El Ciudadano | Montevideo
@|Treinta y cinco años de barro, basura y favores políticos.
Después de que Álvaro Rodríguez, Director de la División de Coordinación de Programas para Personas Sin Hogar, presentara su renuncia por motivos de salud, el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) anunció que su sucesora será Carla Lima.
Y con ese anuncio, el Frente Amplio volvió a dejar en claro su manera de hacer política: premiar la lealtad antes que la preparación; la obediencia antes que la capacidad.
Carla Lima no tiene formación clínica en salud mental ni experiencia real en el tratamiento de adicciones, los dos pilares esenciales para abordar el drama de las personas en situación de calle. Pero eso no importa en un sistema donde los cargos no se ganan, se reparten.
Éste no es un hecho aislado. Es el reflejo fiel de una cultura política que durante 35 años hundió a Montevideo en la mediocridad, el abandono y la decadencia.
Las veredas están rotas, las calles destrozadas, la basura se acumula, las ratas ganan terreno, los barrios pierden calidad de vida y la gente vive con miedo e incertidumbre.
Todo esto ocurre mientras la Intendencia se convierte en una agencia de empleo para militantes, donde las decisiones se toman a espaldas de la ciudadanía y las prioridades nunca están en los problemas reales de la gente.
Lo más preocupante es que esta misma lógica ha sido trasladada ahora al gobierno nacional. Yamandú Orsi es apenas un decorado institucional: aparece para cortar cintas, leer lo que le escriben y figurar. El verdadero poder está en manos del mismo aparato que hundió a Montevideo. Y si no frenamos esta maquinaria, lo que fue un desastre municipal será pronto una tragedia nacional.
Frente a esto, la única salida real es el compromiso ciudadano. Es momento de abrir los ojos, dejar atrás el relato repetido y mirar la realidad que nos rodea. El barro que pisamos, la basura que respiramos, la inseguridad que sentimos, son el resultado de una forma de gobernar que ya no tiene nada que ofrecer.
Por eso, llamo a los ciudadanos a votar por los candidatos de la Coalición Republicana. Porque lo que está en juego no es una elección más. Es recuperar la dignidad de una ciudad y de un país que merecen algo mejor. Es elegir gestión, responsabilidad, limpieza, orden y futuro.
No podemos seguir esperando soluciones de quienes solo saben hundirnos. Ya es hora de dar vuelta la página.