Documental sobre Violeta Parra

| La película recoge testimonios de familiares y varias figuras de la cultura latinoamericana

Uno de los films chilenos presentados en el Festival de La Habana que termina el próximo miércoles es el documental sobre Violeta Parra titulado Viola chilensis, dirigido por Luis Vera, que ha sido descrito como "uno de los mayores homenajes jamás realizados en Chile a la cantautora, poeta y artista plástica", muerta por mano propia el 4 de febrero de 1967.

El director Vera, autor en su país de Hechos consumados, y que hizo también en Paraguay Miss Amerigua y en Suecia Bastardos en el paraíso, ha declarado según un cable de EFE que su interés por hacer un film sobre Parra "nació en la década de los años ochenta debido a la fuerte identificación que sintió con su historia, sobre todo en la compleja relación que Violeta Parra tuvo con su patria y con sus raíces". Tras su vuelta a Chile luego del fin de la dictadura pinochetista, Vera se lanzó a investigar a tiempo completo sobre ella, y a ponerse en contacto con los integrantes de la familia Parra, que se mostraron encantados con el proyecto.

La producción padeció sin embargo varios tropiezos. La productora Sonia Fuchs falleció en un accidente, y el encargado del vestuario murió de Sida. Vera congeló el proyecto, viajó a Suecia para hacer la ya mencionada Bastardos en el paraíso, y luego retomó en Chile su idea del documental sobre Parra. Según él, el rodaje fue fácil: "Toda la gente a la que entrevisté y filmé mostró una excelente disposición", señala.

Vera sostiene igualmente que desde el comienzo se propuso "sacar a Violeta del encasillamiento de mera folclorista asexuada, y hacer de ella un retrato más humano". El director asegura que si no se humaniza a un personaje de la talla de Violeta Parra, una de las grandes renovadoras del folklore latinoamericano y primer artista suramericano que expuso su obra plástica en el Museo de Louvre de París, no se le va a poder conectar con la gente.

El director recuerda que Violeta Parra "tuvo relaciones con hombres que le gustaron y fue una amante muy consecuente, lo que en su tiempo, años 50 y 60, era inconcebible. Muchos hombres le temían por eso y las mujeres también, creyendo que ella era capaz de quitarles a sus maridos". Para el cineasta, Parra era "una mujer liberada en una época en que eso no tenía cabida". Iba a todos lados sola, incluso estando ya casada, cantaba y trasnochaba sin que los hombres de su familia ni sus amigos pudieran oponerse.

Vera no quiso utilizar uno de los recursos clásicos del género documental: el narrador que no aparece en pantalla, pero cuya voz va conduciendo el relato fílmico. En cambio prefirió hacer que el espectador participe activamente de lo que los diferentes personajes van revelando sobre Violeta. Su film salta de un interlocutor a otro, de un país a otro, del pasado al presente y viceversa, del blanco y negro al color y de la música a la pintura, a la escritura y al canto, con Gracias a la vida como tema musical recurrente.

A lo largo de ese trámite desfilan por la pantalla datos en negro del lugar y la fecha de su nacimiento así como los rostros de su hermano, el pedagogo, científico y anti-poeta Nicanor, eterno candidato al Nobel de Literatura, y sus compañeras de escuela. El catálogo de recuerdos y testimonios abarca al cantautor cubano Silvio Rodríguez, el ex futbolista chileno Elías Figueroa, la escritora Isabel Allende, la cantante argentina Mercedes Sosa, el compositor español Paco Ibáñez y la periodista suiza Magdeleine Brugmane. Justamente, Isabel Allende sostiene que el film es "un gran tributo a Violeta. A ella lamentablemente no se le ha dado el sitial que merece en Chile. Ella nunca murió, su música sigue viva y cada día cobra más fuerza en América, Europa y en el mundo entero".

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar