Vino con el mar revuelto pero feliz de estar en Montevideo. “A mí me gusta. Me cansa, por supuesto, pero me gusta el hecho de llegar y dar noticias, porque en el fondo el artista es un comunicador”, comenta Manuel Wirtz, el creador de clásicos como “Rescata mi corazón” u “Hoy te necesito” que se presenta el próximo viernes 17 de mayo en Magnolio Sala (entradas en Redtickets). Repasará las grandes canciones de su carrera, y mostrará “Así” la balada que presentó el jueves en plataformas digitales. Sobre su carrera, grabar con Spinetta y ser clown en la exUnión Soviética es esta charla.
—Este año se celebran 30 años de Magia, un disco que fue un parteaguas en tu carrera.
—Fue un quiebre en muchos aspectos, más allá de que la popularidad ya estaba encaminada y que el disco salió, digamos, como en una alfombra roja, pero fue un quiebre en todo sentido. Porque “Rescata mi corazón”, que es la canción central de ese disco, la compañía no quería que la grabara. No quería saber nada, era “una canción de viejos”, no me olvido más de esa frase. La canción salió en medio de esta cosa de rock/pop que había en los 90, y era algo completamente diferente, creo lo que rompió un poco los moldes. Y que Marcelo Tinelli la pusiera de cortina musical durante tres años, fue genial. Fue una hermosa oportunidad y hoy cosechamos parte de esa semilla original.
—Antes de toda esta carrera musical, ¿fuiste a Ucrania como mimo?
—Hemos hecho tantas cosas (se ríe). En realidad lo que hice fue participar de un espectáculo, como clown y mimo, de folclore tango argentino. Era una gira de casi tres meses por toda la ex Unión Soviética, donde alguien tenía que explicarle a los rusos qué era esto de las boleadoras, dos tipos bailando juntos, por qué la sensualidad, el tajo en el vestido, todo lo que sucedía en el escenario. Y como no trabajábamos con traductor, un tipo se pintaba la cara de blanco y salía a la cancha a explicarles, a través de la pantomima, y eso lo hice yo. Siempre digo que la curiosidad mató al gato pero a mí me salvó la vida. Y eso hizo que me metiera en todos los rincones donde había cosas para mirar. Un día me fueron a ver tipos de una escuela de clown en Estonia y estuve una semana con ellos. También en Ucrania y Lituania, y quedaron enloquecidos, me invitaron a su escuela y tengo fotos de ellos en Instagram, del día que fuimos a actuar a la calle, un domingo. Fue maravilloso.
—¿Qué se aprende de una experiencia así?
—Aprendés todo, porque el lenguaje tiene que ser el corporal. Más allá qué algo entendía, porque nos mandaron a estudiar, para conversar algo en las entrevistas y algo en el escenario. Pero el leguaje del cuerpo, que es el del alma, estaba a flor de piel. Sobre todo en la calle donde no es obligación parar y verte, lo hace el interesado. Ahí es la verdadera escuela, cuando no te quieren ver, cuando nadie paga entrada, cuando el “no” está más cerca que el “sí”.
—¿Qué comiste en esos países con una cultura gastronómica distinta a la nuestra?
—Embutidos, lácteos, mucho pepino, fiambres y alguna que otra sopa. Después no había otra cosa en esa época, ahora ya es occidental. Estaba el Glasnot, no había llegado la perestroika. Yo llegué ahí con una idea y regresé con otra. Fue todo muy raro como se dio, pero un viaje maravilloso.
—Has construido un camino donde has hecho de todo, sos cantante con varias décadas encima, tuviste programas infantiles, trabajaste como actor con Francella…
—Trabajar con Francella fue un regalo.
—¿Hubo alguno en lo musical?
—Sí. Grabar con Luis Alberto Spinetta fue lo más importante que hice en mi vida. El mejor premio fue ese. Que Luis grabe una canción (“La vida”) que yo le compuse a mi hermano (el baterista Daniel “El tuerto” Wirtz), ¿qué más se puede pedir? Que en el obituario diga: “yo grabé con el Flaco”. Y fue algo que nunca publicité, ni hice promoción con esa canción. La canción fue un enojo con la vida, con Dios, por el fallecimiento de mi hermano que era el batero y amigo del Flaco durante 11 años. Cuando se fue me salió esa canción, y la metí en un cajón. Cuando me di cuenta que estaba grabando un disco que en realidad era un proceso de luto, dije: esta canción tiene que estar. Llamé al Flaco y me dijo que quería hacer algo para “el tuerto”, y muy generoso no solo grabó la canción, hizo un solo de viola, coros, todo. Era un ángel, y muy poca gente se dio cuenta de eso.
—El 17 venís a Magnolio.
—Sí, vengo con músicos muy grosos, y es una sala que me permite utilizar estos vehículos, estas enseñanzas de la vida como el mimo, el contar historias. Todo eso sucede en ese espacio, y va a ser fantástico, como la primera vez. Yo respeto mucho esta profesión, y siempre trato de que así se sienta, como la primera vez. El día que sienta que lo que voy a hacer ya lo hice, me retiro. Hay que ser muy respetuoso de eso, porque no todos tienen ese privilegio de subir a ese lugar. Muchos están pensando en lo que desean y dejan de lado lo que necesitan, y yo siempre estoy con lo que necesito, porque lo que deseo va a venir seguramente, y cuando viene eso va a aparecer otro deseo, porque los deseos son así, son el motor de la vida. Siempre digo que la meta es el camino. Siempre estoy con lo que necesito, y necesito venir el 17 y estar con los uruguayos. Si hay algún argentino, mejor porque seguramente me va a gritar un poquito más fuerte, porque a los argentinos les gusta llamar la atención; así que si grita fuerte, van a decir “ese es argentino”.
—¿Y cuál es tu motor hoy?
—Siento que todo está por llegar. Vengo de Madrid, de haber tocado por primera vez en Europa. No conocía España, nunca había ido. Estuve en Italia un par de veces, pero nunca en España y flasheé mal. Qué linda es Barcelona, y Madrid. Y me quedé con ganas. Casualidad de la vida, mi hija en octubre se va a vivir a Barcelona. Se casa y se va para allá, así que ya me están preparando la habitación, porque seguramente papá y mamá van para allá. (Se ríe). Tengo que vigilar a ese granuja que se la arrebató a papá. Me tienen que pasar un montón de cosas, las deseo y estoy seguro que van a pasar. Por eso estoy con los cubiertos en la mesa, porque en algún momento el plato va a aparecer.
—¿Cuál es el secreto de una canción como “Hoy te necesito”?
—Si yo supiera. Es maravilloso y una macana no tener el mapa del tesoro, pero en esto no hay. Hay muchos que te venden el mapa pero sin la cruz, te dicen que vayas a la llanura, que vayas para allá, pero ¿dónde está la cruz? El tema es que no hay cruz. Ojalá yo supiera cuál es el secreto, pero lo que disfruto es esto, que tengo para salir a caminar y recorrer, y como un juglar llegar a un lugar, como Montevideo y decir “buenas noches, esto es lo que tengo para decir”, y tengo un montón de canciones. El jueves saqué una versión de “Así”, así que hay que estar moviendo.