Redacción El País
Las fuerzas de seguridad de Paraguay trasladaron ayer miércoles en autobuses a más 500 presos condenados desde una cárcel de Ciudad del Este a otra penitenciaría más moderna en la cercana localidad de Minga Guazú.
El presidente de Paraguay, Santiago Peña, destacó en X que el operativo, denominado Umbral, impulsado por el Consejo de Defensa Nacional, marcó “un paso firme hacia un nuevo modelo penitenciario, donde el orden, la seguridad y la disciplina son pilares fundamentales”.
Los agentes escoltaron a los reclusos vestidos de amarillo con capuchas negras que cubrían por completo sus cabezas hasta los autobuses para llevarlos al Centro de Reinserción Social de Minga Guazú, inaugurado en mayo de 2024, y a poco más de veinte kilómetros de la Penitenciaria Regional de Ciudad del Este, en el departamento de Alto Paraná, fronterizo con Brasil.
Las imágenes del traslado de estos presos se parecían a los de los pandilleros de las maras de El Salvador bajo el gobierno de Nayib Bukele: todos vestidos iguales y esposados de pie y manos. Según un video compartido Peña en X, con el nuevo modelo de gestión penitenciaria se busca reducir la “superpoblación” en las cárceles y clasificar a los condenadas por “el tipo de delito y el perfil de riesgo”.
Desde la cárcel de Minga Guazú, el ministro de Justicia, Rodrigo Nicora, aseguró que fueron trasladados a ese penal condenados de baja, media y alta peligrosidad. “Cuando tenemos hacinamiento tenemos personas que son captadas por organizaciones criminales, cuando tenemos falta de clasificación tenemos la mezcla entre procesados y condenados y los programas de reinserción social no tienen el efecto que nosotros deseamos”, explicó.
El Centro de Reinserción Social de Minga Guazú, que tiene una capacidad para albergar a 1.237 reos, cuenta con módulos de máxima seguridad en los que está restringida la circulación y las visitas. EFE