Daniel Castro: cerca de probarse en el streaming y la nostalgia por la TV: "Se me hace difícil soltar"

El comunicador se consolida en "Informativo Sarandí" y proyecta un ciclo por streaming que verá la luz próximamente. Reconoce que en año electoral, extraña el "impacto masivo" de la TV abierta, donde estuvo 20 años.

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Daniel Castro en Radio Sarandí.
Francisco Flores/Archivo El Pais

Redacción El País.
El periodista Daniel Castro se consolida en Informativo Sarandí, edición mediodía (una de las propuestas radiales más escuchadas del dial en su horario) y proyecta estrenarse en el streaming. Estará al frente del ciclo Pongamos pienso que se verá por plataformas próximamente.

En año electoral, extraña el impacto y la masividad de la televisión a menos de dos años de su desvinculación de Canal 4, un duelo que cuesta procesar. “En este tiempo me he sentido muy reconocido y querido por muchas personas que buenamente me comentan y elogian esa etapa mía, lo que yo agradezco, pero al mismo tiempo me hace más difícil soltar”, asegura y se declara abierto y confiado en regresar al periodismo televisivo.

—En los últimos días se conocieron los números de audiencia de radio e Informativo Sarandí, en su versión de mediodía, está entre lo más escuchado en su horario. ¿Qué te genera esa noticia?

—Una gran alegría porque se confirma el rumbo. Pero un número de rating es un dato, una foto de determinado momento. Nunca se puede descansar y buscamos proponer todos los días contenidos de interés para la gente.

—Con tu llegada hace casi dos años a Informativo Sarandí, el programa se extendió e incorporó segmentos. ¿Qué impronta buscaron darle al programa?

—Sí, se diagramó como Sergio Silvestri lo imaginó: además de mi compañero al aire, es el gerente de contenidos de la emisora y quería darle un impulso. Somos amigos de hace mucho tiempo. Compartimos siendo movileros en la calle y también en Canal 4, donde fuimos compañeros. Ahora volvimos a encontrarnos y me provoca una sensación extraordinaria trabajar con un amigo. No recuerdo otro caso que me haya pasado una situación así de estar codo a codo con un amigo, un hermano en lo profesional y de la vida. Más allá de la propuesta periodística, hay una dimensión humana que para mí tiene siempre mucho más valor. Cuando se da mi desvinculación del canal, entre los primerísimos llamados que tuve, estaba el de Sergio, con su invitación a sumarme a Sarandí. En el programa, en el primer tramo buscamos darle continuidad a la impronta de Sarandí, que es brindar información y noticias. Luego, viene el segmento de la entrevista mano a mano, en vivo y presencial. Eso tiene un valor enorme porque en radio se apela mucho al teléfono y en nuestro caso, tener a la persona, mirarla a los ojos, no es lo mismo.

—Más allá de lo radial, estás con nuevo proyecto en materia de streaming. ¿Qué se puede adelantar?

—Es una incursión en este nuevo medio, un poco desconocido para mí, pero hay que animarse. Me tiene entusiasmado porque yo no tengo experiencia en materia de streaming, así que tiene toda la adrenalina de una experiencia nueva. Me da seguridad la producción de Trimax, una productora muy seria y profesional. Se va a llamar Pongamos pienso y será una propuesta con un espíritu muy asociado a la idea de ir un poco más allá de la agenda. Porque para la agenda caliente de todos los días ya tengo el espacio aquí en Sarandí y también hay una enorme cantidad de colegas que lo están haciendo muy bien en todos los medios. A mí me sigue obsesionando despegarme un poco y mirar un poco más allá. No hay una fecha definida para el lanzamiento de Pongamos pienso, pero estimo que será en agosto.

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Daniel Castro
Francisco Flores/Archivo El Pais

—¿Por qué Pongamos pienso?

—Porque considero que en los grandes temas hay que elevar un poco el nivel, más allá del debate descarnado y a veces improductivo, por el intercambio de epítetos. Quizás suena un poco arrogante pero me propongo convocar en este streaming a personas que eleven el nivel. Hay mucha gente muy valiosa, con mucho pienso que merece estar en la agenda.

—A veces se dice que el año electoral es como el mundial para el periodista deportivo, ¿es tu caso?

—Sí, en un año electoral se juega tanto que le asigno otra relevancia. Le he estado tomando la temperatura todos los días a esta campaña y en mi caso, extraño mucho la masividad de la televisión. En Sarandí, tenemos el peso de las noticias y de los entrevistados, pero la televisión tiene el impacto masivo de la inmediatez. En el proceso electoral pasado, me tocó moderar debates o en Telenoche recibir al analista de opinión pública, Oscar Botinelli primero y Rafael Porcecanski más recientemente, con el último dato de encuestas. Esos momentos eran muy lindos para vivirlos por dentro. O las propias transmisiones del día electoral: unas jornadas muy largas pero al mismo tiempo motivantes. Extraño, pero lo que hay que asumir es que están los ciclos cumplidos. Hay momentos para todo y en mi caso, me toca ahora disfrutar desde otro lugar.

—En este tiempo has tenido alguna chance de regresar a un informativo de TV. ¿Qué pasó que no cristalizó?

—Hubo algunas posibilidades, pero no se dieron. No cristalizaron. De cualquier modo, tengo la seguridad de que me queda mucho por delante. Estoy muy activo, despierto intelectualmente y con mucha energía.

—De aparecer una oportunidad convincente, ¿volverías a un informativo de TV?

—Sí, claro, estoy plenamente convencido, que si las oportunidades profesionales en el futuro las abrazaré. No es que me haya quemado con leche. Para nada. Disfruté mucho del trabajo profesional que hice en televisión por 20 y pico de años.

—Decías que en año electoral extrañas las coberturas y debates. De la dinámica general de un informativo, ¿Cuánto te costó desacostumbrarte?

—Ese es un tema que no planteo como algo del pasado. Todavía estoy en ese proceso. Sentí el impacto de no estar en una estructura como un noticiero de televisión, con todo lo que tiene de masividad y de responsabilidad. Y en este tiempo me he sentido muy reconocido y querido por muchas personas que buenamente me comentan y elogian esa etapa mía, lo que yo agradezco, pero al mismo tiempo me hace más difícil soltar. Si se me hubiera desvinculado de una oscura oficina en la Ciudad Vieja, tal vez hubiera sido más fácil el proceso. Pero el haber estado durante más de 20 años en un altísimo grado de exposición pública hace que no solo te lo sigan recordando y por suerte, en muchos casos valorando y apreciando. Eso también me mantiene muy vivo en mis proyectos y en mis ideas y ando con esa sensación de que nunca terminas de irte de un rol expuesto como el de conductor de informativo de televisión.

Daniel Castro, conductor del informativo Telenoche de canal 4. Foto: Archivo El País Foto:

—¿Seguís mirando informativos o en Telenoche en particular?

—Miro y no miro. Con esto de las redes sociales, es muy posible acudir a esos contenidos que te interesan. No me niego en ningún caso a ver algo si está bien planteado y realizado. En Radio Sarandí al mediodía tenemos los monitores al mediodía y cuando hay alguna transmisión especial o un suceso muy importante, lo seguimos. No tengo complejos. Obviamente querría estar del otro lado y no de este.

—¿Qué te ha parecido lo más llamativo de la campaña electoral hasta el momento?

—Lo mismo que visualizan otros observadores: la conformación de algunas fórmulas o el triunfo de Andrés Ojeda, aunque se dio según vaticinaron las consultoras. Cuando fallan en el pronóstico hacen fila para pegarle a los encuestadores. Ahora, para felicitarlos, la fila es más corta. Sobre la campaña, se verá ahora cuando empiecen a presentarse las propuestas o los modelos de país que están en juego.

—En momentos de polarización, muchas veces los periodistas son alcanzados por ese clima de crispación, se les adjudica alguna intencionalidad. ¿Cuánto te afecta ese contexto?

—Me afecta cada vez menos. Fue un aprendizaje para el cual también me hago algunas trampas: evito mirar comentarios. No subestimo a las redes porque son una muestra del humor social, pero allí hay un campo de batalla. En cierto momento, Twitter se parecía a una feria: había un griterío, gente ofreciendo productos, otros vociferando pero en medio de todo eso se podía encontrar mensajes interesantes. Hoy, la hostilidad es mayor: Twitter se convirtió en una especie de calle oscura en un barrio pesado. Mejor no ingresar.

—Fuiste uno de los pioneros en Twitter pero tu participación bajó…

—Cuando me tocó la responsabilidad de ser el conductor de Telenoche, entendí que lo mejor era discontinuar mi participación en Twitter. Si bien la cuenta es personal, la gente tenía derecho a pensar que las opiniones del conductor de un noticiero podían involucrar a una organización mucho mayor. Esa fue la primera pausa. Ahora he vuelto pero generalmente para compartir los contenidos que generamos aquí en Sarandí. Las redes sociales son una herramienta de comunicación maravillosa y un comunicar no puede amputarlas. También tengo una cuenta de Tik - Tok, donde estoy explorando. Soy un eterno explorador.

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