Negro sobre blanco!!

Por supuesto que los promotores privados, quieren utilidades cuando se embarcan en un proyecto inmobiliario. Por supuesto que invierten, no porque alguien los compele a que ello suceda, sino que arman todo el andamiaje de motu propio.

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Aníbal Durán
Aníbal Durán.
Foto: APPCU

En la libertad económica que nos rige, cada uno sabe los riesgos que se asumen, las dificultades inherentes al metier, la mano del burócrata que muchas veces obstaculiza y, además, frustra proyectos.

Realizadas esas digresiones previas, intentaré ir al meollo de la prosa.

Viene a cuento porque días pasados me interioricé con la dirección de organismos oficiales, que tienen relación con la inversión en vivienda y me dieron números, aún parciales, de que la inversión de los promotores es muy importante.

Déjenme acotar algunos aspectos muy manidos, reiteradamente escritos y verbalizados, pero que muchas veces no son tenidos en cuenta, por quien o quienes deben tomar una decisión respecto al metier que nos compete.

Una obra en construcción (siempre me estoy refiriendo a la inversión del promotor privado y eventualmente, posterior construcción de vivienda), dependiendo un tanto del metraje a construir, abarca un lapso de tiempo que es desusado y que merece significación.

Pongamos un promedio de 3 a 4 años, desde que el promotor pensó el proyecto, desde que el mismo armó o no un grupo económico que apalanque la inversión, desde que llevó a un arquitecto que primero pensó el proyecto en su cabeza y luego lo baja a tierra, desde que necesita un grupo de obreros que muchas veces lo tiene y existe fidelización entre ambas partes, pero a veces no sucede, desde que eventualmente, necesita contratar una empresa constructora confiable y ejecutiva…y desde tantos ítems más, hasta empezar a construir.

Y en el decurso de ese plazo, se está inevitablemente al socaire de los sucesos económicos que pueden pintar según el paladar o no del promotor. Así las cosas, el mundo mira a América Latina y los inversores llegan, o no sucede y COMO VIENE PASANDO, se comienza la obra a un precio del dólar y con el pasar del tiempo, el mismo precio cae y el promotor responsable no puede detener la obra, incluso arriesgando a perder dinero.

O los problemas sindicales que pueden acaecer, con paros intempestivos que suceden (no adjudico razón o no a ninguna de las partes), o el aspecto climático que juega su rol y donde la lluvia por referirme a un fenómeno meteorológico, frustra una jornada de trabajo.

La seguridad obrera literalmente desvela y en definitiva el dueño de la obra es el promotor. APPCU ha encarado el tema en el sector con total seriedad y fuimos pioneros en armar un equipo de Seguridad e Higiene, allá por 1995, que hasta el día de la fecha continúa en funciones, multidisciplinario, gestor de muchas actividades sobre la seguridad e higiene, minimizando lo más posible la posibilidad de que sucedan accidentes.

Pero no es lo mismo y sin disminuir la responsabilidad de nadie, un supermercado o una boutique y sus empleados, con una obra y los obreros de la misma, ante un accidente en ciernes.

Más de una vez, distintos promotores me han dicho que siempre su pensamiento estáen la obra y que la construcción de la misma se desarrolle sin accidentes.

Otros aspectos que también pasan desapercibidos, refiere a que sin perjuicio de lo dicho, es menester tener en cuenta la mano de obra que se demanda, los salarios dignos que se pagan, la multiplicidad de pequeñas industrias que trabajan en derredor de una obra, profesionales de distinta laya (no solamente un ingeniero, un arquitecto o un agrimensor, por citar algunos) que les son requeridos sus servicios, hasta lo que podría parecer nimio pero no lo es, dinamiza el barrio del caso y venden más sus comercios aledaños.

Y finalizo sin agotar el tema, un edificio terminado o una casa en un barrio privado, por ejemplo, siguen demandando trabajo, porque dicho edificio demandará un administrador de los gastos comunes, un sanitario, un electricista, un paisajista, mucamas, un portero o empresa de seguridad, entre otros tantos servicios, hasta mencionar que la intendencia correspondiente tendrá más contribuciones inmobiliarias para cobrar, como asimismo los gastos de saneamiento y demás, como el tributo de Primaria a través de la Dirección de Impositiva.

Colofón: seguiremos hurgando en certezas de números, pero decimos que en este cuatrienio 2020-2024, la promoción privado ha invertido miles de millones de dólares tanto sea en lo que es la promoción tradicional, como en vivienda promovida, como en megaproyectos y por esa razón y exponiendo en negro sobre blanco, es que propiciamos reivindicaciones ante organismos del gobierno nacional y departamentales, con correspondencia dispar, que indudablemente respetamos (el gobierno nacional ha sido muy receptivo con logros).

No es cuestión de nombres, para APPCU el derrotero trasciende los mismos y la confianza en el país, se constata

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