Eso dijo Mujica en un comité de base hace pocos días refiriéndose al electo presidente Javier Milei.

“Me cagaron a tiros, gasté mi juventud y me vas a tratar de casta. Anda a la puta que te parió”.

Si solo hubiera “gastado” su juventud no sería tan grave. Nos hizo gastar mucho a todos. Tanto que hasta se llevó puestos 2 entes del Estado.

No olvido con estas líneas el escándalo armado en el Parlamento en estas horas por palabras durísimas del senador Da Silva hacia Charles Carrera tratándolo de “miserable” por no retractarse ante dos decisiones judiciales de archivos de causa Katoen Natie. Y como la prensa vernácula tiene una mirada condenatoria hacia la actitud del senador nacionalista, a mí me gustaría colocar el incidente dentro de un contexto de diatribas cruzadas que comprometen el clima democrático del país.

El ataque de un expresidente uruguayo hacia el novel presidente electo argentino desde una tribuna menor de un comité de base no sale a luz fruto de casualidades. En todo caso es causal y funcional a un determinado interés ideológico. Mujica insulta al presidente electo Milei a sabiendas que sus palabras van a llegar a sus oídos.

Mujica además sabe que el Kirch-nerismo está severamente herido en su autoestima y abatido. Y también sabe que a pesar de haberse jugado fuerte por Massa (su fama de “mufa” se mantiene intacta) aún conserva en Argentina una imagen de “viejito bueno y sabio”. Por tanto, busca erigirse en un “respirador político” para la abatida izquierda argentina fogoneando acciones de desestabilización.

Milei es un dolor de cabeza para el Foro de São Paulo y un problema para Lula que quiere asegurarse de cumplir la promesa hacia el resto de los países y hacia su propio Brasil de lograr un acuerdo con la Unión Europea tras 28 años de un compromiso incumplido.

Si hubiera ganado Massa, el Mercosur se presentaría hacia Macron y sus socios como eje casi hegemónico del bloque. Gano Milei y el Mercosur tal cual lo quiere Lula se resiente por completo. Es sabido que Mujica le debe fidelidad al Foro y hará todo lo posible por azuzar y ayudar a que la estancia de Milei en la Casa Rosada sea lo más incómoda posible.

Hay quien sostiene que tal vez Pepe tenía la expectativa de que el presidente Lacalle le pidiera a él y al Dr. Sanguinetti para repetir el modelo de viaje “en triunvirato” que hicieron el año pasado a la asunción de Lula. Todos los elogiamos en ese entonces por el mensaje de republicanismo que emanaba de la presencia de tres presidentes mostrando la fortaleza de la democracia uruguaya. Pero Mujica sabe que luego de haber jugado fichas fuertes contra la candidatura de Milei, Lacalle ni loco osaría repetir al convite. Hay mucho en juego para Lacalle con la asunción de Milei en términos de alianzas regionales.

No sorprende en estas horas el tono agresivo de senadores de la Coalición. Es fruto de un clima político sembrado desde hace un buen tiempo por algunos miembros de la oposición que han exacerbado el verbo y usado la sospecha y la difamación como armas políticas. No avalo agravios, pero, ¿qué otra respuesta esperaban?