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AGENCIAS Y REDACCIÓN

Crece el misterio alrededor de dos de los altos funcionarios del gobierno de Raúl Castro que fueron destituidos. Aunque ellos reconocieron sus "errores" y Fidel los tachó de "indignos" los motivos de su remoción aún no se dieron a conocer.

El vicepresidente Carlos Lage y el canciller Felipe Pérez Roque podían ser considerados dos "delfines" del gobierno del ex presidente Fidel Castro. Ambos se iniciaron en la política cuando eran adolescentes guiados por el ahora convaleciente líder revolucionario. El lunes, Raúl Castro decidió separarlos de sus cargos -siendo partes estos de 12 cambios que se realizaron en el Gabinete-, el martes Fidel apoyó la medida y juzgó sus "ambiciones" que los llevaron a desempeñar un "papel indigno", y ayer los propios ex funcionarios renunciaron a sus cargos como dirigentes comunistas y reconocieron haber "cometido errores".

Las cartas de renuncia fueron fechadas el miércoles 3 de marzo y ayer se publicaron en los diarios oficiales Revolución Rebelde y en el Granma -donde Fidel suele publicar sus conocidas "Reflexiones" desde que se alejó del poder en julio de 2006-. Los dirigentes indicaron que asumían su "responsabilidad" por supuestas faltas que no fueron especificadas. Y expresaban su "fidelidad al Partido Comunista, a Fidel", y al propio Raúl Castro, el destinatario de las cartas.

Lage fue retirado de la presidencia del Consejo de Ministros, pero continuará desempeñándose en la vicepresidencia. Con respecto a esto el funcionario escribió: "Puede usted (Raúl Castro) estar seguro que mi nuevo puesto de trabajo será una oportunidad para continuar sirviendo a la revolución cubana".

En tanto, Pérez Roque renunció como miembro del Consejo de Estado y diputado, por lo que no continuará siendo parte del gobierno.

NOVELA DE MISTERIO. "Esto parece una novela por capítulos, con subtramas que aún no están claras. Los cubanos tenemos derecho a saber lo que sucedió y conocer esos errores, sólo así podemos entender esta historia", sostuvo un joven universitario cubano que hizo sus declaraciones bajo anonimato.

Por su parte, el director del Instituto de Estudios Cubanos en Miami, Jaime Suchlicky, declaró ayer a El País que "en Cuba toda la gente trabaja basado en el deseo y la lealtad del líder. Éste manda y la gente obedece. El líder no te quiere y no se puede hacer otra cosa".

Según aseguró el analista, los cambios en el gabinete realizados por Castro se deben "solamente" a la "consolidación de su toma de poder, por eso la gente nominada es toda allegada a él". Además, afirma que el mandatario busca la "militarización, que se viene dando desde hace muchos años", de la isla. El propio Lage fue sustituido por el general José Amado Ricardo Guerra, un militar considerado "hombre de confianza" del presidente.

Con respecto a las cartas de renuncia enviadas por Lage y Pérez Roque a Castro, y que fueron difundidas ayer por los diarios cubanos, Suchlicky sostuvo que "no tienen ningún sentido".

"Esos papeles invocan lo mismo que se hacía en la época de Iosif Stalin o Saddam Hussein, cuando la gente decía: `sí, sí, es verdad; yo me arrepiento; lo siento; hice cosas malas`", sostuvo, sarcástico, el analista. Y descartó que los funcionarios se hayan querido "revelar contra los Castro. Esto es una movida de la sucesión por parte de Raúl. Fidel asiente porque quiere consolidar el papel de su hermano, entonces trata de bandidos y ladrones a los que antes fueron sus aliados". Suchlicky recuerda que en épocas de Guerra Fría se hacía lo mismo "acusándolos de espías de la CIA o de imperialistas".

Las calles de La Habana estaban repletas ayer de personas que sostenían sus periódicos sin entender qué era lo que estaba sucediendo. Ambos funcionarios tenían fama de estrictos e intransigentes, lo que hace incomprensible que se hayan vuelto "indignos" de un día para el otro.

"Me cuesta entender todo esto, porque tenía a Lage y a Felipe en un pedestal, fueron hombres que acumularon méritos y parecían entregados a la revolución", dijo María López, una jubilada de 72 años.

Juan Carlos, otro retirado de 63, cuenta que trabajó con Lage de joven en el Partido Comunista, y lo define como "un líder extraordinario". "Quizá cometió un error, pero no creo que haya traicionado", agregó.

Suchlicky, en tanto, no se sorprende para nada y sostiene que "siempre han cambiado a quienes quisieron; son peones a los que el rey manda y los usa según su conveniencia".

Luis Ignacio Gómez: Miembro del Comité Central del Partido Comunista (PCC) y ministro de Educación, fue destituido en 2008. En un artículo, Fidel lo acusó de perder "conciencia revolucionaria", y haber viajado "al exterior 70 veces".

Juan Carlos Robinson: Primer secretario del PCC en Santiago de Cuba. Depuesto de su cargo en abril de 2006 por "abuso de poder", fue condenado a 12 años de cárcel por tráfico de influencias.

Roberto Robaina: Dirigente juvenil carismático nombrado canciller en 1993 y miembro del Buró Político. Destituido en 1999 por "deslealtad a Fidel" y separado del Partido tres años después. Hoy se dedica a la pintura en La Habana. Carlos Aldana: Jefe de Relaciones Internacionales del PCC. Llegó a ser el tercer hombre de Cuba, después de los hermanos Castro. Defenestrado en octubre de 1992 por "graves errores". Se ha mantenido en Cuba en labores menores.

José Abrantes: General, jefe de la escolta de Castro por 30 años y ministro del Interior. Destituido por abuso de poder, negligencia en el servicio y uso indebido de recursos. Condenado a 20 años por corrupción.

El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, instó ayer en Montevideo a revocar la resolución que suspendió la membresía de Cuba del sistema interamericano, y a aquellos países que no tienen relaciones con la isla a normalizar víncu-los diplomáticos. "Yo soy partidario de revocar la resolución de 1962 por la cual se suspendió a Cuba", dijo Insulza, que viajó a Montevideo para suscribir un acuerdo de cooperación energética.