Columna de APPCU: señales de alerta

En Uruguay, quienes trabajamos cerca del mundo del empleo y la producción comenzamos a identificar señales que no pueden ser pasadas por alto.

Consejos de Salarios
Consejos de Salarios
Archivo El Pais

No se trata de una crisis abierta, pero sí de una acumulación de tensiones que, de persistir, podrían golpear con fuerza a la economía en los próximos años.

Hoy enfrentamos una alta conflictividad laboral en varios sectores clave, al tiempo que los cambios en el comercio global —que ya repercuten de forma directa en nuestro país— añaden presión a un escenario frágil. En este contexto, las decisiones que se adopten en los próximos Consejos de Salarios y en la discusión del Presupuesto Nacional no serán meros ajustes técnicos: podrán definir si el rumbo se inclina hacia la recuperación o hacia un deterioro más profundo.

El ejemplo más visible es el del sector pesquero. En donde la operativa portuaria se vio afectada por paros y bloqueos que llevaron a varias navieras internacionales a modificar sus rutas. Buques que antes atracaban en Montevideo hoy descargan en puertos vecinos, con la consiguiente pérdida de actividad logística y comercial. Recuperar esa confianza es complejo: cada semana que pasa es negocio que se pierde. La tensión llegó a un punto tal que algunas empresas optaron por convocar personal por fuera del sindicato, recibiendo miles de postulaciones. Una señal de quiebre que, en un mercado saludable, no debería producirse.

El problema no es exclusivo de la pesca. Otros sectores fundamentales como el lácteo, el metalúrgico, la construcción, la industria de la bebida o las panificadoras atraviesan conflictos recurrentes que desgastan el clima laboral y empresarial.

A estos desafíos conocidos se suman ahora fenómenos nuevos, como el impacto del comercio electrónico transfronterizo. Plataformas como Temu han multiplicado exponencialmente el ingreso de paquetes al país, presionando sobre el comercio local y reabriendo el debate sobre la equidad fiscal y la protección de la producción nacional. Las pequeñas y medianas empresas, ya tensionadas por altos costos y mercados internos reducidos, ven en esta competencia un factor adicional de vulnerabilidad. En ese sector los cierres y el retroceso económico también se empiezan a sentir.

En este marco, los debates que se avecinan —reducción de la jornada laboral, aumentos salariales, creación o eliminación de subsidios— requieren un nivel de responsabilidad política y técnica mucho mayor al habitual. No se trata de desconocer aspiraciones legítimas de mejora, sino de ajustarlas a la realidad de cada sector, al estado del mercado y a la sostenibilidad de las empresas que sostienen el empleo.

Medidas como una reducción generalizada de horas de trabajo podrían ser viables en rubros de alta productividad, pero en sectores intensivos en mano de obra implicarían costos que terminarían repercutiendo en salarios, precios y, en última instancia, en la viabilidad de muchas actividades.

El PIT-CNT ha puesto en todas las plataformas a presentar en esta nueva ronda de Consejos de Salarios el requerimiento de la reducción de la jornada laboral sin reducción del salario. Y probablemente el SUNCA lo haga en abril del año próximo cuando se comience a negociar el nuevo convenio colectivo de la construcción. Y son discusiones a dar. Considerando la realidad de cada sector de actividad pero, especialmente, los cambios que la producción está teniendo en sus diversos métodos y requerimientos. Se deben pensar los cambios con una visión de lo que vendrá, despojándonos de nociones ancladas en mundos que ya no existen. Sólo partiendo de estas premisas, el diálogo, que siempre es positivo en sí mismo, podrá dar además réditos.

El desafío no puede verse solo desde la óptica de una negociación puntual. Está en juego la capacidad del país para sostener su tejido productivo, atraer y retener inversiones, abrir nuevos mercados y garantizar empleo de calidad. Si las señales actuales se minimizan o se postergan, existe el riesgo de entrar en un ciclo de cierres, pérdida de puestos y retroceso en la actividad industrial y exportadora.

Las próximas decisiones en materia laboral y presupuestal marcarán el tono de los próximos años. La oportunidad de prevenir una crisis está frente a nosotros. La visión debe ser global y no particular para poder llegar a soluciones viables a las que necesariamente se debe llegar a través del diálogo y la negociación y no mediante el conflicto.

Dr. Alfredo Susena - Asesor APPCU

Dr. Pablo Caffarelli - Asesor APPCU

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar