En base a La Nación/GDA
La foto recorrió el mundo. A bordo de un avión privado, Enzo Fernández (22 años) sonríe junto a su representante, el uruguayo Uriel Pérez (46). Están a punto de despegar desde Lisboa rumbo a Londres para firmar un contrato hasta 2031 con Chelsea, de Inglaterra.
A esa altura, el exmediocampista surgido en River ya era el futbolista argentino más caro de la historia, 121 millones de euros mediante para dejar el Benfica. Y era, también el trampolín mediático para que su agente, acostumbrado a transferir futbolistas en Sudamérica y México, comenzara a jugar en las grandes ligas. Pérez logró como representante lo que no pudo como futbolista: era un delantero potente y aguerrido que jugaba con vincha para el pelo y vistió 18 camisetas en este lado del mundo, pero nunca pudo destacarse en Europa.
Surgió de Huracán Buceo, tuvo pasajes por Wanderers y Colón, además de defender a clubes de Chile, España, México, Bolivia y sobre todo, de Argentina donde hizo una extensa carrera antes de retirarse.
Pérez fundó “De 9″, su empresa de representación de futbolistas, dos años antes de retirarse en el ascenso profundo de Argentina, con la camiseta de Defensores de Villa Ramallo. Había quedado en la historia como el máximo goleador uruguayo de San Martín de San Juan, equipo para el que anotó 13 veces. Un logro modesto.
También jugó para Belgrano, Platense, Nueva Chicago y Almagro. Un verdadero trotamundos que vivía del gol. Pero ahora vive mejor como representante. Tiene oficinas en Buenos Aires con un gimnasio al que los futbolistas de su escudería acuden para entrenarse o hacer ejercicios de rehablitación. Aunque la página web de su compañía está desactualizada (tiene fotos de Enzo Fernández, su jugador estrella, con la camiseta de River), el representante acude a Instagram o Twitter cuando quiere felicitar a alguno de sus clientes por un pase nuevo o la firma de una renovación de contrato.
“Es duro para negociar, pero cuando te dice algo, lo respeta. Los dirigentes lo tratan por eso”, dice alguien que lo conoce desde hace años. El trabajo de representante suele tener marketing negativo, pero el exdelantero parece saber cómo tratar a los directivos que compran y venden futbolistas.
“Un nuevo Paco Casal”, lo define un dirigente con quien negoció, evocando al histórico representante uruguayo que dominó ese ámbito en los 80 y 90 en Sudamérica. “Usa cadenas de oro y fuma habanos”, amplía la fuente. Durante años, Pérez fue el paso obligado para transferir futbolistas al mercado mexicano, el más poderoso de habla hispana después del español.
Pocos (salvo él mismo, quizás) vislumbraban que a Pérez el fútbol le diera una segunda oportunidad. Los que lo trataron cuando llevaba el pelo embutido en una vincha y correteaba defensores rivales aseguran que tampoco tenía el gen típico uruguayo: no el de la garra sino el del mate. “Era un futbolista del montón. Uno más. Tampoco era líder del vestuario”, relata un exdirectivo que coincidió con el Pérez jugador. ¿Cómo hizo, entonces, para explotar como agente? Vínculos y suerte. Una receta tan vieja como la pelota.
El Uriel Pérez futbolista le dio paso al representante unos años después del retiro. Lo hizo de la mano de dos jugadores que llegarían juntos a Boca y que pasaron por Belgrano de Córdoba, uno de los tantos clubes con los que trabaja el uruguayo. Ellos fueron el mediocampista uruguayo Ribair Rodríguez y el defensor argentino Claudio “Chiqui” Pérez.
Luego vendrían los aceitados lazos con México, donde se hizo conocido trabajando con Greg Taylor, un promotor futbolístico estadounidense. Cuentan que Taylor le vio a Pérez un talento: su ojo. El exdelantero uruguayo sabía elegir jugadores buenos. Los buscaba, los reclutaba para la empresa y luego Taylor los vendía. Con el tiempo, los futbolistas le fueron tomando confianza a Pérez, quien además aceitó sus contactos con los clubes y comenzó a ser el puente entre Argentina-México. E influencia en dos clubes poderosos: Toluca y Rayados de Monterrey.
Federico Mancuello, Nicolás Sánchez (ex Nueva Chicago, Godoy Cruz y River, además del fútbol mexicano), Enrique Triverio y el entrenador Claudio Biaggio, son otros de sus representados.
La investigación de la justicia
La Justicia argentina comenzó a seguirle la pista en una investigación por lavado de dinero. Un allanamiento a las oficinas de la AFA en el marco de aquella pesquisa hizo que su nombre rebotara en todos los despachos del fútbol argentino.
La causa judicial contra Pérez se inició en 2019. Tuvo su pico de popularidad en septiembre de 2021, cuando la jueza de San Isidro Sandra Arroyo Salgado y el fiscal Fernando Domínguez ordenaron la búsqueda de elementos de prueba en el edificio de la AFA sobre la calle Viamonte y en las sedes de varios clubes de primera división. Los investigadores se enfocaban en las transferencias de ocho jugadores, todos a México: Maximiliano Meza, Federico Mancuello, Emanuel Gigliotti, Nicolás Sánchez, Jesús Méndez, Fernando Barrientos, Jonatan Maidana y Enrique Triverio.
“Esta Asociación brindó toda la colaboración necesaria para que se efectúe la manda judicial, poniendo a disposición de los funcionarios intervinientes la totalidad de la documentación requerida”, dice el comunicado de entonces publicado por la AFA. Y agrega: “La información también contempla el registro de representantes de dichos jugadores; constancias de los depósitos efectuados en los términos del 214 del reglamento general de AFA; registro de transferencias al exterior de dichos jugadores durante los años 2014/19, donde se indique el valor de cada operación; y todo registro documental que acredite que Uriel Pérez ejerza la propiedad de derechos económicos de jugadores de fútbol y toda otra documentación que resulte de interés para esclarecer las maniobras denunciadas”.
Sin embargo, un año y medio después de aquella medida de prueba que tanto revuelo mediático causó, la causa en la que se investiga a Pérez ya no tiene ni a Arroyo Salgado como jueza ni a Domínguez como fiscal. Según pudo reconstruir La Nación, la pesquisa está “frenada”. La Justicia aceptó el pedido de recusación de la magistrada pedido por el abogado de Pérez, Marcelo Rocchetti. Fue reemplazada por Lino Mirabelli, quien reasumió la investigación. Y decidió correr del caso al fiscal Domínguez, haciendo lugar a un reclamo de Rocchetti por falta de garantías contra su defendido: el abogado defensor de Pérez objetó no haber tenido acceso a declaraciones testimoniales (de dirigentes de los clubes involucrados, por ejemplo) realizadas en el marco de la causa.
El abogado defensor de Pérez habló en noviembre con este diario y denunció la participación de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) en el anónimo original que dio paso a la investigación contra Pérez. “Lo dije y lo reafirmo: esto fue una operación de inteligencia”, dijo Rocchetti a La Nación. “Pero a diferencia de lo que ocurrió con el ‘Pata’ Medina, esta no respondió a motivaciones políticas, sino a negocios personales del entonces titular de la AFI, Gustavo Arribas, representante de futbolistas. Su hijo fue a ver a Pérez para que fueran socios y como mi cliente se negó, después vino esta represalia“. El fiscal Domínguez apeló su apartamiento y ahora decide la Cámara.
Los millones del pase de Enzo.
Mientras tanto, ajeno a lo que ocurre en los tribunales, Pérez acompaña al futbolista insignia de su escudería. Las cifras de la transferencia de Enzo Fernández lo dicen todo. Benfica, el club vendedor, comunicó los datos oficiales del pase. Informó a la Bolsa de Comercio cerca de 8 millones de euros en gastos de intermediación. El pase de los récords contó con la ayuda del inefable Jorge Mendes. Ex representante de Cristiano Ronaldo, es el “abrepuertas” de Portugal. Todo lo que pasa en el mercado luso pasa por Mendes.
¿Y Pérez? Su remuneración está atada al contrato de Fernández con Chelsea. “En general, los representantes de los jugadores que son vendidos se llevan el 10% del monto bruto del contrato. Y lo paga el club comprador, en este caso Chelsea”, detalla un experto en el mercado de las transferencias. La fuente agrega otro dato: “Ese diez por ciento se paga una parte en nombre del club y otra en nombre del jugador. Mitad y mitad, por un tema impositivo”.
A message for the Chelsea family! 🤳 pic.twitter.com/ZLkeFZKq8I
— Chelsea FC (@ChelseaFC) February 2, 2023
Pérez siempre estuvo convencido de que la venta de Enzo Fernández se terminaría concretando. Nunca lo dudó. Tal vez por eso acompañó al futbolista en Lisboa durante enero. Lo alentó pese a que las negociaciones se habían congelado. Trabajó para reflotarlas y tuvo su recompensa sobre el cierre del libro de pases. La prensa inglesa contó que Fernández cobrará en su nuevo club cerca de 10 millones de euros por año hasta 2031. La cuenta es sencilla: a Pérez le quedará un millón de la moneda europea cada doce meses. Unos ocho millones en total. Mucho más de lo que facturó durante toda su carrera de futbolista.