"La familia no parece gozar de buena salud" dice estudio

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Un informe realizado por la Universidad de Montevideo registra un importante descenso del numero de matrimonios y un aumento progresivo de las separaciones. Otros datos señalan además que hay una persona menos cada dos hogares.

El papel de la mujer en la familia ha crecido notoriamente entre 1990 y 2008. Pero según algunas cifras, es la propia estructura familiar la que se debilita cada vez más.

Las conclusiones son del tercer estudio del Observatorio de la familia en Uruguay, presentado por la Universidad de Montevideo. El trabajo fue coordinado por el profesor Alejandro Cid, y desarrollado por Marianne Bernatzky, Mercedes María Cejas y Giorgina Silvotti. Se trata de un análisis basado en datos de la Encuesta Continua de Hogares del Instituto Nacional de Estadística, que abarca distintas áreas como matrimonios y divorcios, cantidad de personas por hogar, madres e hijos o madres, mujeres y trabajo, entre otros.

En él se destaca que el porcentaje de mujeres jefas de hogar ha aumentado 12% entre 1990 y 2008, pero que el número de matrimonios ha registrado un "marcado descenso", según se asegura en la introducción. En total, la cantidad de enlaces por año disminuyó de 20.084 casos en 1990 a 12.180 en el año 2008.

A esto se suma el importante aumento de divorcios a partir del año 2002: de 6.761 casos se pasó a 14.300. En 2004 -último año relevado en el estudio- se registró el pico. El número de separaciones superó al de casamientos: 14.300 contra 13.123.

Si bien en el interior hay mayor cantidad de matrimonios que en Montevideo, el descenso se encuentra generalizado en todo el país.

Además, en los últimos 8 años aumentó la participación de contribuciones por divorcio provenientes del exterior.

ESCALA FAMILIAR. Otro dato que se destaca es la disminución de 5% en el porcentaje de hijos que viven con su padre y madre, comparando 2001 con 2009. El resultado puede vincularse con las cifras presentadas por la encuesta Nacional de Jóvenes y Adolescentes que presentó el Ministerio de Desarrollo Social semanas atrás: un 60% de los adolescentes vive con ambos padres, y 1 de cada 3 adolescentes que no vive con su padre o madre, declara no tener contacto con su otro progenitor.

En la actualidad, cerca del 40% de los menores de 18 años viven solamente con uno o ninguno de sus progenitores. Otro dato de la investigación está vinculado con la cantidad de personas que viven en el hogar. Entre 1990 y 2008, se observa que hay una persona menos cada dos hogares. "Al empequeñecerse la escala familiar, se multiplican las viviendas y aumentan por ende los costos per cápita del hogar y la demanda de servicios de infraestructura como red de agua, luz, etcétera", afirma en el resumen del documento.

DEMORAS. Las cifras estudiadas por el equipo de investigación permitieron confirmar que la familia "no parece gozar de buena salud", aunque la tendencia es similar en muchos otros países, según se añade. En muchos casos estudiados en el exterior se señala que se han desarrollado experiencias piloto para atender cuestiones como la convivencia en familia, desarrollar capacidades para el manejo de las habilidades financieras del hogar, el mejoramiento en el rol de padre y madre y la diseminación de ideas para conciliar trabajo, desarrollo laboral y familia, entre otras capacitaciones.

Los datos encontrados también reflejan que hoy, la mujer uruguaya tiene menos de dos hijos en promedio, una cifra que está por debajo de la tasa de recambio poblacional.

A esto se suma que el porcentaje de madres entre 21 y 30 años disminuyó un 6%, lo que muestra que las nuevas generaciones de mujeres parecen tender a tener menos hijos o a retrasar su llegada. Hay un 50% de madres en este rango de edad, contra un porcentaje de 85% madres entre las mujeres de 31 a 40 años.

En cuanto a las madres mayores de 40 años, la cifra es del 88%. A pesar de la notoria diferencia en cuanto al porcentaje de madres dentro de las franjas superiores con respecto a la de mujeres entre 21 y 30 años, en ellos también ha habido disminuciones del 2% y el 1%, respectivamente.

Según los datos que revela el estudio, las madres y las mujeres trabajan más. Salvo en el rango adolescente, las mujeres en todas las franjas etarias superiores -esto es, de los 20 años en adelante- han aumentado el promedio de horas laborales.

Las madres y mujeres adolescentes han trabajado de una manera similar, disminuyendo a una hora por semana. Sin embargo, las mujeres de entre 20 y 30 años trabajan unas 22 horas semanales, 3 horas más que las madres en este mismo rango.

Entre 2006 y 2008, las madres de esta franja etaria aumentaron sus horas trabajadas por semana de 16 a 19. Esta cifra se había reducido considerablemente en el año 2001, como consecuencia de la crisis económica, según afirma el texto.

El 32% de las mujeres de entre 25 y 65 años son jefas de hogar. En 1990 eran menos del 20%. Desde 1999, al menos una de cuatro mujeres tiene la responsabilidad de sacar la casa adelante.

Las mujeres de entre 30 y 40 años trabajan más de 26 horas semanales, casi una hora y media más que las madres de esta edad.

Las madres adolescentes han reducido su promedio de horas de trabajo de 2 a 1 y media, entre 2006 y 2008.

"Si nos referimos al ambiente laboral de la mujer y madre uruguaya, las mismas en promedio no llegan a tener un trabajo", señala el estudio.