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Gianni Piccato: "El clima de fiesta cívica me sorprendió"

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Gianni Piccato, embajador de Italia en Uruguay. Foto: Francisco Flores
Nota a Gianni Piccato, Embajador de Italia en Uruguay, en la Embajada de Italia en Montevideo, ND 20191105, foto Francisco Flores - Archivo El Pais
Francisco Flores/Archivo El Pais

Embajador saliente

Tras cuatro años, el embajador de Italia en Uruguay, Gianni Piccato, habló de cómo fue su experiencia en el país y lo que extrañará en su salida.

Una de las cosas que más aprecia Gianni Piccato, embajador de Italia en Uruguay desde hace casi cuatro años, es el color del cielo. Según el diplomático, pocos países tienen una bóveda celeste como la uruguaya y un horizonte que parece no terminar nunca.

En los próximos días, las cajas de la residencia ubicada en Benito Lamas y Ellauri dejarán el país y Piccato y su familia volverán a Italia tras ocho años fuera.

Piccato sonríe cuando es consultado sobre su origen. Primero responde que es de Torino, luego aclara que, en realidad, es piamontés, más concretamente de Pinerolo, pero prefiere no comentarlo demasiado para no levantar suspicacias, ya que esa ciudad es la que originó el nombre del equipo de fútbol Peñarol.

Sobre la vocación por la diplomacia y el vínculo de Italia y Uruguay conversó El País con el embajador saliente.

—¿Por qué decidió dedicar su vida a la diplomacia?
—Cuando tenía 14 años leí Confieso que he vivido, la autobiografía de Pablo Neruda. Lo que me atrajo fue que él había vivido en diferentes lugares del mundo y su manera de pintar sus experiencias y vivencias me marcó. Cuando tuve la edad necesaria me presenté para entrar en el Ministerio de Relaciones Exteriores y allí hice carrera. Primero trabajé en el ministerio, luego me tocaron misiones diplomáticas en Venezuela, Brasil, Turquía y Ecuador. Finalmente, hace cuatro años llegué a Uruguay, donde mi misión está llegando a su fin.

—¿Qué encontró en Uruguay?
— Ya había tenido experiencias en América Latina y me imaginaba qué encontraría. Tenía en cuenta que había una comunidad italiana muy grande, pero una cosa es escuchar y leer y otra es vivirla. Fue un impacto interesante y hasta desafiante porque Uruguay es un país donde entre un 40% y 45% de la población tiene raíces italianas. Descubrí una comunidad con un vínculo más nostálgico, que tenía que ser alimentado pero, al mismo tiempo, modernizado para intentar reclamar el patrimonio italiano.

—¿Cómo fue el contacto con la comunidad italiana en Uruguay?
—El contacto fue bastante variado y en distintos ámbitos. Viajé varias veces al interior y encontré que en todos los pueblos hay comunidades de origen italiano. Un ejemplo es un pueblo entre Artigas y Bella Unión, que es una colonia típica italiana de un grupo que llegó hasta allí. Además, existen más de 80 asociaciones italianas en todo el país.

—¿En qué puntos pudo trabajar más?
—Comenzamos con diferentes ideas y maneras de dialogar con la comunidad. Por ejemplo, implementamos una página de Facebook que ronda los 8.000 seguidores, pero tiene que crecer porque estimamos que entre 125 mil y 130 mil uruguayos tiene ciudadanía confirmada y pasaporte. También hemos trabajado en la promoción económica y comercial, reavivando los vínculos entre ambos países. Uruguay tenía la cámara más antigua de comercio binacional después de la de Estambul que dejó de ser operacional hace unos cinco años. Finalmente, hace un año, creamos una nueva para favorecer las relaciones: la Cámara Mercantil Uruguay Italia. Por otro lado, desde un punto de vista más cultural hemos trabajado sobre lo que es la promoción de la lengua italiana, algo que consideramos clave, e incluso implementamos programas en escuelas. También creamos una red de investigadores vinculados con Italia para que se apoyen entre ellos, sean ciudadanos o no.

Gianni Piccato, embajador de Italia en Uruguay. Foto: Francisco Flores
Gianni Piccato, embajador de Italia en Uruguay. Foto: Francisco Flores

—¿Qué destacaría, entonces, de Uruguay?
—Después de ocho años en el extranjero, cuatro en Ecuador y cuatro aquí, hay que reconocer que Uruguay es un país extremadamente organizado. Además, el espíritu cívico que se vive en Uruguay es una de las cosas interesantes a destacar. Hay un espíritu realmente democrático que se percibe. El día de las elecciones estuve visitando algunos circuitos por curiosidad y me sorprendió positivamente que el clima era de fiesta cívica, una cuestión muy importante en un momento donde en la región soplan vientos complicados, difíciles e inquietantes. Creo que la sociedad uruguaya responde de la mejor manera, la más correcta y comprende que la vida pública debe seguir ciertas reglas.

—¿Cuál es su percepción de cómo ven los uruguayos a Italia?
—Creo que la gente ve a Italia en un sentido positivo, pero lo que tienen más presente es el recuerdo de los abuelos. Esa parte de la familia que vino y habló de Italia. Creo que es una imagen que tiene que ser actualizada porque también hay estereotipos o quizás es algo que no está muy enfocado en lo que es la realidad de hoy. Actualmente, Italia es un país referente que puede ser interesante para los jóvenes de Uruguay, no solo por lo que son las cosas más conocidas históricamente, sino también para lo que puede ofrecer nuestro sistema económico social y también universitario a los más jóvenes.

—¿Qué sabe el italiano de Uruguay?
—Creo que lo que los italianos conocen sobre Uruguay se refleja sobre todo en algo que también interesa mucho los uruguayos: el fútbol. Si hablás con un italiano casi seguramente recordará el nombre de algún buen jugador que estuvo en Italia. Eso es positivo pero también es una limitante porque de alguna manera implica que hay que trabajar el doble para mostrar otras cosas interesantes que tiene para ofrecer Uruguay.

—¿Qué mensaje le daría al uruguayo tras haber pasado cuatro años aquí?
—Yo creo que Uruguay tiene que mirar a Europa por sus raíces, sean italianas, españolas o vascas. Una gran parte del ADN del uruguayo y, en un momento en el cual hay unos riesgos de varios tipos, hay que mirar también alternativas de cultura. Europa me parece una oportunidad para la sociedad y los jóvenes uruguayos. Especialmente considero que Italia puede ser un punto de referencia para los jóvenes de Uruguay por algunos modelos de vida social y cultural, así como de formación.

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