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Dislexia, barrera que superaron genios

Avances. Las nuevas técnicas ayudan a los niños a vencer los problemas de aprendizaje

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Maria Laura Ibarra

La Teoría de la Relatividad, el Guernica y Windows no hubieran existido si Einstein, Picasso o Bill Gates se hubieran sentido en inferiores condiciones por sufrir de dislexia.

En la evolución de la vida del común de los disléxicos la frontera entre el éxito y el fracaso es muy estrecha. Por eso hay diversos tratamientos para atenuar esta disfunción y nuevas tecnologías -programas de software y lentes especiales- que, si bien no son "mágicos", ayudan a sobrellevar de una manera mucho más fácil el trastorno.

Según la Real Academia Española, la dislexia es la "dificultad en el aprendizaje de la lectura, la escritura o el cálculo, frecuentemente asociada con trastornos de la coordinación motora y la atención, pero no de la inteligencia". Constituye el trastorno neuropsicológico más frecuente entre los niños, principalmente varones. Se estima que el 8% de los uruguayos tienen dislexia, esto es unas 240.000 personas.

Las maestras especializadas en dificultades del aprendizaje, Nelsi Soto y Ana María Fernández, del Centro Integra, explicaron que aunque el diagnóstico de la dislexia se realiza a partir del tercer año escolar, ya en primero aparecen ciertos signos de "alerta" que deben se observados de cerca. Desde primer año de escuela estos niños tienen dificultades, les cuesta unir los fonemas y no adquieren un ritmo lector esperado para su edad. En clases más grandes se caracterizan por demorar mucho al leer, lo que provoca que no entiendan lo que leyeron porque utilizan toda su energía en decodificar y la pierden para comprender, explican. Es habitual que estos niños sean tildados de "vagos", con problemas de atención por lo que a veces suelen tomar el rol de "payasos" al tiempo que desarrollan diversos tipos de "estrategias" compensatorias.

Elizabeth Menza, de la Asociación de padres de hijos con dislexia, es madre de tres niños con dislexia aguda. Más allá de las dificultades en la lectoescritura, sus hijos tienen problemas en las nociones de tiempo, espacio y en todo lo que sea secuencial. "No pueden aprender los días de la semana, las tablas, no saben cuál es la derecha y la izquierda, les cuesta ubicarse dentro de un lugar", cuenta Menza. No obstante, igual crean ciertas "estrategias" para no pasarla mal entre sus pares: "El más chico como no se acordaba del nombre de un compañero y lo llamaba por otro, se reía y le decía que era una broma". Después de la dura experiencia de criar a tres hijos con este trastorno, Menza dice que con la madurez y el tiempo hay muchas cosas que se van mejorando.

La dificultad para leer persiste hasta la edad adulta. Pero mediante una adecuada reeducación, los disléxicos pueden realizar considerables progresos y llegar a dominar las destrezas y habilidades de la lectura informativa o de estudio.

Fernández y Soto coinciden en que los profesionales que se dedican a corregir las dificultades en estos niños realizan, además de la instructiva, un tipo de labor psicoterapéutica basada en una relación comprensiva y estimulante. Ambas cosas sirven para desarrollar ciertas habilidades y destrezas y para promover actitudes positivas hacia el aprendizaje lector.

Según indican los especialistas, los problemas más frecuentes que atienden en niños con dislexia son: la confusión de letras, inversiones, sustituciones, repeticiones totales o parciales de sílabas o palabras, silabeo defectuoso, baja velocidad lectora y problemas de comprensión.

EN EL AULA. El gran problema de los disléxicos se da en los centros educativos, dado que no todos los docentes tienen "herramientas" y saben cómo tratar a los chicos con estos trastornos.

Según explicó el presidente de la Sociedad de Dislexia del Uruguay, Daniel Tort, el sistema educativo uruguayo intenta "sobrellevar" la enseñanza de niños con este trastorno a través de estrategias específicas, pero no hay una formación particular para esto.

La Sociedad de Dislexia del Uruguay prepara a los docentes que lo requieren para enfrentarse a estas barreras de aprendizaje. "Un alumno con dislexia tiene la capacidad de llegar a lo que se proponga. A veces no quiere leer en público o no entiende las consignas, pero dándole los caminos, puede aprender", señala Tort. Y agrega, "ahí radica la importancia de preparar a los docentes, ya que estos chicos son muy sensibles psicológicamente, por eso el vínculo afectivo es fundamental pese a que son muy capaces y pueden tener coeficientes intelectuales superiores a los normales".

Lentes e informática

En Uruguay se pueden encontrar lentes especiales y programas informáticos para ayudar a las personas que tienen esas disfunciones. Los lentes especiales que se utilizan para "atenuar" la dislexia se basan en un sistema de filtros y el procedimiento consiste en probar "color por color" hasta encontrar el indicado. Se trata de una ayuda óptica que se descubrió hace seis años en la Universidad de Cambridge.

"Se prueba por ensayo y error y, a través de pruebas de lectura y comprensión lectora, se definen los resultados para saber si son aplicables al usuario. Porque no sirve para el 100% de los casos", explica Estela Jinchuk, dueña de la óptica que tiene la representación de estos lentes para América del Sur.

En tanto, la Fundación Free Red Especial busca mejorar la calidad de vida de los disléxicos a través de la informática.

Su delegada ejecutiva, Roxana Castellano, explicó que una de las herramientas para atenuar la dislexia es un programa de computación que ayuda a vencer las dificultades. "Los programas hacen énfasis en los puntos fuertes del disléxico: en la imagen como apoyo del texto, ya que con esta disfunción ven más en imagen que en texto", comentó.

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