en cuenta que La casa muda es una historia de horror, es inédito. En la sección de Cannes en la que participará, será exhibida junto a otras diez películas. De todas, seis son latinoamericanas. En las cinco restantes se incluye un documental sobre los Rolling Stones, quienes estarán presentes en el evento.

"Esto ni siquiera lo soñó el más optimista del equipo", contó el director Gustavo Hérnández, sobre La casa muda. "Hicimos una película muy honesta en el sentido de que trata de no fallar en lo más importante del género, que es asustar. No es una película nacional que cuente el costumbrismo uruguayo; optamos por otro camino, ni bueno ni malo, pero esto se podría haber filmado en otro país. El género nos permite llegar a cualquier lado: asusta en China, Brasil o en Singapur, y nos dio la posibilidad de narrarlo con un pulso más internacional", agregó.

Si bien se pueden citar varios ejemplos de cine de terror en Uruguay, este es el caso que probablemente ha llegado más lejos en el género, al menos en lo que tiene que ver con festivales. No está protagonizada por actores de gran renombre ni filmada con grandes despliegues, sino más bien lo contrario.

De acuerdo a lo que cuenta el director, costó unos US$ 6000 en efectivo, a lo que se le suma al contribución cooperativa de muchos de los que trabajaron en ella. No tuvo financiamiento de fondos estatales ni premios porque los integrantes de Tokio Films, la productora de la que nació el proyecto, resolvieron hacerla por su cuenta y sin más demoras.

Fue filmada en cuatro días, en diciembre del año pasado, luego de casi tres meses de ensayos. La preparación lo era todo, ya que la película está hecha en una sola toma, con una cámara de fotos. No son fotografías, por supuesto, ni es una cámara común y corriente. Utilizaron una que filma en video de alta definición y que tiene lentes profesionales. De acuerdo al director, es la primera película latinoamericana y la segunda en el mundo en ser filmada con una cámara de estas.

"Evaluamos qué necesitábamos para contar esta historia", explica Hernández, "y por eso usamos una cámara liviana, con lentes profesionales. Lo más importante es que como tiene una sensibilidad muy especial nos permitió gastar poco en luz; casi todo está iluminado con faroles. Con una cámara chica tenés más movilidad que con una muy grande".

La combinación de esos factores les permitió filmar dentro de una casa, con cuatro actores y un equipo técnico de 15 personas en tan pocos días.

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