La inteligencia artificial (IA), en particular la generativa a partir de la llegada de ChatGPT, se ha convertido en una herramienta omnipresente, transformando sectores como la educación, la salud y el entretenimiento. Este avance ha generado debates en todos los planos y también entre padres y educadores.
Un artículo publicado por The Guardian, relata como en Inglaterra varias escuelas han comenzado a incorporar la IA en sus metodologías de enseñanza. Por ejemplo, en la escuela primaria Willowdown en Bridgwater, Somerset, los estudiantes mejoran su escritura descriptiva utilizando una aplicación de IA que convierte sus textos en imágenes. Este enfoque busca estimular la creatividad y la discusión entre los alumnos, ofreciendo una audiencia diferente para su trabajo.
Asimismo, en la escuela secundaria Furze Platt en Maidenhead, los estudiantes interactúan con una versión virtual de Charles Darwin para aprender sobre la evolución. Esta experiencia ha aumentado la participación e interés de los alumnos, permitiendo a los profesores filtrar las respuestas generadas por la IA para garantizar su precisión.
La rápida adopción de la IA ha generado preocupaciones sobre su impacto en el aprendizaje y el desarrollo infantil.
Daisy Christodoulou, experta en educación, señala que, aunque la IA puede ser útil, es esencial que los estudiantes adquieran habilidades y conocimientos fundamentales sin depender exclusivamente de la tecnología.
Además, la escuela Denbigh High en Luton ha implementado clases semanales sobre “carácter digital” para educar a los estudiantes sobre los beneficios y desafíos de la IA, promoviendo un uso responsable.
La introducción de la IA en la vida de los niños ha llevado a padres y maestros a explorar diversas estrategias para enseñarles sobre esta tecnología. Algunos buscan familiarizar a los niños con la IA desde temprana edad para prepararlos para el futuro, mientras que otros se muestran cautelosos debido a las restricciones de edad impuestas por las empresas de IA. Este debate refleja la necesidad de encontrar un equilibrio entre la preparación tecnológica y la protección infantil.
A pesar de los beneficios potenciales, existen riesgos significativos asociados al uso de la IA por parte de menores. Un caso en Orlando, Florida, involucró a un adolescente de 14 años que se suicidó tras interactuar intensamente con un chatbot de IA. La madre del joven presentó una demanda contra la empresa desarrolladora, alegando que el chatbot exacerbó la depresión de su hijo y contribuyó a su muerte.
La integración de la IA en la vida de los niños presenta tanto oportunidades como desafíos. Mientras que su uso en entornos educativos puede enriquecer el aprendizaje y preparar a los estudiantes para un futuro tecnológico, es crucial abordar las preocupaciones relacionadas con la dependencia excesiva y los posibles riesgos emocionales.
El camino probablemente sea incorporar esta tecnología a las conversaciones con niños y adolescentes y reflexionar sobre sus usos y desafíos.
A medida que la IA sigue evolucionando, también lo hacen las estrategias para su implementación responsable. Iniciativas gubernamentales y empresariales están comenzando a enfocarse en desarrollar normativas que regulen el acceso de menores a estas herramientas, promoviendo una educación digital que les permita comprender no solo cómo usar la IA, sino también cómo cuestionarla y desarrollar un pensamiento crítico frente a sus respuestas. En este sentido, el futuro de la relación entre niños y tecnología dependerá no solo del avance de la inteligencia artificial, sino también del compromiso de la sociedad en formar ciudadanos digitales informados y preparados.