Enamorados y cada uno en su Canal

Periodistas los dos. Él en Subrayado, ella en Día perfecto. Ximena Barbé y Daniel Rodríguez están casados hace tres años y son padres de Matías. A la hora del trabajo, prefieren medios distintos y hasta competir. Aquí, una historia de amor de pantalla cruzada.

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Por: Mariel Varela

Preguntona y charlatana por demás. De pequeña miraba el informativo y aspiraba a convertirse en Néber Araújo, aunque versión femenina. Él pasaba jornadas enteras entre audiciones deportivas y ciclos televisivos de fútbol. La vocación surgió producto de motivaciones distintas, pero encontró a Ximena Barbé y Daniel Rodríguez vinculados a un ámbito compartido, los medios de comunicación. Resultó que el área laboral no fue el único punto de contacto entre los dos periodistas. Se conocieron a raíz de un amigo en común (Alejandro Corch), se dejaron de ver durante seis años y el trabajo volvió a colocarlos en el mismo camino. El programa radial de Sonia Brescia en AM Libre, Primera voz, fue el detonante inicial para el surgimiento de esta pareja: Ximena estaba a cargo de la producción del ciclo y debía llamar a Daniel todas las mañanas para que éste saliera al aire con su columna deportiva. Él se animó a dar el primer paso, la invitó a salir, y tras un largo y tendido diálogo en una mesa de boliche, empezó a gestarse la relación.

Casados desde hace cuatro años, padres de Matías (2 años), a Daniel y Ximena les tocó trabajar juntos en TV Libre, y aunque no hubo mayores inconvenientes durante la experiencia, ambos aseguran que se quedan con la situación actual, uno en cada medio. "No nos peleábamos, trabajábamos tranquilos, pero igual los dos preferimos trabajar independientes", confirma ella.

Él recicló su perfil en 2003 con su ingreso a TV Libre, donde dejó de lado la cuestión deportiva y amplió su labor a otros campos del periodismo. Hoy continúa afín a esa línea al desarrollar los móviles de Subrayado Central y encargarse de la producción del informativo dominical de Saeta. A ella le tocó reinventarse un tiempito después, más precisamente en 2010: pasó de acostarse a las mil y una, a levantarse bien temprano; de analizar política y economía en la producción de Telemundo a aproximarse a otra veta en la que aún no había incursionado, el periodismo de espectáculos, gracias a su rol de co conductora en el ciclo matutino Día Perfecto.

Marido y mujer hicieron coincidir sus horarios, que por estos días están un poco desencontrados, para charlar con Sábado Show acerca de lo que supone compartir el área de trabajo con la pareja, celos y competencias características de la profesión, así como la presencia de uno en cada canal, y el nuevo desafío de Ximena al pasar delante de cámaras.

Competencia. Ella en Enriqueta Comte y Riqué, él en Lorenzo Carnelli. Ella en La Tele, él en Saeta. Así están más cómodos. El matrimonio Rodríguez - Barbé entiende que cada uno en lo suyo es lo más saludable. "Trabajar en canales distintos nos da otro aire", comenta Ximena. Él sostiene que el hecho de no compartir el espacio físico redunda en un punto a favor para la relación de pareja. Al trabajar juntos "se vuelve monotemático. Tu vida y el trabajo se terminan mezclando demasiado porque a veces concentrás mucho lo bueno y lo malo de tu día en la pareja".

Es frecuente que por pertenecer al mismo ambiente se caiga en el tema de los medios, y el periodismo resulte una constante en las charlas. Pero este matrimonio intenta evitarlo: "Por más que estamos en el mismo ámbito, nos limitamos al hablar de trabajo porque está bueno hablar de otras cosas, y si no estás todo el día arriba de los medios", señala Daniel.

Ella y él desempeñaron un rol periodístico similar en el informativo durante el mismo período, pero Daniel en una vereda y Ximena en la opuesta. Barbé estuvo a cargo de la producción de Telemundo, al mismo tiempo que Rodríguez se encargaba de esa tarea en Telenoche, y más tarde también en Subrayado -donde continúa hasta hoy-. El profesionalismo que ambos profesan supuso que respetaran a raja tabla las fuentes y primicias de cada medio. "Intentábamos cuidar el ámbito de cada uno en cada canal porque siempre puede haber alguna suspicacia", atribuye Daniel. A pesar de la confianza que los canales puedan tener en sus periodistas, la sospecha en una situación como ésta no llamaba la atención. Era de esperar que se los pusiera bajo la lupa, y por eso potenciaron los reparos. "En Telemundo sabían que yo compitiendo con él, o los informativos compitiendo entre sí, yo quería que el mío fuera el mejor y él también", declara Ximena. Y tiene claro que hay que saber separar los tantos: "Si me enteraba de algo no se lo decía, ni él a mí porque es el trabajo de cada uno. Más allá de que estamos en la misma profesión, está bueno que cada uno mantenga lo suyo y no diga lo que no debe".

Otro rumbo. La competencia interna en la pareja Rodríguez - Barbé parece una cuestión lejana. "No somos competitivos porque tenemos gustos y pensamientos muy dispares en muchas cosas. Cada uno va por su rumbo", comenta Daniel. Y hoy el camino se separó aún más, tras la ida de Ximena de la producción del informativo central de La Tele y su llegada a Día Perfecto. En su nuevo rol de "chimentera" se mantiene más distante de la realidad político - económica y más próxima a la farándula. Los horarios eran imposibles y tuvo que elegir: "No podía trabajar hasta tarde en el informativo y al otro día levantarme a las siete de la mañana para salir al aire en Día Perfecto. No me daba el físico y no iba a rendir lo mismo", justifica. Si bien no abandonó completamente la producción, dado que aporta sus conocimientos sobre la materia en el magazine del 12, sumó un plus a su carrera: conducir en televisión en un canal masivo (antes había participado en Bitácora por TV Libre, un canal de cable).

El cambio resultó positivo, aunque le requirió un período de adaptación y acomodo. "La información política me sigue interesando, pero ahora lo que hago es aportar cuando se da la oportunidad y si sé del tema en Día perfecto". Después de algunos meses, Ximena le encontró el gustito a la nueva área, aunque tampoco era tan novata al arrancar, ya que solía ser una asidua lectora de revistas de farándula y televidente de programas de chimentos. "La vida tiene cosas serias y entretenimiento. No es sólo política, economía, las preocupaciones diarias, si llego a fin de mes o no, si puedo pagar esto o no. Está bueno también mostrarte en distintas facetas, y no sólo encasillarte en una", resume la periodista.

Su esposo también da el ok en esta evaluación y puede dar fe de que Ximena se divierte y la pasa bien al aire: "Es tremendamente espontánea en lo que hace. Es totalmente auténtica en su forma de ser. Por lo que la conozco, sé que se divierte mucho. No sólo lo demuestra sino que yo sé que se divierte mucho", confirma y elogia Daniel.

Revertir. El cambio de chip no sacudió sólo a Ximena en este nuevo desafío, sino a toda la familia. La radio era tradición en el hogar Rodríguez - Barbé. Incluso dejaban al pequeño Matías -hijo de la pareja- sin los dibujitos para dedicar tiempo a escuchar las distintas audiciones matutinas. La radio perdió el privilegio con la incorporación de Ximena en la pantalla chica. "Los primeros días que arrancó en el programa la miraba con mucha más atención para ver cómo salía y decirle alguna cosa que pudiera mejorar", cuenta Daniel. También hubo modificaciones en la rutina diaria de la pareja: "Salgo muy tarde de Subrayado y ella entra muy temprano en la mañana. Entonces nos cruzamos mucho los horarios. Ahí hay que reacomodar el día a día, hasta la forma como dialogás las cosas", agrega Daniel.

Ximena estaba negada a unirse a la moda de las redes sociales. "No me gusta, no me gusta, no me gusta", solía decir. Y al final cayó. "Me decían, tenés que hacerte un Twitter porque está bueno para generar las notas. Me lo crearon y la cuestión fue que me funcionó bárbaro porque a la semana siguiente, llamé al productor de Fort para ver si iba a hacer la obra y me dijo que la habían levantado porque sólo se habían vendido cien entradas. Me dijeron, twittealo ya", relata. La cuestión fue que hizo caso, lo posteó y Nelson Fernández lo levantó para su columna en La Nación: "Apareció mi Twitter y se llenó. Le retwittearon a Jorge Rial lo que yo había puesto y él lo dijo al aire. Estuvo bueno. Es una herramienta útil para la difusión, pero yo no soy de poner cosas personales ni contar lo que hago", comenta Ximena.

Dispares. Daniel es introvertido, callado y tímido. Ximena es impulsiva extrovertida, temperamental y súper conversadora. Esa oposición en la personalidad de ambos redunda en un complemento interesante y favorable a la pareja. "Está bueno porque yo soy re temperamental y Daniel es más tranquilo. Entonces, cuando tengo un problema él me baja las revoluciones, me dice, no te pongas como loca". Y cuando él al revés, "yo lo alboroto a él", ejemplifica Ximena. La historia se repite en el ámbito profesional y laboral. Mientras que él es pura estructura, y rigidez, ella es más caótica y desordenada. Daniel está en el detalle, le gusta tener todo bajo control, es ordenado, y Ximena es más "desbolada".

La primera salida formal de estos dos periodistas sucedió hace siete años, y el lugar elegido para tomar los primeros tragos fue Lou Bizarro. Tres años más tarde, la pareja repitió la cita en el mismo pub, pero el objetivo de Daniel fue otro al inicial: pedir matrimonio a Ximena. Esta vez, ella tenía más confianza que en aquella salida, lo dejó en evidencia y volvió a demostrar su poca timidez apenas recibió los anillos: "El dueño nos trajo tequila para brindar, y Daniel se quería morir de la vergüenza porque yo estaba a los gritos", concluye Ximena entre risas.

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