Jorge Giribone | Montevideo
@|La propuesta del senador Bordaberry para resolver el caos del MSP.
Recientemente, un reportaje del diario El País a dos empresarios importadores de equipamiento médico y dispositivos terapéuticos (uno de los cuales es el que suscribe) sobre la inexplicable tardanza para registrar los insumos en el MSP, provocó el alejamiento de dos jerarcas de la institución.
Todos sabemos que el poder político es pésimo gestionando, y que sólo reacciona cuando sus torpezas son expuestas por la prensa; en este caso, la administración saliente echó a dos jerarcas… uno de los cuales fue reincorporado por la administración entrante. Es decir: “cambiar todo para que no cambie nada”, como se dice en libro “El Gatopardo”, del que hicieron una famosa película, con una excelente remake ahora disponible en una plataforma digital.
Por ello, para los empresarios del sector de la salud fue una agradable sorpresa enterarnos que el Senador de la Nación Pedro Bordaberry presentó a la Cámara de Senadores un proyecto de ley para la Simplificación, Transparencia y Reconocimiento Internacional en el registro de Medicamentos y Equipamiento Médico, con el propósito de “simplificar transparentar y agilizar el registro” (sic) de los mismos.
El documento aboga por la aceptación automática por parte del MSP de los registros emitidos por las principales agencias regulatorias del mundo (desde la FDA de USA hasta EMA de la UE) ante la presentación digital de la documentación necesaria.
La propuesta del senador Bordaberry es muy necesaria en un momento en el que registrar en Uruguay medicamentos, equipos médicos, dispositivos terapéuticos y suplementos nutricionales de uso médico puede llevar más de un año y significa el gasto de sumas considerables que luego se trasladan a los productos.
El documento es excelente y bien harían las autoridades de la actual administración en implementar la nueva normativa para tener en Uruguay una medicina moderna, actualizada y más accesible económicamente.
El MSP debe tener en cuenta que, al fin y al cabo, esto redundaría en mejorar la situación de miles de pacientes cuya vida está en riesgo y que necesitan de las últimas técnicas terapéuticas para sobrevivir.