GUILLERMO ZAPIOLA
Ocurren esas cosas en el mercado de video: películas de real interés aparecen directamente en los videoclubes sin pasar antes por las salas de cine. Un ejemplo es Los tres entierros de Melquíades Estrada (editada por Censa), película que le valió a su también productor y director Tommy Lee Jones un premio como mejor actor en el penúltimo festival de Cannes, así como el de mejor guión al escritor mexicano Guillermo Arriaga.
El film, en el que también actúan Barry Pepper, Julio Cedillo y otros, se basa en hechos reales sobre la muerte de un inmigrante. La historia se inicia en el desierto, cuando es encontrado el cadáver de un hombre muerto a balazos, un indocumentado de origen mexicano que trabajaba de vaquero en un rancho estadounidense.
La policía local no hace ningún esfuerzo para aclarar el crimen y entierra el cadáver sin ninguna investigación de por medio. Ante esa situación, uno de los responsables del rancho, interpretado por Jones, amigo del fallecido, descubre que el asesino es un guardia fronterizo, por lo que desentierra el cuerpo y obliga al homicida a que lo acompañe en el cumplimiento de su promesa: enterrar a Melquíades en un poblado de México.
ESCRITOR. El guionista Guillermo Arriaga, quien antes escribiera Amores perros y luego volvió a colaborar con Alejandro González Iñárritu en Babel (presentado en el último Cannes) sostiene que aunque Los tres entierros de Melquíades Estrada está hecho con estadounidenses, comenzando por su productor, director y premiado actor, se trata de "una película mexicana, porque está escrita por un mexicano y actuada por otros mexicanos".
Arriaga añade que la trama refleja una situación que sucede constantemente en la frontera de México y Estados Unidos, donde miles de mexicanos son asesinados por "error, por racismo, por muchas cosas, pero la realidad es que matan a miles de hombres cuando sólo buscaban trabajo y sustento paras sus familias".
"Lo más inteligente sería asumir esa realidad, y dejar de crear barreras artificiales, que lo único que hacen es poner en peligro la vida de esos hombres decentes y honrados que quieren ir a trabajar", prosigue Arriaga.
"El mundo va a terminar siendo multiétnico. La globalización implica intercambios sociales, intercambios humanos, culturales, económicos, comerciales, intercambios de todo tipo". Bien dicho, pero cuando se empieza a hablar de muros y leyes sobre la inmigración le entran algunas dudas.
Arriaga sabe que "hay muchas adicciones en la vida", y la violencia puede ser una de ellas. Y añade: "Crecí viendo violencia de cerca, estuve inmerso en violencia, y aunque no estuve metido en la sordidez, la conozco. Crecí en un medio que a la vez era un oasis, dentro de mi casa, y afuera era duro, en el D.F., la capital mexicana.
A mí no me importa que haya violencia en el cine, siempre y cuando se asuma con seriedad, digamos que tiene consecuencias". También afirma: "Cuando tú vives en tu casa y la ves solamente a través de películas, la violencia puede parecerte divertida, pero cuando tú ves que acuchillan a un amigo tuyo, te acuchillan a ti o te ponen una pistola en la cabeza, ya no te parece tan divertida".
BUSQUEDAS. Sin embargo, la dimensión social o la reflexión sobre la violencia no parece ser lo único que interesa al director y protagonista Jones. Hay una obvia historia de culpa y redención en Los tres entierros de Melquíades Estrada, una entrelínea sobre la que vale la pena llamar la atención, y que acaso refleja intereses compartidos por Jones y por su productor Michael Fitzgerald.
Es todo un dato que la tesis de graduación en literatura de Jones en Harvard haya sido un estudio de la obra de la escritora católica (nacida en Georgia pero con raíces irlandesas) Flannery O`Connor, y que Fitzgerald haya producido (y escrito en colaboración con su hermano Benedict) Wise Blood (1979), historia de la crisis de fe de un predicador autodidacta basada en una novela de O`Connor, que dirigió John Huston.
Hay otras pruebas del interés de los Fitzgerald por las búsquedas éticas y los conflictos fronterizos. Michael también produjo The Penitent (sobre flagelantes y crucificados en Nuevo México) y Asesino oculto de Sean Penn. Su hermano Benedict trabajó en versiones de El corazón de las tinieblas de Conrad, Moby Dick de Melville y A sangre fría de Capote, y en La pasión de Cristo.
Los tres entierros de Melquíades Estrada no se basa, por cierto, en un relato de O`Connor (cuyas historias suelen situarse en el Profundo Sur, no en el Suroeste), pero ha podido señalarse que hay mucho del mundo de la escritora en el film: el pesimismo existencial, el gusto por las situaciones absurdas, la borrosa búsqueda de la redención.
La crítica ha querido ver influencias de Sam Peckinpah (en particular su neowestern fronterizo Traigan la cabeza de Alfredo García) en el film de Jones, pero el cineasta prefiere marcar algunas distancias. Reconoce que Peckinpah haya podido influir en él, pero tiene otros directores en su lista de favoritos: "Jean-Luc Godard, Akira Kurosawa, Clint Eastwood, Oliver Stone". Y, por supuesto, John Ford. ¿Quién más?
Un drama con resonancias éticas que maneja algunos temas fundamentales
Los tres entierros de Melquíades Estrada ha llamado la atención de gente seria. La premio Nobel estadounidense de Literatura Toni Morrison ha descrito al film como "muy moral", fundamentando su juicio en el hecho de que describe "la transición de la simple venganza a la justicia, a una forma de justicia.
Es todo un proceso de aprendizaje, para el asesino y para el amigo decidido a enterrar a su amigo. Son cosas que determinan nuestra manera de reaccionar, nuestra idea de la violencia. Tiene algo que ver con la búsqueda de los seres humanos. La violencia no existe en el vacío, son acciones de seres humanos, basadas en cosas, intereses, sentidos, excesos, en los que residen las posibilidades de un cambio".
La novelista cree también que "la situación política y económica es extremadamente dura. Es triste ver que esos mexicanos son sometidos a una verdadera pesadilla y es interesante ver un film consagrado a ellos", aunque reconoce empero que el problema "es universal, no sólo de fronteras" y que el film aborda otros temas "fundamentales".
Por su parte Salma Hayek elogia particularmente un guión donde "todos los pequeños personajes tienen algo que decir. Son todos personajes interesantes, en la tradición del escritor mexicano Juan Rulfo". También destaca la labor actoral de Jones, que le pareció "extraordinaria".