El Premio Paul Cézanne 2006, que otorga la Embajada de Francia, recayó este año sobre el artista plástico Martín Verges, según resolución acordada por unanimidad por un jurado integrado por Alicia Haber, Gabriel Peluffo, Pablo Rocca, Enrique Aguerre, Gérard Le Corre y Joël Lardeaux Capella.
El galardón va acompañado de una beca a Francia por tres meses y un programa de intercambios culturales. El tema orientador de esta edición fue la propia pintura de Cézanne, como un modo de rendir homenaje, en el centenario de su muerte, al gran pintor postimpresionista, precursor de las vanguardias históricas.
El premio fue otorgado en dos etapas. En la primera, se seleccionaron ocho carpetas, pertenecientes a Nicolás Branca, Patricia Flain, Vladimir Muhvich, Santiago Paulos, Agustín Sabella, Martín Verges, Cecilia Vignolo y Alejandro Turell, decidiéndose realizar con ellos una exposición en el Subte Municipal el año próximo. Además, el jurado otorgó dos menciones a Vignolo y Turell, y una mención de honor a Sabella, recomendando a Vignolo como invitada a la Escuela Nacional Superior de Arte de Limoges Aubusson.
Verges es un artista que ha cobrado progresiva notoriedad en nuestro medio, entre otras razones por su precisión para el retrato psicológico con fuertes componentes experimentales, así como por sus continuas indagaciones en diversos lenguajes plásticos, con acertadas fusiones de técnicas.
Convocado por primera vez en 1982, el Premio Paul Cézanne alcanza ahora su 17° edición. En ese lapso, el galardón fue ampliando y diversificando sus objetivos. En una primera instancia fue destinado a artistas jóvenes, como un modo de promover los valores emergentes. Luego, fue abriéndose a mayor diversidad de técnicas y multiplicando sus cometidos, incorporando después planes temáticos para acotar su radio de acción. Entre las últimas novedades del premio está la incorporación, en el jurado, de técnicos franceses.