Yaguareté

Un estudio sobre la población del yaguareté, elaborado por la Fundación Vida Silvestre, de la República Argentina, revela cómo esos formidables felinos se están extinguiendo, en uno de sus últimos refugios, la Selva Paranaense. Esta abarca un amplio territorio en la provincia argentina de Misiones y en la orilla brasileña adyacente del río Uruguay.

En el acto de presentación del estudio también participó el Jefe del Area de Conservación y Manejo del Parque Nacional do Iguau, en el Brasil. Quien, luego de recordar que los yaguaretés no reconocen fronteras y que, además, son buenos nadadores, observó que "lo que ocurra de un lado de la frontera repercutirá en el otro" y que por ello es necesario que ambos países trabajen conjuntamente para salvar los últimos sobrevivientes del tigre americano en la región.

La conclusión de la investigación es que "la densidad estimada para la población de yaguareté en la Selva Paranaense, incluyendo el lado brasileño, es entre cinco y seis veces menor que la encontrada a principios del los 90". Solamente quedarían unos 50 yaguaretés en todo el Corredor Verde de Selva Paranaense, incluyendo en este bloque al Parque Nacional do Iguau en Brasil.

Los yaguaretés, cuya existencia es ahora amenazada por un progreso mal entendido, son los últimos remanentes de una especie que habitaba la parte sur de la Banda Oriental. Un viajero que vivió algún tiempo en Montevideo a fines del siglo XVIII, encontró numerosas pieles de leopardos, tigres y leones en el mercado. Compró una piel, suponemos de jaguar, que media ocho pies (2,40 metros) sin considerar la cola del animal.

Por su parte, Isidoro de María recordaba que San Felipe y Santiago fue visitada en 1813 por seis tigres "que tenían su morada en Pajas Blancas", atrás del Cerro. Los animales habían cruzado a nado la bahía, desde la costa del Cerro, huyendo de una gran quemazón de pajonales. Uno de ellos se refugió en el Café de la Alianza, situado en la intersección de las calles de San Luis y San Felipe (hoy Cerrito y Misiones), lo que determinó que el lugar fuera conocido como "la esquina del tigre" por muchos años.

Lo que sucede con el yaguareté, en un lugar no tan lejano, es parte de un proceso mucho más amplio de destrucción del patrimonio natural y de pérdida de la biodiversidad. El Anexo I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (Cites) incluye cuatro especies de felinos en peligro de extinción en nuestra región: el ocelote, el gato montés o tigrillo, el gato montés común, y el jaguar o yaguareté. La lista también incluye muchas otras especies terrestres y acuáticas cuya supervivencia se encuentra amenazada por el ser humano.

De tiempo en tiempo nos enteramos del avistamiento de ejemplares de alguna especie cuya presencia en el territorio nacional se desconocía o que se pensaba extinta. Un caso notable fue el reciente descubrimiento de zorros guará o aguará guazú. Lamentablemente, demasiadas veces ello acontece post mortem, cuando lo único que queda del animal es su pellejo. Lo que no ayuda mucho. Aunque también existen buenas noticias, por ejemplo el retorno de la ballena franca austral al litoral oceánico de nuestro país.

Pero, antes de entusiasmarnos, es importante recordar que ello sucede en un medio muy especial, el mar, y como resultado de la aplicación de medidas de protección durante muchas décadas.

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