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May obtiene apoyo para renegociar el Brexit con Europa

May prometió volver al Parlamento si no logra un acuerdo al 13 de febrero. Foto: Reuters

El divorcio británico con la UE

Cuando faltan dos meses para el divorcio, la frontera en la isla de Irlanda es el punto más polémico.

A dos meses de la fecha prevista para el Brexit —29 de marzo—, la primera ministra Theresa May obtuvo ayer martes el apoyo de los diputados británicos, que habían rechazado su acuerdo de salida con la Unión Europea, para reabrir la negociación.

Por 317 votos a favor y 301 en contra, el Parlamento aprobó una enmienda presentada por un diputado conservador que pedía modificar el texto negociado durante 17 meses con la UE, en particular en lo que refiere al controvertido mecanismo para evitar una frontera dura en la isla de Irlanda.

La propuesta de May consiste en revisar por completo el punto más conflictivo del acuerdo rechazado hace dos semanas: el denominado "backstop", un dispositivo destinado a evitar una nueva frontera en la isla de Irlanda para preservar el acuerdo de paz del Viernes Santo, que en 1998 puso fin a tres décadas de sangrientos enfrentamientos entre católicos republicanos y protestantes unionistas.

Sin embargo, la batalla parece muy lejos de estar ganada y se abre la puerta para un diálogo de sordos.

"El Acuerdo de Retirada no está abierto a renegociación", dijo el gobierno de Irlanda en un comunicado. "El Acuerdo de Retirada no es renegociable. Las conclusiones de la cumbre europea de diciembre son muy claras sobre este punto", aseguró por su parte en Bruselas un portavoz del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. "La salvaguardia irlandesa es parte del acuerdo de salida, y el acuerdo de salida no está abierto a la renegociación", insistió el portavoz.

May prometió que, tras renegociar con la UE, volverá a presentar el acuerdo para ratificación del Parlamento "lo antes posible", y que si no lo logra antes del 13 de febrero convocará un enésimo debate un día después para decidir los pasos a seguir.

En opinión de Morten Ravn, profesor de Economía en la University College London, la primera ministra "probablemente prevé que no puede cumplir lo que promete y hace esto con la esperanza de que el Parlamento acabe apoyando su acuerdo en el último minuto con el fin de evitar un Brexit sin acuerdo".

El riesgo más temido es que, a falta de una solución a tiempo, el país se vea abocado a un Brexit sin acuerdo de catastróficas consecuencias económicas y sociales para Reino Unido.

Una mayoría de los diputados se opone a este escenario —que el Banco de Inglaterra ya advirtió sumiría al país en una grave recesión— y ayer martes lo dejaron claro aprobando otra enmienda, presentada por una conservadora y un laborista, que pedía simplemente excluir esta posibilidad.

Esta era la condición que había impuesto el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, para dialogar con May en busca de un consenso.

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