CARLOS REYES
Navidad, 2012, es decir, cinco días atrás. La ciudad prácticamente parada, poco para hacer, no digamos de actividad cultural. Sin embargo, había algo funcionando: la fotogalería al aire libre del Parque Rodó, y con una muestra que conviene ver.
Los años 80, tan próximos y tan lejanos, se han puesto de moda. Por algo Graduados, que está llegando en Uruguay a sus capítulos finales, es un éxito de audiencia. La serie presenta gente de 40 años, que tiene recuerdos como de otro mundo, otros tiempos, sin Internet, pero con mucho para contar. Los adolescentes de ayer, convertidos en adultos, con dos mundos para elegir: el de los recuerdos, y el del día a día.
Pero no viene solamente de Argentina esta revaloración de aquella década de ensueño. Desde el teatro (Los 85 y pico, que creó y dirigió Diana Bresque), hasta el mundo editorial (En la noche, libro de Mauricio Rodríguez que publicado por Fin de Siglo aborda la movida roquera de entonces), Uruguay también se mira en los 80.
De eso va Los 80. Bandas y bandos, una exposición de fotos tomadas entre fines de la dictadura y la apertura política por Marcelo Isarrualde, que hasta el 13 de febrero se puede ver camino a la playa Ramírez. En la muestra hay mucho para ver: fotos de artistas posando, otras tomadas furtivamente, unas de personajes conocidos, otras de seres anónimos, unas para la prensa, otras para discos, y más.
Los años 80 en países como Uruguay tienen además prácticamente un guión dramático, desde los últimos años de dictadura a la euforia de la apertura democrática. Y las fotos expresan bien esas dos caras, empezando por una imagen, de gran sentido simbólico, con la que el fotógrafo ganó el Primer Premio en el Salón Nacional de Fotografía Artística, en 1983.
El visitante encontrará muchas caras conocidas, dado que el retrato es un terreno en el que Isarrualde se movió con frecuencia y habilidad, captando nítidos perfiles psicológicos.
Taco Larreta, sobrio, sobre una silla vienesa. China Zorrilla con su madre, rodeada de frascos de perfumes, de objetos artísticos y cotidianos. Leo Maslíah en equilibrio visual con un televisor en blanco y negro. Seregni y la claridad de su mirada. Zitarrosa, trajeado, con la mano izquierda en el pecho. Candeau con su barra de amigos, en el Bar Hispano. Galeano en la puerta del Café Brasilero, con la lapicera asomando del bolsillo.
Roos cantando con alegría y profesionalismo. Mateo, junto al juego visual de una cortina metálica. Hugo Alfaro, en una cálida escena familiar. Darnauchans encendiendo un cigarro en un camerino del Teatro del Notariado. Hugo Longa tirado entre almohadones, expresando el mismo sentido lúdico que sus cuadros. Cabrera nostálgico. Petru Valenski franco. Julia Moller, captada a la perfección.
Pero también se seleccionaron fotos de nombres menos conocidos, figuras de la plástica y la propia fotografía, que invitan a conocer más de aquella historia.
Otros testimonios terminan de pintar aquel Montevideo. Como el vendedor de garrapiñada, de traje y corbata. O el juego de tiro al blanco del Parque Rodó. Otras fotos apuestan al golpe de efecto, como la de un elefante en la rambla Sur.
La movida roquera, la ropa de entonces (desde la más popular, que no era igual que la de ahora, hasta la más excéntrica), los bagayeros vendiendo en 18 de Julio, todo evoca detalles de aquellos años. Y el carnaval y sus personajes y fiestas. O la amenaza de las fuerzas del orden en los momentos de mayor agitación social.
Los visitantes también se entretienen mucho intentando adivinar la ubicación de una foto, el nombre de una calle, si un edificio determinado está o no en pie. "¡Qué gordo está éste ahora!", comenta alguien sobre un artista. Y es que el paso de los años se nota en todo, no solamente en las personas. Edificios, calles, personajes, ropas: en cada detalles se pueden ver vestigios de aquel Montevideo que cada vez se hace más Historia.
Fotógrafo montevideano radicado en Barcelona
Marcelo Isarrualde vive y trabaja desde 1991 en Barcelona, donde se dedica a la fotografía profesional en el ámbito del retrato y la arquitectura. También se desempeña como docente en Gris Art Escola de Fotografía. Además de Montevideo, su obra ha sido expuesta en Buenos Aires, San Pablo, Medellín, Caracas, La Habana, Nueva York y Barcelona, entre otras ciudades. También ha participado en numerosos encuentros artísticos, entre ellos los Encuentros de Fotografía Latinoamericana de La Habana y Caracas, en el Foto Fest de Houston, y en el Foto Setiembre Festival, en San Antonio, ambos en Estados Unidos. Nacido en 1961, fue protagonista y testigo privilegiado de la euforia juvenil que acompañó la apertura política.