EMILIO CAZALÁ
Cinco países industriales europeos caben en el nuestro, disponemos de extendidas y bellas costas atlánticas aptas para el turismo y está además abrazado por dos hermosos y enormes ríos, como son el Uruguay y el Río de la Plata. Jamás digamos que somos un "paisito".
Cuando nos referimos a nuestro país, parece prudente ahorrar adjetivos desafortunados como "paisito" y recordar el tamaño geográfico del Uruguay comparado con el de otros países, que no siendo mayores en tamaño que nuestro departamento de Tacuarembó, son ricos, industriales y poderosos y este sí es nuestro exclusivo demérito. Más aún: cinco de estos países a que nos referimos caben dentro del territorio del Uruguay y sin ninguna agricultura son prestigiosos por sus realizaciones. Así que debemos olvidar como metro de medición la extensión territorial ya que la grandeza de un país en sus bienes materiales, realizaciones y valores intelectuales son obras y amores de sus habitantes, en la medida que tengan claros sus horizontes y actitud de trabajo. Comencemos la historia entonces: tenemos 178 mil kilómetros cuadrados, es la decimoquinta parte de la República Argentina y un tercio de Francia, pero somos seis veces más grandes que Bélgica y más claro aún, Suiza, Dinamarca, Bélgica, Holanda y Luxemburgo reunidos caben dentro del Uruguay. Entonces no somos chicos, y esto es algo que frecuentemente olvidamos o peor aún ignoramos y caemos a menudo en la subestimación. Taiwán es otro ejemplo de éxito con sólo 36 mil kilómetros cuadrados y exportan 200 veces más que nosotros.
COSTAS. En otro aspecto somos enormemente privilegiados por las hermosas y envidiables costas cuyas amables aguas y doradas arenas abrazan el Uruguay por el este y el oeste. Escenarios marítimos de singular belleza son perlas que se derraman desde la Barra del Chuy, pasan por Cabo Santa María (La Paloma) donde se encuentran las aguas dulces y saladas y siguen sin mengua de belleza hasta Punta del Este, a cual de sus tramos más bellos. Sus orillas, sus arenas, sus ensenadas son inigualables en belleza; en realidad son costas aplayadas, amables, aunque las hay tímidamente bravas.
Y tampoco se detiene aquí esta hermosa costa uruguaya porque nos sigue acompañando en el Río de la Plata hasta el puerto a través de su hermosa rambla sur. Y nuestras costas no paran de bendecirnos porque remontan el río Uruguay ofreciendo un contorno fluvial de inigualable belleza, aún no debidamente descubierto y aprovechado turísticamente. Es un río Uruguay grande, hermoso, no caudaloso, que derrama bellezas sobre nuestra costa alta y rocosa; pensemos en Colonia con sus finas y doradas arenas.
Sobre el Atlántico hay mucha costa y playas, y las hay también al sur de Buenos Aires si se busca turismo aventura, pero las nuestras son diferentes, reconocidas en el mundo en el marco de un escenario humano y social europeo acogedor, concepto que corre por nuestra cuenta porque así lo sentimos. Quienes diferencian unas costas de otras, son precisamente los brasileños y los porteños que vienen aquí por todas esas cualidades. Se ha estimado su perímetro en unos 1.800 kilómetros de los cuales, 145 kilómetros son costa atlántica (desde el Chuy hasta Punta del Este son 205 kilómetros), 360 kilómetros sobre el Río de la Plata, 530 sobre el río Uruguay, y 770 kilómetros con frontera sobre el Brasil. Pero las costas marítimas son unos 1.100 kilometros.
Desde el Cuareim hasta Punta Gorda hay 270 millas.
Desde Punta Gorda a Colonia hay 52 millas.
Desde Colonia a Montevideo hay 103 millas.
De Montevideo a Punta del Este hay 80 millas.
De Punta del Este al arroyo del Chuy hay 120 millas.
Lo demás son 450 millas terrestres, algunas de las cuales disputamos con el Brasil en buena onda o están pendientes de negociación, pero no son reclamaciones baladíes, son serias aunque nuestro gobierno no lo vea así. De manera que en total tenemos 1.075 millas de límites.