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XIMENA AGUIAR

Hay casi 30 comparsas, tambores, bailarines, banderas, público en las calles y en las azoteas. Pero en estas Llamadas se puede circular y hasta integrarse al desfile. Por algo hay quienes las prefieren a las oficiales.

"Tocan por ellos, no por el púbico, no por el dinero", exclamó un señor entusiasmado, que se lamentaba de no haber llegado puntual al inicio del desfile, a las 18 horas. Por Isla de Flores, desde Aquiles Lanza hasta Lorenzo Carnelli, desfilaron ayer 29 comparsas, informó uno de los organizadores.

Con las bailarinas de La Gozadera en camiseta y chancletas, era fácil para los que quisieran sumarse al baile. Acompañando a las cuerdas de tambores aparecía algún aprendiz, como una pequeña niña probando un tambor chico, que desfiló con Kindú. Una camioneta con tres hombres disfrazados de reyes magos desentonaba un poco, pero los niños se entusiasmaban con una mujer negra que, detrás de ellos, se dedicaba a repartir paquetes de caramelos a un lado y otro.

La asociación de comparsas Audeca retomó, con estas 6ª Llamadas de San Benito y San Baltasar, una tradición de homenaje que se remonta más de 200 años, según el Museo del Carnaval. Audeca "quiso retomar esa tradición y festejarlo, no como antiguamente pero manteniendo el carácter popular. No sólo participan las comparsas organizadas, todo el que sienta el tambor y quiera participar puede desfilar", dijo Daniel Siragusa, presidente de la asociación.

Sin embargo, la mayoría de las comparsas nucleadas en la asociación de directores Daecpu no participa de este evento, contó "Cachila" Silva, de la comparsa C-1080. Aunque se sostenga que el desfile es abierto, no se consideran invitadas. "No se sale porque sea tradición, sino porque ellos lo organizan. Que vayamos o no corresponde a quien lo organiza, no a nosotros", consideró.

"Los 6 de enero salen las cuerdas de tambores de barrio, como cualquier otro feriado o domingo, pero no porque sintamos la obligación. Por ahora me abstengo a la presentación de mi conjunto, porque no están organizadas como deberían estarlo", añadió Silva.

Preparación. "Muchos de los que salimos lo usamos como un día de ensayo general para las Llamadas. Nos probamos, nos vamos midiendo con respecto a los otros", contó Siragusa. Igual, "se deja todo, como siempre, por lo que representa Isla de Flores. Es como jugar en el Estadio Centenario, tiene esa mística", consideró.

Para Alejandro Arrascaeta, de Elumbé, es "el evento más importante del año, el homenaje a San Baltasar, para la cultura afrodescendiente es una fecha muy importante". Esta comparsa, que ganó en la noche de las Llamadas del año pasado, también participó del desfile, aunque reservándose algunas de las sorpresas previstas.

"Este año, Elumbé apuntó mucho al cuerpo de baile, que se renovó con jóvenes con preparación en danza, iniciadas a las danzas afro. En la cuerda y la vestimenta también se cambió respecto del año pasado, pero es una sorpresa", dijo Arrascaeta.

Mientras, los conjuntos que participan del concurso oficial en el Teatro de Verano, y que en su mayoría no participaron del desfile de San Baltasar, se preparan para el doble desafío. Este año, con reglamento reformado, se les exigirá a las asociaciones de negros y lubolos un mayor apego a la tradición (ver recuadro).

Sin embargo, eso no implica que no haya innovación. Serenata Africana anunció que desfilaría con ellos la princesa Laetitia D`Arenberg; ayer uno de sus representantes, Alejandro Prieto, realizaba gestiones para permitir el ingreso del vehículo para transportarla durante el desfile. Además, trabajarán en la puesta de escena con la directora teatral Mariana Percovich y, en coreografía, junto a "Beto" Barreiro, el bailarín de danza contemporánea Martín Inthamoussú.

Durante la época colonial, los africanos organizaban candombes todos los domingos y los días festivos. En los festejos de San Baltasar se lucía toda la pompa posible, lo que ha llevado a pensar que allí se evocaba a una importante deidad africana. En estas ocasiones se reunían en las Salas de Nación en que se dividía la población afro, que contaban con reyes y otras autoridades, según el historiador Oscar Montaño.

El nuevo reglamento del concurso oficial de Carnaval, concebido por la Intendencia de Montevideo y la asociación de directores de espectáculos carnavalescos Daecpu, dedica un capítulo especial a la definición de la categoría "sociedad de negros y lubolos".

Alejandro Prieto, de Serenata Africana, explicó que el nuevo reglamento "trata de recuperar la categoría, que se estaba desvirtuando. Especifica que la música sea candombe y de raíces afro, pero no samba, por ejemplo, que era lo que estaba pasando. También define las figuras (mamá vieja, gramillero, escobillero), volviendo al fundamento de la categoría".

Por ejemplo, el reglamento especifica que "en el caso de los Lubolos, se pondrá especial atención en la presencia de los personajes típicos, gramillero, mama vieja y escobero. También al equilibrio de las coreografías, entre lo técnico y lo candombero". Además, recupera la historia de estos personajes como herederos de los reyes de las Salas de la Nación, señalando que se debe resaltar su ancestralidad más que su comicidad. También especifica que "la orquesta tendrá que basar su musicalidad con énfasis en lo afrouruguayo y no en las formas de sonar caribeñas u otras".

Este año competirán en el Teatro de Verano los conjuntos C1080, Kimbara, Mi Morena, Sarabanda, Serenata Africana, Tronar De Tambores y Yambo Kenia.