Roberto Carlos: un clásico de la canción romántica

FERNANDO MANFREDI

Roberto Carlos se presentará esta noche en el Conrad de Punta del Este, en el marco de su gira que comenzó hace un año en Miami. El brasileño actuará en el Ball Room.

El cantante, de 67 años, actuará para un reducido número de clientes preferenciales y para los ganadores de una promoción que el hotel lanzó en las últimas semanas.

El intérprete de Detalles y Amada amante, entre otros éxitos, llegará al Uruguay con un equipo de 38 personas y con más de dos toneladas de andamiaje técnico, y su puesta en escena contempla la presencia de 16 músicos sobre el escenario, una orquesta que es ya legendaria por su calidad. Hacía mucho tiempo que no venía Uruguay. Casi una década de ausencia, que también se dio a nivel internacional. Durante todo este tiempo siguió trabajando, grabando en su propio estudio y preparando materiales de los que sólo tuvo la primicia su pequeño y selecto grupo de amigos. No obstante no perdió la costumbre de seguir editando un disco por año. Tal vez tenga que ver también este ostracismo de los escenarios con el fallecimiento por cáncer de su esposa, María Rita Simoesen diciembre de 1999, luto que inclusive lo llevó a pensar en abandonar la música. Precisamente en su nuevo espectáculo incluye un tema dedicado a ella: María Rita, mi amor.

También está escribiendo una biografía. Es que hasta hace poco, estaba enfrascado en una batalla judicial, con el periodista Paulo César de Araujo que publicara En detalles, una biografía no autorizada. Este libro, que escarba en su infancia, sus mitos, sus romances y su vertiente mística, generó la polémica. El creador de Amada amante luchó contra él hasta que la publicación fue sacada de los anaqueles.

Para un artista cuyos temas son autobiográficos resulta difícil poder resguardar la faz más íntima. Desde el tema dedicado a su madre Lady Laura, hasta el que manifiesta su devoción religiosa: Jesucristo.

En el reencuentro el cantante, que inició su carrera dentro del más radical rock and roll para luego convertirse en sinónimo de la canción romántica, hará un relevo de lo más popular de su repertorio. Roberto Carlos promete en el show un repaso por las canciones de sus 54 discos editados en Brasil, durante sus 48 años de carrera. No faltarán por cierto los clásicos como Qué será de ti, o Cama y mesa y Cóncavo y convexo. "Voy a cantar todo lo que el público espera, las canciones por las que me conocieron, como Detalles, Un millón de amigos, La distancia y Propuesta", señaló al diario El Mercurio antes de presentarse en Chile.

Tiene casi 50 millones de discos vendidos en todo el mundo, lo que de por sí constituye todo un récord para un cantante latinoamericano. Fue ganador del Grammy al mejor intérprete pop en 1988, gracias a la canción Si el amor se va de Manuel Morais. Es el único artista latino considerado leyenda que ha realizado un MTV acústico y colaborado con estrellas mundiales en diversas giras. Sus temas han aparecido en las bandas sonoras de varias películas. Es imposible destacar alguna de las canciones de Roberto Carlos habida cuenta de su extensa discografía.

Es considerado uno de los más importantes cantautores de la historia, sitial que ha logrado en colaboración con sus amigos Manuel Morais y Erasmo Carlos, con quienes se conoce desde la más temprana adolescencia. Le ha escrito prácticamente a todo: al amor, el desamor, el sexo, a Dios, la ecología, las madres, los padres, los viejos, los niños, el amigo, el divorcio, o la guerra.

Nunca viste prendas de color marrón, siempre sale de un lugar por la misma puerta por la que entró, evita palabras de connotación negativa o jamás firma nada en días con la luna en fase menguante. No es la descripción de Monk ni otra persona con síndrome obsesivo-compulsivo: se trata de Roberto Carlos. "Hace casi cinco años supe que sufría del trastorno. Al comienzo pensé que podía curarme solo. Pero después me di cuenta de que es algo mucho más serio de lo que uno imagina", afirmó el músico que debió realizar una terapia especial para superar un problema que no podía dominar.