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EDUARDO DELGADO

Uruguay debería invertir unos US$ 500 millones en los próximos cinco años para adaptarse a las consecuencias del cambio climático, estimó el ministro de Vivienda y Medio Ambiente, Carlos Colacce.

La posición uruguaya en la Cumbre de Copenhague de Cambio Climático -que comienza la próxima semana- tendrá dos ejes: que los países desarrollados y más contaminantes hagan mayores esfuerzos para mitigar este problema, y que destinen más recursos para la adaptabilidad a las consecuencias de este cambio en los países en vías de desarrollo.

Colacce dijo a El País que son notorias las consecuencias del cambio climático en Uruguay -con sequías e inundaciones- y que sus consecuencias durarán décadas.

Por ello, consideró que lo fundamental para Uruguay son las medidas de adaptación a estos cambios, aunque también emprendió medidas para mitigar el fenómeno, fundamentalmente en la matriz energética, de la que el 6% es de "energías limpias, renovables y autóctonas". Colacce dijo que se debe definir el monto del Fondo Mundial de Adaptación (que aportan los países desarrollados), que es del orden de los US$ 1.000 millones anuales, y que la estimación de lo necesario rondan los US$ 70.000 millones. Se mostró esperanzado que se llegue a una cifra cercana a esta última.

Colacce estimó que la inversión pública y privada en un plan estratégico de adaptación a las consecuencias del cambio climático que Uruguay debe hacer en el próximo quinquenio, ronda los US$ 500 millones. Ese plan se centra en reducir vulnerabilidades e incluye un Plan Nacional de Recursos Hídricos, adaptación de cultivos, mejorar el sistema de alertas tempranas, campañas de concientización y definir un organismo que centralice el tema.

Uruguay es parte del grupo 77+China que integran países en vías de desarrollo más la superpotencia asiática. La posición de este grupo es que en Copenhague se logre un nuevo protocolo que siga al de Kioto, que fije en 45% la reducción de gases con efecto invernadero en el año 2020 y que sea vinculante para todos los países.

Para ello es necesario "un fuerte compromiso político", resaltó Colacce, y recordó que Europa es la que ha hecho más esfuerzos en mitigar los efectos del cambio climático.

A diferencia de la mayoría de los países de su grupo, Uruguay inició medidas de mitigación, lo que le da un perfil más negociador, acotó el jerarca. Uruguay también respalda la propuesta de Nueva Zelanda, de crear un alianza global para estudiar la mitigación de gases de efecto invernadero provocados por la agricultura.

En tanto, el Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal exhortó a que las diócesis de Uruguay se adhieran a la iniciativa de Cáritas Internacional, de que el 13 de diciembre a la hora 15, doblen las campanas de las Iglesias.

El fin es enviar un mensaje a los líderes del mundo para que adopten medidas urgentes ante el cambio climático.