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"And Just Like That...": el cameo más esperado, la revelación y todo lo que dejó el final de la temporada 2

Ya se encuentra en el servicio de streaming HBO max la segunda temporada completa de la serie secuela de "Sex and the City" donde volvió uno de los personajes más icónicos.

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Kim Catrall en la serie "And Just Like That..."
Imagen de la serie "And Justo Like That...".
Foto: Difusión

Alexis Solosky, The New York times
Sucedieron cosas trascendentales en el final de la segunda temporada de And Just Like That...: Carrie se quitó el sostén. Y, durante 75 infructuosos segundos, regresó Samantha Jones.

A lo largo de dos temporadas en HBO Max, And Just Like That…, la secuela de la sísmica comedia de HBO de la década de 1990 Sex and the City, ha luchado por encontrar su equilibrio, como un potro recién nacido. La serie original era un dulce con Cointreau, ambientada en una Manhattan fantástica de taxis, Jimmy Choos y hombres guapos e inadecuados. (Carrie, o sea Sarah Jessica Parker, se acostó con muchos de ellos, aunque debido a una cláusula de desnudez, la actriz casi siempre mantuvo su torso cubierto).

La primera temporada de este nuevo programa, cuyos personajes son casi 20 años mayores, intentó fermentar esa exuberancia con un poco más de realidad: muerte, adicción y reemplazo de cadera. Pero Sex and the City nunca fue construida para soportar mucha realidad. Y el reinicio, con su grupo de amigas ampliado, rara vez ha capturado las locas pasiones de la original.

Parte del problema fue la pérdida de la Samantha de Kim Cattrall, al menos hasta el final de la temporada, cuando apareció en un muy esperado pero finalmente inerte cameo, una escena que olía menos a necesidad cómica o dramática que a una prueba de vida.

Cuando la serie original llegó a su fin en 2004, surgieron rumores de acritud entre Parker y Cattrall. Ambas negaron los chismes, pero con el tiempo esas negaciones se suavizaron. Hubo mensajes abrasivos en Instagram y comentarios mordaces en las entrevistas, por lo que no fue una gran sorpresa saber que And Just... no incluiría a Samantha. La serie explicó su ausencia diciendo que Carrie la había despedido como publicista personal, citando una crisis en la industria editorial, y luego Samantha la había despedido como amiga y se había mudado a Londres.

Imagen de la serie "And Just Like That..."
Imagen de la serie "And Just Like That". Foto: Difusión

Sonó falso; Samantha siempre había puesto a sus amigas en primer lugar. Como les había dicho a todas las mujeres en la segunda película, su última aparición en Sex and the City hasta el cameo de ahora: “Hombres, bebés, no importa. Somos almas gemelas.”

Su ausencia se ha sentido profundamente en la serie actual, una pérdida más profunda que la muerte de Mr. Big al comienzo de la primera temporada. Ninguna de las nuevas amigas que han sido asignadas con tanto cuidado a las tres originales (Carrie, la Charlotte de Kristin Davis y la Miranda de Cynthia Nixon) ha evocado una fracción de la energía alegre y libidinal de Samantha. (Seema, la carnívora agente inmobiliaria que hace Sarita Choudhury, es la que más se acerca, pero parece agobiada por su vida amorosa, un problema que a Samantha, con sus faldas cortas, no le preocupaba).

Los escritores deben haberlo sabido. Si bien la primera temporada comenzó con la muerte de Big, cerró con el intento de reparar la relación de Carrie y Samantha. En París, después de haber esparcido las cenizas de Big, le enviaba un mensaje de texto a Samantha (hubo otro intercambio de mensajes a principios de temporada) y le pedía reunirse para tomar un cóctel. “¿Qué tal mañana de noche?”, respondía Samantha.

"And Just Like That...", secuela de "Sex and the City". Foto: Difusión
Imagen de la serie "And Just Like That". Foto: Difusión
James Devaney/GC Images

Y al final de esta segunda temporada, Samantha finalmente regresó, aunque no del todo. Una escena muy breve al principio del episodio la muestra en un automóvil, aparentemente alejándose a toda velocidad del aeropuerto de Heathrow. (Según el New York Post, Cattrall en realidad filmó en un estacionamiento en Silvercup Studio en Queens, fuera de la vista de sus antiguas compañeras).

En una breve conversación telefónica, le dice a Carrie que, debido a un retraso en el vuelo, no hará una aparición sorpresa en una cena para celebrar la última noche de Carrie en su antiguo apartamento. Samantha luego pide que le pongan el altavoz del teléfono para presentar sus respetos al lugar. La llamada termina con ella todavía a 5.600 kilómetros de distancia. ¿Quizás ese fue el único vuelo de Londres a Nueva York? En resumen: “Hola, no llegaré. Por favor déjame hablar con una habitación. Adiós”.

Incluso sabiendo que el cameo de Cattrall sería rápido, resultó extrañamente superfluo. Carrie probablemente le dijo más líneas a su gatito en el transcurso del episodio que también incluyó una ruptura sin sentido con su breve novio Aidan, interpretado por John Corbett, la otra gran estrella de regreso en la temporada, y una escena de sexo sin lencería. Al menos ella y el gatito estaban en el mismo encuadre.

Imagen de la serie "And Just Like That..."
Imagen de la serie "And Just Like That". Foto: Difusión

El secreto a voces de Sex and the City fue que nunca se trató realmente de sexo. Y con la excepción de los elegantes locales de brunch y clubes nocturnos intercambiables, tampoco se trataba de la ciudad. A lo largo de las temporadas, los hombres y los bistrós iban y venían, la mayoría de las veces en un solo episodio de 22 minutos. Lo que perduró fueron las amistades entre las mujeres, con Carrie en el centro de la conversación. Aunque los personajes eran un estudio de contrastes en tacones altos, se apoyaron mutuamente a través de la pérdida, el dolor y los encuentros extraños. El episodio final de Sex and the City vio a cada una de las mujeres emparejadas, pero el romance esencial del programa siempre fue de sororidad.

Cada uno de los personajes tenía un arquetipo que habitar: la voluble Carrie, Miranda y su mentalidad profesional, Charlotte con cabeza matrimonial, Samantha como una caricatura de una libertina pero con el entusiasmo de Cattrall por el papel (la voz ronca, la sonrisa desafiante, la sinfonía de ruidos sexuales) que la hacía insustituible. Fundamentalmente, le gustaba su vida. A menudo parecía ser la única mujer en Nueva York que se divertía constantemente, lo que la hacía irresistible. La Cattrall final, vestida por Patricia Field en oro y rojo, no reemplazó eso ni remotamente.

En cierto modo, este cameo apático señala la moral aleccionadora y poco glamorosa de la nueva serie: que la mediana edad, no importa qué tan bien vestida esté, tiene sus pérdidas y costos; que las amistades tal vez no conserven el mismo brillo después del matrimonio y los hijos; que el pasado, como las modas de hace unas temporadas, nunca podrá volver del todo.

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