La última obra de arte

| La despedida se hizo con mucha música griega. Ahora a pensar en Pekín 2008

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AFP

ATENAS | ANSA

Los Juegos Olímpicos se despidieron de Atenas por segunda vez en la historia con una Ceremonia de Clausura que rindió tributo a la Grecia actual, a diferencia de la Apertura, que representó un repaso de la riquísima historia helénica. Matrimonios, procesiones y vendimia le dieron color a la fiesta, mientras que el sonido lo aportaron el bouzouki y el sirtaki, ritmos populares de Grecia que sonaron en la voz e instrumentos de distintos intérpretes.

No se escuchó otro tipo de música, pero la que sonó bastó para movilizar a la multitud de 70.000 espectadores que se dio cita en el Estadio Olímpico de Atenas para despedir a estos Juegos que resultaron un éxito desde todo punto de vista. La alegría fue compartida en las gradas hasta por las autoridades y no sorprendió ver bailando al propio presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge.

El centro del campo de juego, que vio pasar durante 19 días cientos de atletas de 202 países, se convirtió en un campo sembrado, que reemplazó al mar artificial creado para la ceremonia de Apertura y que fue cosechado por decenas de "agricultores" danzantes.

Antes del inicio de la Ceremonia se proyectaron en pantallas gigantes las imágenes más significativas de los Juegos y luego, los atletas, principales protagonistas, salieron a escena para participar, ya sin banderas de por medio, de un baile masivo que dio paso a la distensión tras los nervios de la competencia. Los Juegos Olímpicos se despiden nuevamente de Atenas y la bandera olímpica ya viaja rumbo a Pekín, donde dentro de cuatro años los sueños darán paso una vez más a las competencias.

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