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Los años inolvidables

Son las evocaciones de un pasado luminoso, jovial y aventurero. Por eso se titula, precisamente, Años inolvidables (Seix Barral).

Son las evocaciones de un pasado luminoso, jovial y aventurero. Por eso se titula, precisamente, Años inolvidables (Seix Barral).

Estas memorias hablan de temas tan variados como el entusiasmo por España y lo español, del tiempo en que se desempeñó como conductor de ambulancias en la Primera Guerra Mundial, de la vida en Nueva York y Europa, pero, esencialmente, es el libro de la amistad entre hombres muy notorios del siglo XX. Ellos son, y comencemos por el autor, el famoso novelista John dos Passos (autor de Manhattan Transfer y Paralelo 42) y Ernest Hemingway, a quien debemos París era una fiesta, sobre esa misma época.

El libro entrañable y melancólico al que hacemos referencia, lo escribió John dos Passos en 1966, cuando tenía vivos en la memoria los recuerdos de sus “años felices”.
Digamos, a grandes rasgos, que es el retrato de Italia en 1918, del París de los años 20, y las diversas temporadas en Kay West, donde Hemingway tenía una de sus casas, su barco, donde pescaba, escribía y recibía amigos.

La relación entre estos dos escritores (que terminaron alejados para siempre por sus diferentes posiciones en la Guerra Civil española) es el centro de Años inolvidables. Esa amistad se acentuó en 1924, cuando Hemingway, su esposa y pequeño hijo, vivían en París. Allí estaba el gran autor americano escribiendo su primer libro, In Our Time, en su departamento en el 74 de la rue Cardinal Lémoine, al que tantas veces hemos visitado en homenaje al maestro. John dos Passos lo ayudó a editarlo, porque consideraba a Hemingway “el primer gran estilista americano”.

Luego refiere los entusiasmos de Hemingway por el ciclismo, el boxeo, las carreras de caballos, el esquí y el toreo en Pamplona.
Gracias a este enfoque de John dos Passos, es otro el Hemingway que en estas páginas encontramos. Un hombre que todo lo hace con una entrega absoluta. Dice John dos Passos al respecto: “Cuando en Muerte en la tarde describió el trabajo del matador sabía de lo que estaba hablando”.

También frecuentó en aquellos tiempos felices, a Scott Fitzgerald, el autor de la famosa novela El gran Gatsby, y su esposa Zelda Zayre. “Ellos eran celebridades en el sentido que tiene esa palabra para las revistas ilustradas”, dice John dos Passos. Y agrega: “Eran celebridades y les encantaba”.

Los conoció en Nueva York, donde vivían en el hotel Plaza, en la Quinta Avenida, en un piso con una suite que impresionaba. Luego cuenta cómo recorrió, con Scott y su esposa, Long Island, buscando una mansión para comprar. Todas les resultaron desagradables.

El libro Años inolvidables va llegando a su fin a medida que avanzan los años, cuando Europa comienza a hundirse en la locura del poder, con las noticias de la purga de Stalin, Hitler proclamando un milenio de nacionalsocialismo y Mussolini hablando en Italia de la gloria militar.
Y así, con la despedida de aquellos tiempos, este escritor pone fin a su última obra. Dos Passos, nacido en Chicago en 1896, falleció en 1970; era hijo de un muy famoso abogado americano, y estudió en Harvard. Fue uno de los más notorios novelistas de su tiempo, el mismo de Hemingway y Scott Fitzgerald.

Este, su último libro, tiene el encanto de los primeros que escribió. Acaso porque todos germinaron en “los años inolvidables”.

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Rubén Loza Aguerrebere

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