Locos con bombas nucleares

| Nuestras sanciones y aislamiento han mantenido a dinosaurios en el poder en Cuba, Norcorea y Birmania (Myanmar), y temo que haríamos lo mismo en Irán

Existe una fuerza que podría rescatar a los ayatolás iraníes de línea dura del basurero de la historia: nosotros. Pese a todas sus negativas, Irán da la impresión de estar pugnando por ojivas nucleares y misiles para que las transporten. Podría ser su primera arma en dos años, y con el tiempo podría llegar a producir suficiente uranio enriquecido en Natanz para 25 armas al año.

La dirigencia de Irán ha logrado salir indemne con respecto a flagrantes hechos. Todo parece indicar que ellos ayudaron a que infantes de la Marina estadounidense, que estaban en Líbano en 1983, fueran objeto de un ataque con bomba, así como un centro judío en Argentina en 1994, y barracas militares de Estados Unidos en Arabia Saudita, en 1996. Así que resulta fácil comprender porqué el Presidente estadounidense, George W. Bush, declaró en fecha reciente que es "intolerable" que Irán esté sobre el camino que conduce a las armas nucleares, agregando: "De no salir de ahí, serán enfrentados, empezando a través de Naciones Unidas".

Para Bush, no de forma irrazonable, Irán conjura una combinación aterradora: locos con bombas nucleares. El impulso con miras a tomar un enfoque más severo hacia Irán no es partidista, y un Presidente Kerry pudiera también emprender un enfoque de mayor confrontación, aunque abordándolo de forma multilateral, con respecto a Irán.

Pero, eso sería un error.

En primer lugar, no funcionaría. Si nosotros obligamos a Irán a presentarse ante el Consejo de Seguridad de la ONU, reiniciaría sus programas (ha suspendido cuando menos algunos) y expulsaría a los inspectores. Irán respondería a un incremento en la presión no abandonando su programa nuclear, sino acelerándolo.

En segundo, los estadounidenses crearíamos una repercusión de corte nacionalista en Irán que mantendría en el poder, de manera indefinida, a integrantes de la línea dura. Nuestras sanciones y aislamiento han mantenido a dinosaurios en el poder en Cuba, Norcorea y Birmania (Myanmar), y temo que haríamos lo mismo en Irán.

Lo que me causa temor es lo siguiente: A lo largo del próximo año o los dos siguientes años, Occidente ejercería mayor presión sobre Irán, llevando a dicho país a detener su cooperación nuclear así como a la expulsión de inspectores, Israel bombardearía un par de sitios nucleares de Irán (posibilidad ampliamente discutida en círculos de seguridad, aunque eso desaceleraría el progreso nuclear de Irán sin ponerle un alto definitivo), y los ayatolás de Irán se beneficiarían de un repunte nacionalista para mantenerse en el poder y gobernar con mayor rabia que nunca.

Nuestro objetivo debería ser el de cambiar el régimen en Irán. Pero, si Bush (o Kerry) ejerce demasiada presión sobre Irán con respecto a las bombas nucleares, no lograremos deshacernos ni del programa nuclear ni de este régimen.

La única alternativa consiste en el compromiso —justo lo opuesto de las sanciones y el aislamiento que ha sido la política estadounidense. Las sanciones son incluso menos efectivas en contra de Irán que en contra de, por decir, Norcorea, ya que Irán rebosa de petróleo y su riqueza proviene de medios independientes. El aislamiento por parte de Estados Unidos ha logrado incluso menos en Irán de lo que ha logrado en Cuba.

Así que los estadounidenses deberíamos acometer una "gran negociación" en la cual, entre otros elementos, Irán mantenga su congelamiento sobre el enriquecimiento de uranio y nosotros creemos relaciones diplomáticas y alentemos la inversión en negocios, turismo e intercambios educativos.

"El aspecto que destruiría a los conservadores (en Irán) sería una inundación de dinero" en inversiones, según Hooshang Amirahmadi, el presidente del Consejo Iraní-Estadounidense. "En apenas unos cuantos años, los conservadores estarían acabados".

En concreto, lo fundamental es que podríamos tener en poco tiempo una democracia islámica en favor de Estados Unidos como un faro de esperanza en Oriente Medio —en Teherán, no en Bagdad. El riesgo es que lo echemos a perder.

© "The New York Times"

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